¡El brandy hace locuras!
Muy entrada la madrugada Candice abrió los ojos poco a poco, dándose cuenta de que a su altura se encontraba el rostro de William con el tiempo había creído que no podría liberarse para nada, dado que él se lo impedía, la tenía abrazada y con tanto tiempo de no tener a nadie, Terry cuando llegaba ni siquiera la miraba y ella sentía hasta que la odiaba.
- ¡Deberías estar durmiendo Candice! ¡Hace frío! - respondió levantándose y dejándola libre. En un momento vuelvo, no te preocupes, voy por más brandy, tiene los pies muy fríos- comentó él, saliendo de la cama y retirándose de la habitación para volver solo unos cuantos minutos después a este.Candice sabía que todo ese parloteo y huida de su lado era porque presentía algo extraño en él. Cuando volvió a su lado, trajo consigo una frazada en la mano, en la otra, otro vaso y una licorera llena, la cual colocó al lado de la anterior que se encontraba semi vacía sobre la cómoda de esa habitación. Después echó la frazada sobre el cuerpo de la rubia y preparó la chimenea para que quemara unos troncos que se encontraban justo al lado, en una cesta, los atizó y se echó al lado de Candice, tomando la licorera de paso y sirviendo un poco de brandy en ambos vasos, al mismo tiempo que conversaba con ella.
- En realidad Candice, has dormido poco, ¿verdad? - quiso saber William
- Cuando esto no duele... si duermo - confiesa haciendo una cara de molestia cuando se mueve.
- Eso es lo que el médico quiere saber, ¿verdad? - cuestionó William medio curioso.
- Sí, pero no saqué ningún papel de la casa de Terry, de hecho los tengo en mi casa en Hertfordshire, para que nos ahorremos los exámenes- menciona ella.
- ¡Vaya! Que te los hagan de nueva cuenta...sabes, hay algo que me preocupa Candice, si Terry se entera de esta noche...aún estas casada, ¿recuerdas? - refiere Albert.
- Extraño...como si estuviera soltera...ya no dormíamos juntos, ya no estaba más conmigo, no me ha tomado en cuenta para nada últimamente - confesó Candice.
- ¡No sé, esto es muy extraño, Terry decía amarte mucho... - pensó en voz alta William, eso fue la última vez que lo vio, aunque nunca dijo de quien se trataba y que era su esposa.
- Pues la verdad no lo sé, también lo pensaba - respondió un poco triste.
- ¿Quieres más? - preguntó William.
- Me estoy sintiendo un poco ebria - soltó Candice.
- ¡Tomaré más, en realidad estoy helándome! - refiere él sirviendo otros dos tragos más.Y así, de trago en trago ya casi se acababan ambas licoreras completas, los dos volvieron a quedarse dormidos entre ebrios y no ebrios, William la tomó en sus brazos, la acercó a él y quiso probar ese aliento que le llegaba; pero algo le detuvo, no, no podía hacerlo sin su permiso aunque el aliento dulce del brandy lo intentara, justo estaba por darse por vencido cuando de pronto sintió los labios de Candice sobre los suyos, tratando de buscar su calor y su forma perfecta y William no pudo soportarlo más, la aprisionó con vehemencia y la llevó a probar otros sabores que creía olvidados; una pasión desenfrenada, pronto olvidaría que sentía tanto dolor y sobretodo que aún seguía casada.
William se limitó a desvestirla, a saborear su piel y a tocar cada planicie de piel que descubría y ella, ella quería ser amada por el hombre que tenía enfrente, aún sabiendo que no era su esposo, pero entre el frenesí se enteró de que su aroma, sus manos, su posesión se parecían a los de él y justo cuando la iba a penetrar, él se detuvo, jadeando, pensándolo, añorando que ella lo dirigiese con las piernas cuando lo rodeó, adelantando su cadera como si le diese permiso de introducirse en su cuerpo, en su alma y en ese lugar que hacía tiempo que no era tan visitado delicadamente.
- Candice, dime que puedo - no, no sonaba a pregunta sino a ruego.
- ¡Con cuidado, ámame con mucho cuidado! - le pidió encarecidamente.
- Y William le dijo al oído... al tiempo que se introducía en ella
- ¡Oh Dios! Candice, amo que algún día volviera para hacer el amor sólo contigo, sólo contigo - confesó Albert con...amor.
- ¡William! - gritó de repente.
- Dime si te lastimo... - pidió él cuando le dio otro embate.
- No, continúa - afirmó ella.
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¿De ti o de él?
FanficESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Candy y Terry se casan después de un breve romance, pero ella no le puede dar hijos y Terry t...