Cuando a la mañana siguiente Lenna despertó, sintió un fuerte dolor en todo el cuerpo, parecía como si le hubieran dado una paliza con un bate de baseball. Apenas podía mantenerse en pie, aún así, cuando el timbre sonó, caminó lentamente a abrir la puerta. Y cuando sus ojos hicieron contacto con su visitante, como por arte de magia, los dolores desaparecieron. Derek la estrechó entre sus brazos un largo rato, y ella se dejó hacer, la verdad era que estar atrapada contra el duro cuerpo de Derek era realmente agradable, y no pensaba quejarse si él decidía quedarse así toda la mañana.
-Estás bien?- preguntó en un susurro.
-Si... me desperté dolorida, pensaba tomarme algún analgésico, pero parece que ya pasó... tal vez dormí en una mala posición, o el colchón ya esté viejo...
-O tal vez me necesitabas a tu lado...
-No creí que el narcisismo fuera una de tus.... características...
-Crees bien- le guiñó el ojo.- Traje galletas con chocolate. No sabía que te gustaba, así que hoy traje mis preferidas, y mañana traigo las tuyas, si?
-De limón.
-Quieres que vaya ahora por ellas?
-No... mañana está bien... no pensé que dijeras en serio lo de desayunar...
-Ya ves que si, y también mañana. Y esta noche... a cenar.
-Demasiados compromisos... aún no terminamos con el primero.
-Y vamos a cumplir con todos... ahora, ve a cambiarte, cariño- se acercó a besarla despacio- Dijiste que trabajabas temprano, y si permaneces con ese diminuto pijama, no dejaré que te vayas en todo el día.
Lenna se sonrojó cuando se percató de la pequeña remera que dejaba parte de su abdomen al aire y el pequeño short de algodón que se ajustaba a sus glúteos. Lo miró sonriendo tímida y salió corriendo.
Nunca le había importado tanto su aspecto, pero viendo a Derek tan informal y al mismo tiempo tan elegante, hizo que su cabeza empezara a doler sólo de pensar en qué podía ponerse para verse a su altura, y es que no tenía demasiada ropa fina, a ella le gustaba el estilo informal, vestía casi siempre jeans con una blusa o una sencilla remera de algodón con sweater de hilo encima. Calzaba zapatillas deportivas o converse, y tenía algún que otro par de zapatitos chatitos. Muy poca ropa para salir o zapatos altos, tenía muy poco y muy bien guardado, ya que no había ocasiones para usarlo.
Se decidió por un pantalón de gabardina color manteca, una blusa fucsia con un sweater de hilo del mismo color y unos zapatitos negros. Se dejó el pelo suelto, pero lo alejó de su cara, y no se aplicó maquillaje. Definitivamente era muy sencilla, y tendría que averiguar cómo le gustaban las mujeres a Derek. Se reprendió por lo último, su niña interior siempre había querido a un hombre al que no le importara su aspecto físico, nunca había querido agradar físicamente, sin embargo, algo muy dentro de ella estaba desesperada por agradarle a él.
Para cuando llegó de nuevo a la sala, donde había dejado a Derek, unos mechones de cabello habían caído sobre su rostro, dando una imagen dulce y delicada, entró a la cocina, de donde salía ruido a cerámica, Derek levantó la vista del jarro con leche y sonrió al verla.
-Eres hermosa- dejó el jarro a un costado y se acercó a ella.
-Gra-gracias- sonrió nerviosa.
Él se acercó a paso lento, como un depredador cuando acorrala a su presa y la dejó atrapada entre la mesada y su cuerpo, bajó la cabeza sin despegar la mirada de sus ojos y la besó castamente en los labios. Lenna cerró lo ojos a la espera de más y estiró el cuello, Derek sonrió complacido y le devoró la boca.
-Podría desayunar a diario así.- ella asintió estando de acuerdo.
-Tengo que apurarme o llegaré tarde.
Desayunaron entre sonrisas y sonrojos, Lenna se sentía completa a su lado, y era algo a lo que no le encontraba explicación, cómo de repente aparecía un hombre y la desarmaba de aquella manera? cómo, después de la horrible experiencia, ella había dejado que un hombre se acercara tanto? Y cómo disfrutaba de esa cercanía? Eran preguntas que no tenían respuesta, y para ser sinceros, tampoco le importaba tanto.
Derek la acompañó hasta la tienda y esperó a que abriera. Notó que Lenna hacía todo despacio, como atrasando su partida, y eso lo hizo sonreír. Tal vez pronto podría confesarle que era un hombre lobo, y que eran compañeros. Sólo tenía que hacer que ella esté segura de su amor, para que de esa manera, lo acepte más rápido.
-Ya está- dijo en un susurro- ya puedes irte...
-Mírame- levantó con un dedo su barbilla- vendré por tí a la tarde... y veré si puedo pasar un rato antes, si?
-Yo no... no sé que me pasa...- una lágrima se escapó de su ojo izquierdo, y él la secó con su pulgar.
-Ya encontraremos respuesta a todo, cariño. Yo también voy a extrañarte.
Lo miró con los ojos brillantes, Derek bajó la cabeza y la besó despacio, Lenna lo abrazó por la cintura y se apretó contra él, haciendo el beso más profundo, abriendo la boca para darle acceso a su lengua, con la que jugó lento, en un baile sensual. Finalmente se separaron por falta de aire, pero ella no lo soltó.
-Prometes que vendrás por mí?
-Lo prometo. Debo irme... temo que te canses pronto de mí si me quedo más tiempo...- bromeó para aligerar la tensión.
Aflojó los brazos y los dejó caer a ambos lados de su cuerpo, dio un paso atrás y forzó una sonrisa para tranquilizarlo. Después de un último beso, salió de la tienda, llevándose con él ese agradable olor a cuero que a ella la volvía loca.

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No te alejes de mi
WerewolfDerek Linner regresa a su manada luego de 10 años fuera, buscando a su compañera. Lo último que esperaba era encontrársela entre su gente, y que fuera una humana. Ahora tiene que ir despacio, enamorarla, y rogar a la Diosa Luna que ella no le tema.