Capítulo 7

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Los días fueron pasando, su relación iba cada vez mejor. Derek pasaba todas las noches en casa de Lenna, aunque ella aún no conocía la casa de él. No era algo a lo que le daba demasiada importancia, su casa estaba en el pueblo, y era mucho más cómodo que ir todos los días al medio del bosque. Situación de la que quería convencerse, porque realmente le dolía que él no la llevara a su casa, donde se encontraba toda su familia.

Por otro lado, había movido todos los muebles de la sala, dejándola esta vez, con más espacio en el centro de esta. Derek la había ayudado, y había pensado en lo que ella podría hacer en su casa cuando por fin le dijera toda la verdad y pudiera llevarla con él a la manada y presentarla como su Luna.

Lenna pensaba en preparar una cena especial para Derek esa noche, solo los dos, en la intimidad de su casa, velas, chimenea, vino. Debía averiguar cuál era su comida favorita. El sonido de la puerta la llevó de nuevo a la realidad, levantó la cabeza comenzando a sonreír, pensando que era Melisa, pero la sonrisa se congeló en su rostro al encontrarse con su peor pesadilla, Aaron, un hombre que la acosaba, y por el que había terminado en aquel pueblo. Y no era un hombre cualquiera, era un hombre-lobo, algo que sólo lograba aterrarla más, si aquello era posible.

-Buenos días, cariño.- dijo en voz baja y amenazante.

-Qué...qué haces aquí?

Él se acercó a ella, que se había quedado helada en su lugar y la olfateó, reconociendo el aroma de un macho, un hombre-lobo, pero no sólo eso... un Alpha. Miró su cuello, pero no estaba marcado, por lo que pensó que tal vez ella no supiera la verdad aún. Aprovechó eso a su favor.

-Apestas a hombre, cariño...

-La tienda tiene muchos clientes hombres...

-De verdad? y dime... te acuestas con todos?

-Con ninguno- dijo temiendo por la seguridad de Derek, él era fuerte, pero no tenía posibilidades con la fuerza de la bestia que tenía enfrente.

-Mmmm... pequeña mentirosa. Siento el olor de un solo hombre sobre tí. Y te lo advierto, espero que lo alejes, si no quieres verlo morir.

-Eres un maldito idiota!

-Esta tarde pasaré por tu casa... espero que estés sola....- sujetó su cara con fuerza y la besó con dureza, mordiendo su labio hasta hacerlo sangrar.

No podía negar que estaba asustada. Aterrada, por lo que esa bestia podía hacerle al hombre que se había metido tan dentro suyo. Tenía que pensar en una manera para alejar a Derek de ella, aunque sea por un tiempo, hasta que pudiera deshacerse de Aaron. Y no se le ocurría nada bueno, él era inteligente, sabía cuando tenía algún problema, o cuando estaba asustada, no entendía cómo lo sabía, pero lo sabía, y no querría alejarse de ella si descubría que tenía miedo.

Derek le había enviado un mensaje diciendo que la esperaba en su casa, porque no llegaba a buscarla al trabajo. Maldijo interiormente, si Aaron llegaba, y Derek aún estaba allí, podría hacerle mucho daño. Se apresuró a llegar y entrar, para pedirle que se fuera. Pero cuando entró, se encontró con la sala vacía, fue a la cocina, y encontró lo mismo, empezó a desesperarse.

-Derek!- nadie respondió, o tal vez no le dio tiempo, porque volvió a gritar.- Derek! Dónde estás?!

Él salió por el pasillo que llevaba a las habitaciones con una sonrisa, que se borró cuando vio el semblante serio y preocupado de Lenna.

-Qué sucede? Estás bien?

-Si... tú estás bien?

-Si...- ella estaba asustada, podía olerlo. Su lobo aulló desesperado.

-Tienes que irte.

-Qué? No! No me iré... dime que pasó!

-Nada... solo quiero estar sola.- no lo miraba a los ojos, algo que le extrañó y lo puso más alerta. Su Luna era muy mala mintiendo.

-Estás asustada, Lenn... dime que pasó, y podremos resolverlo juntos.

-No hay nada que resolver. Quiero que te vayas!

Ella no hablaba en serio, él lo sabía. Había algo que la tenía aterrada, y no podía estar seguro de qué. Lenna incluso temblaba, y no de frío. Tenía los ojos llorosos, y estaba desesperada porque él desapareciera. Qué era lo que pasaba? Sería que ella había descubierto que era un lobo, y no le gustaba nada la idea? No. No podía ser. Ella solía ir de frente, así que lo hubiera enfrentado. Únicamente que le tuviera miedo, miedo a que la dañara. Tendría que confesarle todo, el momento había llegado, aunque no como a él le hubiera gustado. Había pensado en una cena a la luz de las velas, tal vez un paseo por el bosque. Sin embargo tendría que hacerlo con una Lenna muy aterrada. Buscó en su bolsillo la cadena que llevaba encima desde que la había encontrado, era de oro, con un dije de una luna creciente, con un diamente en el centro, a forma de estrella. Era lo que para los lobos era un anillo de compromiso, que unía a la Luna con su Alpha. Sólo ella podía usarlo, y era pasado de generación en generación, con la asunción de cada nuevo líder.

-Tengo esto para tí, dijo sosteniéndolo en el aire.- a Lenna se le llenaron más los ojos de lágrimas, era hermoso.

-No quiero regalos, Derek. Quiero que te vayas. Por favor.- susurró.

-Yo nunca te haría daño, cariño.

-Lo sé- las lágrima que había intentado contener se derramaron y cayeron por sus mejillas. Derek se acercó y las secó con su pulgar, y luego la besó. Sintió algo extraño en el sabor de sus labio, pero no le dio importancia, ahora sólo tenía que derribar sus defensas, hacerle el amor, para que ella entendiera que los lobos no eran algo a lo que debía temer.

Entre besos la llevó hasta el sillón de la sala, donde la dejó con cuidado, siendo lo más delicado posible. Besó su cuello, mientras con una mano soltaba los botones de su camisa, dejando sus pecho cubiertos sólo con la ropa interior, besó la parte superior de estos con suavidad y luego terminó de desnudarla. Lenna lo desvestía a él con más desesperación, en ningún momento Aaron había abandonado su mente, pero tampoco podía resistirse cuando Derek la tocaba de aquella manera, haciéndola perder el sentido. Estaba apurada, tenía que hacerlo rápido, antes de que la bestia llegara. Terminaron desnudos y abrazados en el sillón, él dejando besos suaves en su cabello.

-Debes irte, Derek.

-Qué? Por qué? Sabes lo que significa ese collar?

-No me interesa saber lo que significa el maldito collar! Quiero que te vayas! AHORA!

-No voy a irme, Lenn. Dime que está pasando. Por qué estás tan asustada?

-No estoy asustada, sólo quiero estar sola.

-Hace un momento no querías lo mismo.

-Pero ahora sí. Vete.

-No voy a irme si no me das un buen y razonable motivo para hacerlo.

Ella lo pensó un momento, él no le creería si le decía la verdad, y tampoco podía mentirle, porque mágicamente, lo notaba, aunque hiciera una actuación digna de un Oscar.

-Tú... vas a creer cada palabra de lo que te diga? Porque no tengo intención de mentir, pero quizás no me creas.

-Voy a creer cada palabra.

-Y harás luego lo que te diga?

-Eso no puedo prometerlo. No si te pone en peligro.- ya vería cómo hacía para que se fuera... tal vez cuando le dijera todo decidía irse por su propia cuenta, y no tenía ni que pedirlo.

-Bien... aquí voy...- dijo dándose fuerzas.- Los hombre-lobo existen.

No te alejes de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora