7-Odio a la novia.

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Sentí impotencia, tanta.

No podía hacer nada, no podía separarlos, no podía tener celos, no podía hacer absolutamente nada.

Ahí estaba, Beatriz abrazada a Ignacio, pero lo peor, es que él parecía feliz sin mí, y eso dolió, dolió tanto.

Sabía que me alegraba que estuviera contento, pero que no fuera yo quien creara esa sonrisa, me vaciaba el alma.

No le quería, pero lo parecía.

Lo peor, es que ella fingía que le quería tanto, y el se lo tragaba.

Era la primera vez que el tenía novia, que quería a alguien mucho, y esa persona le iba a romper el corazón.

Recordé entonces, que ella estaba enamorada de Marcos.

¿Acaso era para ponerle al otro celoso?

Eso me dolió más, no solo jugaba con los sentimientos de mi mejor amigo, sino que eso era solo para llamar la atención de otro.

-¡Sere!-Gritó Igna, le miré con cara de pocos amigos, y le chille desde mi mesa.

-¡¿No estás ocupado?!-No miré a Bea, pero supuse que ella me miró con desagrado, pues cuando ellos se acercaron a la mesa, ella susurró que estaban perdiendo el  tiempo.

-¿Nos podemos sentar?-Ignacio señaló las sillas vacías que tenía enfrente.

-Si queréis y no interrumpo...

-Pues, Ignacio amor, le vamos a molestar, está aquí pensando...

-No, tranquila, es mi mejor amiga y sé que quiere que nos quedemos.

-Que te quedes, mejor dicho.-Lo susurré tan bajito, que él me hizo un gesto de que lo repitiese, porque no lo había oído.-Nada tranquilo.

Él se sentó enfrente de mí, me sonrió y miró rápidamente a la otra.

-¿Por qué no te sientas?-Empezó a reír y me miró de reojo.-No muerde tranquila.

-Emn, de acuerdo amor.-Me miró haciéndome una burla.-¿Qué tal acá solita?

-Oh, muy bien pero ahora estoy que reviento de felicidad.

-Así se te reventarán esos granos.-Señaló haciendo un círculo su cara.

-¿Por qué señalas tu cara? ¿Me estás diciendo en donde tienes tus espinillas?

-Yo uso crema especial para que no salgan, pero tu te pones algo para que salgan.

-Hey, no entiendo nada de cremas, pero creo que os lleváis bien, ¿no?-Ignacio enseñó todos sus preciosos dientes.

-Claro amor.-Me miró, ella sabía que no me gustaba que le llamase 'amor'.-Ella es... Muy maja y simpática.

-Discúlpenme, pero mejor me voy, creo que están en una cita...

-Por fin amorcito podremos....

-¿Quieres que te lleve a tu casa?-Ignacio señaló una moto que supongo que sería la suya.-Ahí mismo tengo la moto, y como ya es hora de que comas, podrás llegar a tiempo a tu casa.

-Pero amor, en la moto solo caben dos...

-Gracias Ignacio, pero tu novia es más importante.

-Tranquila, me costará veinte minutos, nada más, así ella puede descansar un poco.

-Pero si yo no estoy...

-De acuerdo Igna, vamos.

Sabía que hablaríamos, hasta mi casa en transporte cuesta cinco minutos, y otros cinco de vuelta. Sonreí, habría una pequeña charla de diez minutos, y sin esa chica.

Solo dos  [Reeditando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora