15- Decisiones

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Me desperté en el sofá tapada con una manta, me sorprendió, ya que no recordaba nada.

Me levanté y fui a ver donde estaban los chicos, pero en casa no se encontraban.

Fui a un taburete de la cocina y me senté, no desayuné, ya que dentro de poco vendría mi amiga y mi hermana.

Me puse de pie enseguida, y recordé que debía ir a buscar a Isa.

Ya estaba vestida, así que me peine y me puse el abrigo, salí de la casa de Lucas y bajé volando por las escaleras.

Salí a la calle y me memoricé el nombre de la calle, y el portal.

Pedí un taxi, que me llevó directa al aeropuerto.

Cuando pagué fui haber en que vuelo llegaba, pero claro, no sabía si venía de Estados Unidos o de España.

Me quedé en cada puerta de salida para ser la primera en verla, pero no la encontraba por ningún lado.

Me choqué con un chico que me sujetó para que no me cayese al suelo, le sonreí y él me devolvió la sonrisa.

-Soy Guille, gusto en conocerla señorita...-Sabía que quería saber mi nombre, y como era de mi misma edad más o menos, respondí sin reparos.

-Soy Sere.-Le tendí la mano, pero él cuando la cogió la giró y la besó.-También es un placer conocerle.

-¿Buscas a alguien en especial?-Él me miraba con unos ojos hipnóticos.

-Busco a una tal María Isabel.-Él me condujo hasta una ventanilla de información.

No sabía que tenía que hacer, hasta que le vi sacando un billete al chico que se encontraba a mi lado.

-Disculpe, pero mi amiga busca a alguien -Él le tendió el billete a escondidas y el otro lo cogió sin reparos.-Se llama María Isabel y venía de...-Alzó una ceja y seguí con la información.

-Venía o de Estados Unidos o de España.-Pensé que la gente normal no sobornaba, pero se ve que hay gente para todo.

-Bien señor, es María Isabel Peña, tiene una edad de dieciocho años, su fecha de nacimiento es el doce de octubre, ¿me equivoco?-Miró a Guille y luego reparó en mí, me miró a través de sus gafas y le asentí.-Puerta de salida cuatro, a mano derecha, y gracias por acudir a centro de informaciones, estamos a disposición de los clientes.

-Si os dan dinero extra, ¡cómo no!-Susurré a regañadientes y poniendo los ojos en blanco.

-Bien, pues vamos a la misma puerta.-Quería alejarme de él, pero ya que me había ayudado, qué menos.

Nos sentamos a esperar, a la una y media llegaría y eran tan solo las doce y media.

-Vengo a por mi novia, ¿tú?

-Yo a por mi amiga, ya sabes, Isabel.-Él asintió y nos quedamos en silencio.

Lo que se podía oír en estos momentos eran las pisadas de la gente, maletas que iban destinadas a alguna parte, se podía oír el ruido de las máquinas, pero igualmente era un silencio extraño.

Podía eschuchar voces, de llantos, de alegría, de júbilo y sorpresa, pero ninguna voz que reprochara algo.

Me quedé pensativa, no sabía cómo, pero conocía a gente aquí, como si fuera un faro que atrae a los barcos.

-Sere, ¿tienes novio?-Me giré sobresaltada y sorprendida por aquella pregunta.-Parece que tengas algún problema amoroso.

Bajé la cabeza, haciendo que mi pelo me tapase la cara, mis ojos empezaban a estar vidriosos, y no sabía el por qué.

Solo dos  [Reeditando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora