|CAPÍTULO CATORCE|
Perspectiva; libra: Lina Rizzo.
— Bien, Lina,—miré fijamente a mi padre, con una expresión seria en mi rostro—es obvio que debemos hablar esto, últimamente han estado pasando demasiadas cosas—pausó poniendo sus ojos frios sobre los míos—¿por qué haz estado haciendo eso? no entiendo, intento darte todo y nada parece ser suficiente para ti.
Recargue mi cabeza sobre mi mano escuchando aquel discurso que ya me sabía de memoria.
Retuve el bostezo que tenia planeado soltar.—Responde—exigió con voz autoritaria.
—Sinceramente no se para que preguntas, sabes que mi respuesta siempre será la misma,—le sonreí amargamente—padre.
Mi padre exhaló fuertemente por la nariz recargando su robusto cuerpo sobre el sillón.
—Maldición, Lina.—me miró suplicante, no dije nada, mantuve mi expresión fría y el mentón en alto.—¿Quieres bailar en el puto bar? está bien lo harás.
Mis ojos brillaron en aquel instante, parpadee seguidas veces tratando de asegurarme de que no era solo un simple sueño.
—¿En serio?—intenté controlarme pero la emoción en mi voz fue notoria.
—Lo es.—sonreí abalanzandome sobre mi padre, lo abracé fuertemente, besé su cara repetidas ocasiones dándole las gracias. Al separarme noté sus ojos cristalizados, aclaró su garganta para luego mencionar:—Pero habrá condiciones.
—¡No me importan las condiciones, papá! me haces muy feliz, no sabes cuánto llevo desean esto.
—Lo se, pequeña—besó mi frente—sin embargo no seguirás haciéndole trabajos a tu tío y mucho menos involucrandote con mis socios.
Subí mi mirada y me removi incómoda. Realmente me gustaba ayudar a mi tío con los negocios a parte de que estaba ayudando a Venus, aunque ella solo se comportaba como una perra malagradecida, aún así debía cumplir mi parte del trato.
—Lina, prometelo—exigió autoritario, yo asentí rápidamente—si me llego a enterar que ayudas a Saverio en los negocios me encargaré de que nunca vuelvas a pisar el bar, ¿entendido?
—Oh, padre, prometo no involucrarme. No te decepcionaré.
Aquellas palabras fueron más como un recordatorio para mí misma. Esperaba no decepcionarlo.
Ya vería como arreglaría las cosas con Venus pero por ahora estaba feliz de por fin tener la oportunidad de bailar y hacer lo que realmente me gusta.
—Mañana harás tú primer show, así que debes estar lista—solté un chillido emocionada.
—¡Cierto! tengo que arreglar el vestuario, la coreografía y porsupuesto ¡avisarle a Pia!
Me levanté del sillón emocionada dando pequeños brincos, mi padre me miró risueño.
Al fin obtuve lo que quería.
¿Qué otro capricho tendré ahora?
Reí para mí misma entrando a mi habitación.
Perspectiva; escorpio: Ester Porcaroli.
—Oh, les encantará, es un lugar magnífico—peiné mi cabello una vez más con mi mano.
Tara lució sorprendida ante todo lo que le conté, Cassie estaba desconfiada pero realmente no me interesaba.
—Tara no creo que sea buena idea ir a un lugar como ese—despectivamete soltó Cassie, sin importarle que la escuchase.
Esa niña me estaba sacando de mis casillas.