— Mañana tienes cita con la psicóloga.—la chica acuario dejó de leer su libro, alzando su vista de soslayo.
Contuvo el aire cerrando sus ojos por unos instantes.
—No quiero seguir hablándolo—y soltó el aire.
Meredith observó a su hija a la distancia, luego de unos segundos regresó hacia lo que hacía cerrando su maleta de viaje. Supongo que no hay nada que pueda hacer.
—¿Estás segura que lo superaste?—se atrevió a cuestionar.
Acacia cerró su libro dejándolo sobre su regazo. Analizó la situación y solo pudo llegar a la conclusión de que todo estaba siendo demasiado patético, sus padres realmente no sabían nada de lo que le había sucedido en aquella fiesta, les había dado indicios a los días de lo acontecido, en un vago intento de que sus progenitores lo notaran. Pero no lo hicieron, por ello su única salida fué hacer lo que hizo en los baños de la preparatoria, en un claro grito de ayuda, sin embargo, se dió cuenta que aún así no les interesaba, pagaban una psicóloga que le ayudaba a superar su trauma —que ninguno de los dos sabía a que era—; prefería llorar en la oscuridad de su solitaria habitación, con el corazón hecho trizas.
Porque a las únicas personas que creía que tenía, eran una farsa, y dolió demasiado cuando ante sus ojos se abrió la verdad.
Una verdad demasiado cruel y desgarradora, pero al fin y al cabo, verdad.—¿Puedo ir a una fiesta?—regresó una pregunta sin responder el cuestionamiento inicial.
—Claro, linda.
Es como si no lo notaran.
Como si no notaran que su única hija estaba muriendo por dentro.
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Nick's house - 7:30 pm.
La chica representante del signo leo bajó de auto de su hermanastro mientras acomodaba su vestido, a sus espaldas sintió la presencia de su acompañante.
—Creo que no fue nada caballeroso dejar que Arianne viniese sola, se supone que eres su novio, debías ir a buscarla.—opinó con una expresión neutra, Brendon rió dándole un leve empujón.
Leska le miró enojada. Parecía tan inmaduro.
—Si la hubiera ido a buscar no me hubieses podido dar la mamada que me diste de camino aquí.
Tragó en seco apretando su mandíbula, rodó los ojos y dejó a Brendon atrás. El chico borró su sonrisa para seguirla hacia dentro donde todo suponía ser más divertido.
Para ser tan temprano varias personas en la fiesta estaban... animadas, el ambiente era como lo es comúnmente en este tipo de fiestas, música alta, bebidas cuyos nombres no saben pero que solo beben para sentirse absurdamente libres, sustancias que ningún chico de su edad debería consumir, miradas y muchas dobles intenciones.—Toma.—extendió una botella de cerveza hacia Leska, ella le miró desconfiada—Vamos Les, somos hermanitos.
—Eres un imbécil—dijo mientras le arrancaba la botella de la mano y daba un largo trago
Pasaron un lapso de tiempo en completo silencio, cada uno bebiendo de su botella, ante la vista de toda la preparatoria eran el par de hermanastros afortunados, se llevaban bien, aunque nadie conocía el trasfondo de las cosas, y los que lo sospechaban preferían callar, nadie quería enfrentarse a la gran Leska O'donnell.