Bulma se quedó confundida ante la pregunta del muchacho.
—No comprendo a lo que te refieres— dijo ella.
—Yo...yo fui el que atendió tu llamada de auxilio, y estabas fingiendo pedir pizza— contestó él sin rodeos.
—Oh...que pequeño es el mundo, y ahora me has salvado nuevamente, muchas gracias, ammm...¿Cómo te llamas?— se rió
—¡Ah! Claro, soy Vegeta Ouji ¿Y tú eres?—
—Bulma Briefs, un placer—
Platicaron un poco más y el taxi llegó, Vegeta se encargó de que Bulma llegara sana y salva a casa pero justo cuando iba a irse ella le detuvo.
—¿No quieres pasar? Ven, te invito un trago— propuso ella.
—No, tranquila— negó Vegeta
—Por favor, eres casi como mi ángel de la guarda— Vegeta sonrió y aceptó.
Entraron a la casa y todo era un desastre, Bulma se pasó la mano por la cara y chilló por la herida que tenía en ella. Vegeta la ayudó a recoger un poco y se sentaron en la mesa mientras bebían algo de Vodka.
—Así que escapé por la ventana y así fue como te conocí— la chica le relató la historia de como había sido su día.
—Vaya...asco de hombre, pero jamás volverá a molestarte— suspiró él con algo de rabia, la miró detenidamente a la cara y le tomó la mejilla.
—¿Qué haces...?— preguntó ella mientras se sonrojaba ligeramente.
—Tienes heridas en la cara ¿Tienes algún botiquín?— dijo él sin un pisca de incomodidad.
Bulma asintió ligeramente y se fue por lo que le pidió Vegeta. Se sentó nuevamente y dejó que él le atendiera su rostro y brazos algo lastimados. Mientras Vegeta le ponía una bendita en una de las heridas de ella le dijo;
—Eres muy hermosa, Bulma— y le sonrió para seguir su trabajo.
—Ah...gra...gracias— ella se puso color carmesí del rostro.
—Tranquila— rió él —Que no te he dicho nada del otro mundo— agregó con calma.
—Tenía mucho que nadie me decía algo lindo...—
Se quedaron en silencio unos minutos y Vegeta por fin terminó de curar las heridas de Bulma, miró su reloj y pasó su mano por su cara.
—Me encantaría quedarme pero mañana debo trabajar así que me tengo que ir, un gusto conocerte, Bulma— le dijo mientras caminaba hacia la puerta.
—¡Espera!— gritó —¿Puedes darme tu número?— él le sonrió
—Mejor dame el tuyo, yo te llamaré—
Bulma le dio su número y sin más salió de la casa. Ella suspiró y terminó de ordenar su casa, se fue a su habitación y se metió a la cama, no pasaron ni 10 segundos cuando comenzó a llorar.
Todo ese día había sido una puta locura.
Su ex novio le había golpeado, correteando y casi matado si la hubiese alcanzado...
Ella estaba sola, sin familia. Su padre había muerto en un accidente y a su madre no la conocía pero ¿Qué va? No merecía nada de lo que le estaba pasando.
Estaba al borde de dudar si la vida merecía la pena, pero hoy había luchado por ella...así que sí, seguiría adelante.
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Había pasado casi un mes desde el accidente con la chica de extraño cabello azul. Vegeta seguía su vida normal, no llamó a Bulma ni nada por el estilo, él suponía que era mucho mejor así.
Un viernes por la tarde Gokú hablaba animadamente con él.
—Oye Vegeta— le tocó el hombro mientras caminaban.
—¿Mmmm?— dijo el nombrado mientras comía un pedazo de pan.
—Hay que salir hoy— le propuso el más alto.
—¿Qué dices? ¿Salir a dónde?— preguntó Vegeta.
—Pues hay un nuevo bar en el centro de la ciudad y dicen que hay muy buen ambiente ¡Hay que ir!— le dijo entusiasmado.
—No lo sé, Kakarotto. Últimamente estoy estresado—
—Oh vamos, Vegeta. Será divertido, unos tragos, tal vez una chica...ya sabes— lo codeó pícaro.
—Ahhhh...está bien, vamos a ese bar que dices, pero solamente será un rato y ya— contestó el más bajo.
Caminaron cada quién a su casa y acordaron una hora para verse e irse juntos al dichoso lugar de venta de alcohol.
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¡Hola gente!
¿Se la pasaron cool en año nuevo? Yo sí, ojalá cumplan sus propósitos.
Aquí en México son la 1 de la madrugada del 2 de enero ¿Y ustedes? ¿Desde dónde me leen?
En fin, actualicé algo tarde pero esto de las fiestas navideñas y ese rollo, no me daba tiempo de nada.
Saluditos a todos, sigan votando y comentando. Chao