La canción era lenta, sensual, casi excitante. Ambos estaban disfrutando el baile, disfrutando la cercanía del otro. Se perdieron en la canción, el ritmo, el ambiente embriagador. Tanta fue la conexión que se robaron la pista, haciendo que los demás se detuvieran a observarlos, estaban tan sincronizados que era delirante verlos bailar.
Él la tomaba fuerte, como si jamás quisiera soltarla. Ella lo miraba directamente a los ojos, con los labios entre abiertos y jadeando después de cada vuelta. Se observaban y cada roce de las manos era mejor que el anterior.
La melodía casi terminaba y él preparaba un final dramático, una posición de película romántica, que al parecer ella estaba esperando. Pues cuando acabó el la inclinó hacia atrás y le tomó la pierna mientras ella lo tomaba de la camisa. Se miraron unos segundos, respirando entrecortado, y sonriendo. Ella lo jaló y lo besó sin más, él le siguió el beso casi extasiado. Se separaron y caminaron de vuelta, ni siquiera se percataron de ciertas personas que aplaudieron el espectáculo de hace un minuto.
Se sentaron en una mesa alejada de Gokú y Milk, pidieron algo de beber y Vegeta trató de besarla nuevamente, pero ella giró la cara y sólo tocó su mejilla, Vegeta hizo una clara mueca de confusión y la miró detenidamente.
—¿Qué?— respondió ella sonriendo y mordiendo su labio.
—Nada...— dijo devuelta y soltó un suspiro.
Bulma lo miró atentamente, le daba gracia lo fácil que era hacer que aquel chico reaccionara por cualquier cosa que ella hiciera, le gustaba muchísimo, pero no significaba que terminaría en la cama con él...¿Verdad?
—Y dime...¿estás soltero?— soltó después de unos minutos de silencio y a él le llegó de sorpresa aquella pregunta.
—Sino lo fuese créeme que no estaría aquí charlando contigo—
—Auch— se rió ella y él también.
Él quiso retomar la conversación pero ella se acercó, lo tomó de la camisa y lo besó apasionadamente, cuando él quiso tocar su cintura ella lo detuvo y se apartó nuevamente.
—Diablos, Bulma. Deja de hacer eso— le reclamó algo molesto.
—¿Hacer qué?— le dijo con una MUY falsa confusión.
Vegeta la acercó a él para besarla nuevamente, pero antes de que sus labios se tocaran nuevamente él se quedó estático, mirándola a los ojos.
—Ah...eso, lo lamento— comentó con una sonrisa casi burlona y le pasó la lengua por los labios.
—¿Qué quieres de mí, mujer?— le preguntó sin soltar su pequeña cintura.
—Lo mismo que tú quieres de mí...—
Eso fue casi una invitación para él, no sabía si se lo decía en serio o no, pero sí de verdad era lo que él pensaba no iba a desaprovechar ni un sólo segundo más.
Le tomó la mano y la encaminó hacia el baño de hombres, cuando estaba seguro de que no había nadie, cerró la puerta y la hizo subir al lavabo y besarla. Abrió sus piernas y se acomodó entre ellas, se permitió acariciarlas lentamente sintiendo como a ella se le erizaba la piel.
—Vegeta...— le gimió al oído con cierta desesperación.
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Salieron del baño, él un poco agitado y la camisa abierta de los botones de arriba y ella poniéndose aún los tacones en cada paso dado, se miraron y sonrieron en complicidad. Ambos buscaron con la mirada a sus amigos y los vieron en la pista bailando de forma muy animada.
Se sentaron en la mesa que compartían con ellos y pidieron nuevamente un trago iniciando una conversación.
—¿Podré volver a verte?— preguntó él.
—Seguramente...— dijo ella sin mirarlo mientras se pintaba los labios de un rojo encendido.
—¿Aún es tu mismo número?—
—Ya no, pero dame el tuyo...yo te llamaré— lo miró de reojo y notó su incomodidad —Tranquilo, yo sí te llamaré—
Después de haber pasado bastante tiempo en aquel lugar, Gokú ofreció a llevar a Milk a su casa y Vegeta hizo lo mismo con Bulma.
En cuanto llegaron ella hizo una propuesta imposible de negar.
—¿Quieres quedarte a dormir?—
Y sin más él entró a su departamento...
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HOLAAAAAAAAAAAA
Ya lo sé, los tengo abandonados, pero pues les juro que se me va el tiempo y se me olvida que les gustó esta historia.
Gracias por sus comentarios y votos, se les agradece muchísimo.
Los quiero mucho
Tomen agua, coman sano y hagan ejercicio.
Chao!