Evelyn despertó con el crujir de las maderas del piso del ático. Su vista difuminada no le permitía percibir qué era lo que se le estaba aproximando, pero si de algo estaba segura, era de que eso no se trataba de un ser humano. El fétido olor del ser le estaba ocasionando náuseas incontinentes y el sentirse mareada no la ayudaba a estabilizarse.—¿Qué quieres?— preguntó alterada—. Si vas a matarme, ¡hazlo ya! Esto es una tortura para mí.
El ser se detuvo de pronto, comenzando a carcajearse con voz espectral.
—Quiero lo que portas en tu vientre. Todos sabemos que hay algo ahí; aunque no se pueda sentir. El olor de Dante está en todo tu cuerpo. Eso hace tangible el hecho de que haya un crío de los Sullivan formándose dentro de tí.
—¿Y qué mierda me puede importar eso a mí? Si me sacas al bebé, seguramente muera. ¿De qué te sirve muerto? Es poco inteligente de tu parte—. Evelyn trató de convencer a la creatura para que la mantuviera viva, por lo menos por un período corto de tiempo hasta que pudiese lograr escapar.
—¿Lo quieres saber, niña? Dante es casi el más poderoso de los licántropos. Pero es descuidado, es un niño. Si matamos a su cría lo debilitamos. Fallar en proteger su propio hijo debilita a los machos, cuyas pocas funciones radican en proteger y proveer. Y si eso sucede— golpeó una mano de palma abierta con su puño—, lo matamos. Y si matamos a Dante, los otros se debilitará, y ya no habrá impedimento para deshacernos de Amanda.
—Se nota que puede hacer lo que quiera con ustedes si se lo propone. Por eso le temen.
—¡No! ¡No le tememos!— gritó exaltado. Respiró hondo tratando de mantener la compostura— Somos precavidos, únicamente. Amanda no es tan poderosa, pero sabe utilizar a sus hijos para sus propios beneficios.
Evelyn iba recuperando la vista mientras hablaban. Pudo notar que aquella figura era en realidad un licántropo, pero, a diferencia de los otros, éste era más pequeño; mucho más pequeño. Parecía que su cuerpo se tornaba más curvilíneo y a su vez delgado, no tan formado muscularmente. Llevaba puesto una especie de chaleco largo de piel, que le llegaba hasta los pies y dejaba al descubierto sus brazos. Se le observaba también, una capucha con cuernos de un alce incustrados a modo céltico. En su mano portaba una especie de cetro; hecho de una vara muy larga de madera, con una especie de piedra preciosa en su punta.
»—Si ella hubiese negociado, ahora estaríamos a su merced. Eso es poco inteligente. Se metió con nosotros, pero, a pesar de no ser tan poderosos, somos muchos más. Si jugamos bien muestras cartas, tomaremos los que nos arrebataron. Y tal vez, me haga de uno de los Sullivan.
Evelyn inspeccionó el área con la mirada. No había ventanas; sólo una puerta detrás del licántropo.
—¿Cómo te llamas? Estoy segura de que un ser tan poderoso, tiene un nombre tan flamante en repesentsción.
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La Novia del Escort. © //EnEdición//
Hombres LoboDesde tiempos inmemorables, los hombres lobos constituyen una importante labor en la cadena alimenticia. Pero, con el pasar de los siglos, fueron desplazados por las civilizaciones humanas, teniendo que ocultarse en conjunto con otros seres mágicos...