Capítulo 4: La batalla de Voluntades.

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Estaban finalizando la primer mitad de su viaje cuando Hoseok, de repente,  dio un salto hacia atrás

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Estaban finalizando la primer mitad de su viaje cuando Hoseok, de repente, dio un salto hacia atrás. Una bolsa había caído del cielo y había rozado su cabeza. El grupo de viajeros de la manada Jeon rápidamente se colocó en posición de defensa. Justo en el momento en el que Jeongguk levantó la vista, algo aterrizó con agilidad frente a él. No podía ver el rostro de la figura encapuchada, por lo que su mano fue directo a su cuchillo, solo su sentido del olfato, y tal vez un poco de clasismo, lo detuvo de atacar al reconocer el tentador e intrigante aroma a omega.

"Llegan tarde." Declaró el hombre encapuchado mientras alzaba su rostro.

Macho. Omega macho. "¿Park Jimin?..."

Gguk apenas y había soltado el nombre cuando sus ojos se encontraron con un angelical rostro. Largos mechones de cabello plata encuadraban un apenas redondeado rostro, con una pequeña nariz, labios gruesos y rosas y unos ojos entrecerrados, cubiertos en algún tipo de sombra que los hacía resaltar de forma hermosa contra su piel. Diablos, si no hubiese sido por la afilada mandíbula, Jeongguk jamás habría creído que no era una chica.

El omega parpadeó y dio un pequeño paso hacia atrás, como si se hubiese dado cuenta de repente de lo cerca que se encontraban. El aliento de Jimin se atoró en su garganta, su fanfarronada muriendo junto con la adrenalina que su gran escape le había dejado al encontrarse cara a cara con uno de los alfas más hermosos que jamás había visto en su vida. Por suerte para él, se había jurado jamás sentirse atraído a alfas, ya que estos eran egoístas y arrogantes... sino se encontraría en gran peligro en este mismo instante. Mientras el omega exhalaba, los ojos del alfa se dirigieron a sus labios y allí se quedaron, la mirada haciendo que Jimin temblara un poco.

"Entonces, ¿eres Jimin?" Una voz preguntó, quitando a ambos lobos de su estupor inducido por hormonas.

Moviendo su capucha, y con fuerza, quitando la mirada del gran alfa con un aroma increíble, por el cual definitivamente no se sentía atraído, Jimin notó a otro alfa que tenía más o menos su altura, este era rubio. También notó a otros tres lobos, de distintos rangos, dos alfas y un solo beta.

"Lo soy... ¿tú eres?" El omega preguntó con curiosidad.

Los ojos del rubio viajaron sobre él, una pequeña arruga en su frente antes de aclarar su garganta. "Yoongi... Min Yoongi, yo-"

"¡El alfa de Tae!" Jimin exclamó con emoción, una brillante sonrisa iluminando su rostro, causando que los lobos que habían venido a recogerlo se removieron incómodos.

¿Cómo podía un chico ser tan bonito?

"No llegamos tarde." Jeongguk declaró de repente, como si apenas hubiese procesado el primer comentario de Jimin.

"¿Huh?" El omega dijo mientras lo observaba con confusión.

"Dijiste que habíamos llegado tarde. No lo hicimos."

La Promesa | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora