Capítulo 40: En celo 🔞

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Jimin soltó un chillido cuando su pareja lo colocó encima de su hombro. Y sin decir nada más, el alfa se giró, volviendo a subir las escaleras mientras el chico de cabello plata parpadeaba confundido, su mirada viajando al desastre de comida, agua y vidrio en el piso de madera al final de las escaleras.

'Deberíamos limpiar eso antes.' El omega pensó sin sentido, mientras intentaba no notar el casi intoxicante aroma que desprendía su pareja, o el calor febril de la piel que se encontraba bajo sus dedos.

Llegaron al cuarto y Jimin se sorprendió de ser recostado sobre la cama, había imaginado que el otro lo iba a arrojar sobre esta, para ser honestos. "Jeon-" Ojos amarillos lo observaron de golpe y el omega tragó. "Alfa..." rápidamente se corrigió. "Hay vidrio al final de las escaleras."

"¿Y?" Gguk respondió, quitando su camiseta.

El omega tragó pesado y cruzó sus piernas cuando la piel tonificada y bronceada de su pareja apareció en su campo de visión, el aroma de tormentas de verano cubriéndolo por completo. "Yo... nosotros... peligroso. Es peligroso." Finalmente tartamudeó en medio de sus acelerados pensamientos.

El alfa soltó un evasivo gruñido como respuesta mientras se inclinaba lentamente hacia el otro chico, su boca dirigiéndose hacia el cuello de Jimin en donde mordisqueó suavemente.

"¿Me escuchaste?" El omega jadeó cuando su pareja mordisqueo su marca, un escalofrío recorriendo su cuerpo mientras sus manos viajaban hacia los hombros del alfa.

Esas manos fueron rápidamente atrapadas por el alfa e inmovilizadas por encima de la cabeza del omega, al mismo tiempo en el que Jeongguk se recostaba por completo encima suyo. El hombre se concentró en besarlo, en succionar cada porción de piel expuesta mientras soltaba una de las manos de Jimin para intentar tirar de su túnica.

"Jeongguk..."

"¿Qué dije?" El otro respondió, observando a Jimin con ojos dorados.

El corazón del de cabello plata se encontraba acelerado, jamás había vivido el celo de un alfa, pero había escuchado historias de terror sobre ellos. Sobre como los alfas perdían su cabeza en una neblina de lujuria, sobre como los omegas solían acabar heridos mientras el lobo dominante buscaba ciegamente placer. Fue cuando comenzó a entrar en pánico por estos pensamientos cuando lo notó, un pequeño cambio en el rostro de su pareja, una arruga que descendía, diferente a la de su agitación previa.

"Me tienes miedo." Jeongguk declaró suavemente, para luego demandar en un tono infantil. "¿Por qué?"

El timbre de su voz, sus ojos, demonios, hasta la misma pregunta, hicieron que Jimin recordara con quién estaba. Este no era un alfa barbárico y descuidado cualquiera con los que el líder de su antigua manada solía amenazarles. Este no era un monstruo que usaría su cuerpo hasta destrozarlo solo para conseguir algo de placer... era Jeongguk. Su Jeongguk. Su alfa.

"¿Por qué?" El alfa volvió a demandar, frustrado por no tener una respuesta,

El omega lo estudió, el fuerte aroma envuelto en preocupación, los ojos dorados cubiertos en el mismo sentimiento. El sudor en su ceja, el dolor, el dolor físico que podía sentir a través de su vínculo. Incluso durante su celo, se estaba conteniendo. Conteniéndose porque estaba preocupado de que Jimin tuviera miedo.

Porque Jimin era su omega.

Y Jeongguk era su alfa. Su alfa que le necesitaba... no era momento de ser un compañero virginal asustadizo. No era momento de que Jeongguk cuidara de él. No... era momento de que Jimin diera un paso adelante para cuidar de Gguk. Era momento de mostrarle a su pareja que podía depender de él, tanto como de expresar sus propios deseos por el hombre encima suyo. Y no iba a echar esto a perder.

La Promesa | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora