3. Estúpida

989 65 15
                                    

Que estúpida yo que creía soltera a aquel pedazo de diosa, que estúpida mi mente por imaginar sus labios junto a los míos, que estúpido mi inconsciente por creer que tendría una remota oportunidad con ella, que estúpida fui por caer y aún más estúpida por no dejar de "ilusionarme".

Pero ¿sabéis que es por lo que más estúpida me siento...? Por creer mínimamente que Ana se había "arreglado" por mí, para invitarme a cenar.

Es absurdo ¿Verdad? Pues en mi mente quedaba de maravilla.

Necesitaba salir de allí, necesitaba huir de ella, necesitaba tomar aire y poder lamentar mi estupidez a solas, necesitaba una excusa para irme y no tenerla frente a mí con aquella tierna y estúpida sonrisa.

Mientras Ana enviaba lo que a mi parecer eran mensajes estúpidos para su estúpido novio, cogí con rapidez mi móvil y escribí a la única persona que podría ayudarme en aquel momento, Ricky

Ricky... ese chico tan increíble de quien puedo presumir ser mejor amiga, sí, quizá esté exagerando otra vez, pero es que es increíble, siempre está ahí, a la altura para todo, y por eso supe que no me fallaría. "Llámame urgente invéntate algo tengo que salir de donde estoy" escribí apresurada. Una vez enviado el mensaje, puse el móvil con el sonido casi al máximo y lo coloqué de nuevo en su sitio.

Medio minuto, eso fue lo que tardo Ricky en llamarme diciéndome que teníamos una inundación en el piso y mil historias más que lograron excusarme de Ana de manera apresurada librándome de estúpidas explicaciones

Sí, había logrado mi propósito, me había ido de aquel lugar y ahora vagaba sola por las calles de Madrid, pero no lograba deshacerme del sabor agridulce que aquella situación me había dejado

Vale, sí, lo admito. Evite pasar la tarde siguiente por la calle Fuencarral, no quería encontrarla allí, sé que suena estúpido, lo sé, no había pasado nada realmente para que la evitase de aquella forma pero es que algo en mí no estaba bien, algo en mí me guiaba en sentido contrario a ella, me protegía de mis propios sentimientos.

Fue por eso que no pasé por su calle aquella tarde, no escuché su voz ni encontré su aroma entre la multitud. Pero ni aun así lograba deshacerme de ella, la tenía grabada en mi mente a fuego.

Su preciosa sonrisa, sus ojos cafés al sonreírme, su dulce voz, su perfume... Ella. ¿Cómo se suponía que iba a librarme de ELLA? Era imposible, era demasiado perfecta como para olvidarla

Y sí, ya sé que no había pasado nada y que podría perfectamente pasar junto a ella y sonreírle al son de una de sus maravillosas canciones. Pero es que sencillamente no pude, odiadme por ello, pero no pude.

Pobre de mí, que creía lo más fácil del mundo no volver a verla jamás. Tan solo había abierto la puerta de mi casa, mi móvil sonó con una notificación. Ana, era un mensaje de Ana el cual decía textualmente, "Mimi L no has pasado hoy por la calle, ¿Todo bien?" y sí, el amago de infarto que sentí al verlo fue tan real como mi cara de angustia.

Era obvio que no iba a lograr deshacerme de ella nunca, es que sencillamente no existía esa posibilidad. 15 minutos, ese fue el tiempo que me tomó pensar que contestarle "Lo sé, es que estoy súper ocupada con la movida del piso, por lo que me fui ayer de la cena, lo siento" ¿Sonaba lo suficientemente creíble, no?

Quizá demasiado creíble pues Ana estaba dispuesta a todo "¿Necesitas ayuda? Puedo ir a ayudarte si quieres" Vale, genial, a ver como me escabullía de esto ahora.

Una parte de mí moría por verla, pero mi parte racional gritaba ¿cómo se supone que va a venir a una supuesta casa llena de humedades y goteras que no existe?

El perfume ~una estúpida historia de amor~ {Warmi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora