12. Cobarde

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Los rayos de sol chocando directos sobre mi rostro, el ruido de una cascada de agua a lo lejos y un leve dolor de cabeza que comenzaba a hacerse notar, eso fue lo que me despertó aquella jodida mañana.

Abrí los ojos sintiéndome morir del dolor que me había causado la luz directa sobre ellos. Gruñí girándome sobre la cama y volví a intentarlo, esta vez con éxito. Me encontré con una habitación que no había visto en mi vida, traté de recordar algo confusa, pero no lo logré. Me senté sobre la cama sintiendo como todo me daba vueltas y el dolor de cabeza se agravaba considerablemente y fue ahí cuando me golpeó.

Estaba desnuda en la cama de Patricia... Sí, la misma Patricia que seis años atrás me había dejado colgada en el aeropuerto sin dar si quiera una explicación, estaba en su casa. Sentí unas nauseas horribles al recordar la noche anterior, la estúpida pelea con Ana y lo que había hecho después por evitar regresar a casa con ella...

Sin pensar, busqué mi ropa por la habitación y me vestí en cuestión de segundos. Escuché como el sonido del agua se detenía, no me fue difícil deducir que Patri estaba en la ducha y no tardaría en salir. No quería encontrarme con ese momento incómodo en el que me sentiría diez veces peor, por lo que terminé de vestirme como pude, cogí mi bolso y salí a tientas de la habitación buscando la salida de la casa... nota mental, no volver a aquella discoteca jamás.

Logré salir del edificio con éxito, caminé un poco por la calle entre la gente buscando alejarme lo máximo posible de aquél lugar al tiempo que las náuseas empeoraban. Llegué una especie de parque, me senté en un banco sosteniéndome la cabeza con las manos, todo me daba vueltas y sentía que vomitaría en cualquier momento

No me equivocaba, corrí como pude hasta una papelera frente a mí y expulsé todo lo que tenía en el estómago. La escena más lamentable hasta la fecha, vomitando en una papelera en alguna parte de Madrid después de beberme hasta el agua de los floreros y haberme acostado con mi ex...

Traté de recomponerme. Ya no sentía intensas nauseas, pero todo seguía dándome vueltas. Volví a sentarme en el banco y con lágrimas agolpándose en mis ojos, busqué mi móvil.

Eran las 13:48 de la tarde, tenía 24 llamadas perdidas de Ana, 12 de Ricky, 6 de Miriam, 4 de María y 5 de un número desconocido que supuse, sería Luis

Una lágrima intrusa cayó sobre la pantalla del móvil, la limpié con prisa y pedí un uber, necesitaba salir de allí, pero no sabía a donde ir, no quería ir a casa... no quería ver a nadie...

Solo tenía una opción

-Ricky...- susurré con la voz congestionada y entrecortada a la vez a causa del llanto

-¡Mimi!- exclamó al escuchar mi voz a través del teléfono –Joder ¿dónde cojones te metes? Nos tenías preocupadísimos- su voz alterada pero a la vez aliviada me hizo incrementar el llanto –Eh pequeña ¿Qué pasa Mimi?-

-Ricky la he cagado... pero esta vez de verdad- sollocé sintiéndome la mayor mierda de este mundo.

-Ven a casa- pidió preocupado

-No, lejos de Ana, Ricky por favor- le rogué entre sollozos

-Vale... ehh... ve a casa de Luis... ¿Sabes dónde es?- negué como si pudiera verme –Te paso la dirección ahora mismo, yo salgo corriendo ya para allá-

-Ricky...- susurré cohibida y esperé su respuesta –No le digas nada a Ana, por favor...- supliqué

-Joder Mimi... ¿Qué has hecho?-

Tras lo que me pareció una eternidad, llegué casa de Luis. Allí me esperaba Ricky, quien al verme, me abrazó tan fuerte que sentí que no necesitaba nada más

El perfume ~una estúpida historia de amor~ {Warmi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora