9. Encoñada

939 57 4
                                    

-Mimi eres una bestia- rio Ricky mientras subíamos en el ascensor del edificio en el que vivíamos -Lo que se hace cuando una está encoñada- 

-Cállate idiota... y seré una bestia pero la boca se la callé- murmuré victoriosa

-Un poco sí que te has pasado ehh...- afirmó Ana ignorando el otro comentario de Ricky –Que estaba siendo un puto capullo, pero tampoco había que romperle la cara...- rio junto a Ricky

-Encima que te defiendo- fingí estar indignada manteniendo mi mano en el bolsillo de mi chaqueta, me dolía horrores, pero no iba a dejar que se notase ahora que había quedado como una "matona"

-Pues vaya meada de territorio entonces- insistió Ricky en su burla

-¿Te la rompo a ti también listillo?- murmuré entre dientes atacándole con una mirada asesina

-Ehh... tranquila, que yo no te quito nada, que yo gay para siempre- agitó la cabeza como eliminando pensamientos intrusos y poniendo una terrible cara de asco insistió –Es que me lo acabo de imaginar, que horror... uf un coño búa, que asco, no puedo-

Mis carcajadas inundaron el ascensor viendo su reacción tan dramática, pero fueron interrumpidas por la dulce y tímida voz de Ana

-Eso decía yo y mírame- se burló acentuando el asco en mi mejor amigo

-¡Ana! Calla- insistió ya con la cara totalmente roja

-Es literalmente imposible que tu fueses hetero en algún momento de tu vida- hablé recuperando la respiración –Créeme, tu experiencia no llega sola- Ahora era Ricky quién reía y Ana quién gradualmente enrojecía

Las puertas del ascensor se abrieron y salimos de este cargando entre los tres las cajas que habíamos recogido en casa de Ana.

-Es que no lo fui, bueno, de pequeña supongo que sí, pero de adolescente dejé de serlo... Pero simplemente lo fingía- En ese momento las dos cajas que llevaba en mis manos resbalaron hasta llegar al suelo -¡Mimi!-

-Joder, que impresión... y qué directa... y que triste... no soy la primera mujer en tu vida- hablé de forma atropellada

-No, no lo eres- rio

Y puede que estuviésemos de broma y que fuese lo más normal, además de algo que realmente me esperaba, pero la sorpresa había sido real, no me preguntéis por qué.

Con mi ridículo shock y las bromas absurdas de Ricky entramos en el pequeño apartamento que arrendaba para encontrarnos a Miriam

-Hola- saludó mirándome confusa al ver a Ana con varias cajas

-Hola Miri... bufé cansada dejando las cajas en el suelo –Mira, ella es Ana, mi...- hice una pequeña pausa porque realmente ser, no éramos más que amigas –una amiga- simplifiqué –Se va a quedar unos días en casa...- concluí

-Este piso se está quedando cada vez más pequeño- habló Ricky desde la cocina

Realmente era un apartamento de unos 80 metros cuadrados, teníamos dos dormitorios y una habitación conectada al salón/comedor por medio de un arco de medio punto, al no tener puerta utilizábamos esa habitación como escritorio o lugar de almacenaje, no era especialmente grande, cabía vagamente una cama individual con una mesilla de noche a su lado y un armario., a su lado izquierdo estaba el salón que daba a un pequeño balcón y al derecho mi habitación, junto a esta la de Ricky y a su lado izquierdo el baño, junto al baño el comedor abierto y tras este el recibidor y la cocina. Puede parecer un piso amplio, pero realmente si metes a cuatro personas en él, puede resultar imposible convivir

-Yo creo que deberíamos organizarnos... si Miriam se va a quedar aquí no puede quedarse en el sofá... y a Ana ¿Dónde la metemos?- Me preguntó Ricky tratando de encontrar soluciones a la falta de espacio

-Ana duerme conmigo y Miriam...- me detuve para pensar –Miriam, tu tranquila que aquí te quedas- hablé al rato sin encontrar solución

-No quiero molestar...- habló la rubia –Pero tampoco me molesta el sofá-

-No te puedes quedar en el sofá Miriam... te vas a destrozar la espalda

-Yo...- habló Ana con cierto miedo –Creo que tengo una idea- añadió –El espacio que utilizáis como cuarto multiusos puede tener su funcionalidad...-

Subestimáis a Ana si creéis que a las 18:50 de la tarde iba a dejar una supuesta idea a medias, por supuesto que no. Ana había, claramente, decidido solucionar aquel problema que según ella había sido culpa suya, Arrastró a Ricky a las siete de la tarde al ikea, sí, a un puto ikea a aquellas horas mientras que había dejado claro que Miriam y yo debíamos vaciar aquella pequeña estancia al completo

Obviamente no fue una tarea fácil, pero para las ocho menos cuarto de la noche, habíamos terminado, eso sí, el salón era un desastre, todo el almacenaje había pasado a estar esparcido por el suelo del salón o sobre los cojines, por no hablar de la mesa de escritorio atravesada en mitad del pasillo

20:28, Ana y Ricky entran por la puerta acompañados de unos señores con Camisas del ikea, nos regañan por no haber terminado de ordenar el salón y avanzan hacia la habitación aislada por el arco de medio punto con una caja cuyo interior ignoramos.

Así fue como mi maravillosa chica solucionó nuestro problema en una tarde, para las 21:40 había montado un cómodo sofá cama de tela naranja en el fondo de la habitación, junto al arco, la mesa de escritorio junto a una bonita silla del mismo color del sofá y algunos cuadros en las paredes. ¡Ah! Y el salón impoluto también gracias a las estrictas órdenes de mi chica

-Ahora tenéis una sala de estudio/habitación de invitados, solo tenéis que abrir el cómodo sofá y ¡listo!

-Mimi, no la pierdas, es una visionaria- me susurró Ricky a lo que ambos reímos –Encima no me ha dejado pagar nada, dice que este problema lo solucionaba ella como agradecimiento por dejarla quedarse... es una monada-

Sonreí, Sí que lo era

-Muchas gracias Ana, pero yo me muero de hambre... ¿Pedimos un chino?- Miriam siempre tan espontánea

-¡Sí!- Literalmente gritó desde la cocina el Mallorquín

-Pues yo nunca he estado con una chica- Miriam se encogió de hombros mientras devoraba los fideos con setas –Pero ahora me siento rara porque parece que soy la única que mantiene su heterosexualidad en este mundo-

Me fue inevitable reír ante aquel comentario, pues bien era cierto que cada día veía a menos heteros, algo bueno debía tener evolucionar

-Hombre, si te vale de consuelo yo con una chica tampoco he estado nunca- rio Ricky

-Pues mucho no creo que la consuele- reí –Tranquila Miri que este es más Maricón que el que inventó el término-

-Anda que tú amiga- se burló Ricky

-Que yo sí he estado con tíos.... Pero no me gustan una mierda, y cada vez menos ehh...-

-Pues yo he probado ambas cosas y ambas me gustan- añadió Ana –No sé, son distintas, aparte de lo sexual, una relación con una chica es como más dramática porque todo es una drama... pero es más dulce y te sientes más comprendida... con un chico es más sencilla, más básica pero también te miman y te cuidan... no sé, ambas molan- Todos la miramos flipando, de verdad que Ana parecía la mayor hetero de la historia si no abría la boca

-Lo que tú digas pero yo bollera cariño- reí –Lo has comprobado-

-una bollera un poco salvaje ehh...- siguió mi juego

-Y tu una "hetero"- simulé las comillas –Muy curiosa y juguetona-

-Madre mía Miriam, vaya tonteo delante de nuestro cerdo agridulce- Ricky, como no, él siempre era la guinda del pastel


El perfume ~una estúpida historia de amor~ {Warmi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora