[~SHADAMY~] - ღLa promesaღ

8 [La prueba]

Definitivamente poseía la peor suerte de todas.

El día terminó con esa noticia que a más de uno había impactado, la cuestión aquí era: ¿Cómo rayos le iban a hacer para que todo estoy no terminara en un absoluto desastre? Varios de los que estuvieron presentes en esa mini junta habían salido a la expectativa del "hombre responsable a cargo", estaba de más decir que el aludido claramente desapareció esfumándose por completo con la posibilidad de desquitarse con cualquier cosa que se topara en el camino.

Yuki, por otro lado, fue el único que, curioso, se encamino directamente al departamento de enfermería, cosa inútil puesto que la chica aún no había llegado al lugar con la coneja, por lo tanto, todo esto resulto en gastar tres horas en buscarla hasta que la descubrió sentada en el suelo dentro del cuarto de limpieza.

¿Quiero saberlo? – Preguntó, apresurándose para llegar a su lado y ayudarla a levantarse.

No, creí que podría, en serio lo intente, Yuki – La oji verde lo miró con el rostro mojado, lanzándose a sus brazos y dejando que su tristeza pudiera más que la fuerza de voluntad, tal cual una niña pequeña buscando refugio con su hermano.

Aferrándose al pasado de sus propias heridas.

No hay más que contar, la noche llego tan rápido como termino, para desgracia de la peli rosa el nuevo comienzo iniciaba desde las 7:00 am y al hospedarse en el edificio de las chicas, era casi obvio adivinar quién podría ir a visitarla antes que todos.

Justo se encontraba cepillando su cabello frente al tocador cuando el sonido simultáneo de unos golpes a la puerta le hizo levantar las orejas, atenta, simplemente dejando salir un: "Adelante" y la curvilínea presencia de una murciélago peliblanco con ojos color turquesa se hizo presente.

La pequeña, al ver de quien se trataba sonrió tranquila, mientras que arreglaba el uniforme que anoche le habían llevado, el cual, consistía en unos shorts negros decorados con un par de líneas rosas a los costados, una blusa sencilla del mismo estilo y color además de una diadema rosa, todo combinado con unos tenis aparentemente especiales que también recibió de la organización, una coleta alta que dejaba al aire libre sus mechones sobresalientes, flequillo con corte del lado izquierda y finalmente un cinturón con pequeñas incrustaciones de joyería falsa, bastante extraño si lo pensaba.

¿Te gusta, cariño? La platería fue mi idea – Reveló la mujer quien recargada sobre el umbral de la puerta veía como su contra parte se amarraba las agujetas sentada en la orilla de la cama, aprovechando el tiempo volvió a tomar la palabra. – Supongo que ya te mantuvieron al tanto de lo que paso ayer, ¿No?

Amy asintió sin dejar de ver el piso.

¿Sucede algo? - No es que empatizara muy bien con la chica, sin embargo, podía sentir un pequeño sentimiento de compresión, después de todo no era fácil estar en su posición, por lo que estuvo a punto de volar para quedar sentada a su lado cuando Amy alzó la mirada, demostrando tanto con solo sus ojos jade que sinceramente no pudo hacer más que quedarse en su lugar a la espera de lo que esa chica tuviera por decir.

Dirás que soy una cobarde, pero la verdad es que -Suspiró derrotada. - no estoy segura de que yo sea la indicada para resolver todo esto, los chicos habrían podido sin dudas, pero...yo - Poco a poco su voz se iba apagando.

Oye, es normal que te sientas de esa forma, pero por algo tienes a la señora de la enfermería, Yuki me dijo que le caíste muy bien, sin olvidarnos del zorro, claro - La peli rosa rio bajito por el comentario haciéndola sonreír. - Mira, es el primer día, tampoco le des muchas vueltas al asunto y solo atrévete.

Gracias Rouge -Respondió, más feliz que hace unos momentos, esas palabras realmente le habían hecho mucho bien, pues al menos tenia razón y quizás, muy en el fondo, tenía la esperanza de que su vida volviera a ser como antes y si para eso debía de sacrificar algunas cosas, bueno, entonces lo haría, claro que no es como si ahora fuera la mujer más positiva del mundo y nada la doliera, solo que, a veces unas palabras de apoyo servían de mucho.