12 [¿Puedo equivocarme?]

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Treinta minutos habían pasado. ¿Alguna vez se han sentido extremadamente incomodos en una fiesta que solo quieren salir de ahí e irse? Podía hacerlo, el problema estaba en que ese era su trabajo.

Quedarse ahí hasta que el dichoso criminal a suelto saliera de su escondite entre todo ese grupo de personas que cubrían cada esquina del salón.

Sentada en una de las sillas que hacían juego con la barra pudo sobrevivir todo el aburrimiento dentro de ese sitio lleno de gente que al parecer solo se dedicaban a platicar sobre qué tan costoso eran sus nuevos autos, joyería o mansiones de quien sabe cuántos metros de ancho y altura porque a veces alguna que otra chica noble se acercaba a ella para hacerle platica, una en especial fue tan sencilla y humilde que accedió a distraerse solo un poco por hacerle caso, después de todo no había visto nada fuera de lo común, y claramente podía distinguir a sus compañeros pasando de un lugar a otro para turnarse.

- Debes tener claro que sientes por esa persona, antes de que alguien más te lo arrebate -

Sí, estaba sorprendida por el comentario de ella, sin embargo, entendía de cierta forma que era su culpa, después de todo le había dicho que existía un chico el cual no paraba de confundirla, explicando a detalle bastante genérico acerca de su antigua "conexión" con otro chico el cual solo la veía como una hermana menor al parecer, se sentía culpable por mentirle sin embargo se suponía que era confidencial, además, en parte esos pensamientos no paraban de invadirla desde hace un buen tiempo en que vio su despertar y había querido un consejo, bien pudo preguntarle a Rouge, sin embargo, no entendía porque, pero aún no estaba del todo confiada en decirle acerca de ese tipo de secretos.

Y decirle a una completa desconocida es mejor, bien hecho Amelia Rose. Se reprendió a sí misma en sus pensamientos, en efecto, a veces ni ella se entendía.

Un momento, ¿Arrebatar?

Ladeó la cabeza confundida, en su cabeza el hecho de que alguien más estuviera buscando algo con cierto erizo no le había llegado a inquietar en lo más mínimo, ella solo buscaba una respuesta, quien sabe, algo como: "Es solo tu imaginación, se parecen mucho en apariencia, quizás sea por eso", pero la otra chica le estaba poniendo mucho peso a esa conversación y de cierto modo le sonaba absurdo.

Talvez solo debo dejar este tema en el olvido... De nuevo pensó.

- Si, bueno...- ¿Ahora cómo escapo de aquí? Lloriqueaba en silencio, con una expresión tan extraña que incluso hizo reír a la mujer con vestido azul, la cual se cruzó de piernas viendo después a otra dirección aun si Amy no se daba cuenta. - supongo que este tipo de fiestas se presta para tener estas reflexiones tan raras, lo mejor es que me vaya por algo de beber. -

Pero antes de que lograra levantarse por completo, la mano de la chica le aprensó su muñeca haciendo que volviera a sentarse frente a ella, sin entender nada solo miro a todos lados buscando la respuesta de aquel comportamiento tan extraño, y cuando sus ojos se toparon con unos negros fue el detonante de una futura situación que cambiaría su noche.

- ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo? Sinceramente no creí que sentarme aquí fuera algo así como VIP, yo solo estaba cansada porque estos tacones son demasiado altos y me están matando, y yo...- Sin embargo, la mujer colocándole su dedo índice en los labios la hizo callar aún más confundida.

- Shh, no puedo creer lo que estoy a punto de decir, pero mira nada mas quien viene a visitarte -

- ¿Eh? - La mirada picará que le lanzaba la mujer la hizo girar el rostro ahora curiosa.

No supo cuándo ni cómo, pero ahí enfrente de ambas chicas, se encontraba un lobo de pelo café oscuro, maduro, junto a unos ojos de color azul, el cabello peinado hacia atrás acompañado de un elegante traje de sastre negro que hacia juego con su reloj de plata y cadenas escondidas en su pecho bastante fornido.

[~SHADAMY~] - ღLa promesaღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora