[~SHADAMY~] - ღLa promesaღ

13 - [No tienen ni idea]

– ¡Sonic The Hedgehog, detente ahora mismo, o no respondo de los golpes que te daré! –

Estaban con una velocidad inclusive más allá que la luz, su cuerpo aferrado al contrario siendo cargada por la espalda del chico quien no paraba de reír ante la histeria de su amiga, ni siquiera tenían cinco minutos y ya habían recorrido el mundo entero, ahora, le había parecido más divertido si le añadía altura a un camino tan plano, fue entonces cuando las colinas de los bosques tomaron una presencia bastante tentadora que no fue desaprovechada por el impetuoso héroe el cual se limitó a mostrar una juguetona sonrisa de lado antes de aceptar el desafío de su propio subconsciente.

Y todo esto porque a Amy se le había ocurrido preguntar la razón del porque le atraía tanto desaparecer cada día sin falta solo para volver con un nuevo récord anotado en su memoria.

Cada uña estaba clavada en sus propios brazos debido a que no era capaz de tranquilizarse, además era necesario para no salir volando, y, claro, morir, su cabello seguramente era un desastre como siempre que lo hacían, o, mejor dicho, siempre cuando el la arrastraba a ello.

Tragó seco en algún punto del viaje cuando vió como el puente que unía dos riscos de una longitud bastante exagerada se había derrumbado ante ambos pares de iris, la caída iba a ser totalmente aterradora por no decir letal y el viento que parecía un torbellino definitivamente no ayudaba a la estabilidad emocional de la chica quien solo gritó aterrada y comenzó a patalear dándole en una que otra ocasión al peli azul en la cara.

– Amy, por favor, no me dejas ver – Se quejó Sonic mientras luchaba con quitarse las manos y los pies de su punto de visión, tal como si fuera algún cómic de comedia.

– ¡Vamos a morirrrrr! – Gritó aún más fuerte la chica aferrándose como pulga al otro.

– Si no te tranquilizas, entonces sí, vete despidiendo de este mundo jajaja – Bromeó, ganándose un golpe en la cabeza por parte de la asustada heroína.

– ¡No es momento para bromas, detente ahora mismo! –

Sin embargo, como si fuera alguna especie de discurso motivacional, el solo le respondió un: "Será mejor que te sujetes bien, Ames" después los ojos adquirieron un brillo especial y la velocidad fue incluso más que logró superarse, otra vez, así mismo.

Amy incrédula, lo único que atinó a hacer fue a gritar tan alto justo cuando no sintió el piso debajo de ellos y en cambio una enorme vista, con el lago debajo, agresivo, haciendo que las olas golpeasen contra las rocas puntiagudas acompañado en los aires de una bandada de pájaros los cuales se mudaban de hogar justo en ese momento, el tiempo pareció detenerse y su respiración a aumentar tan fuerte que hasta dolía.

De repente, el volteó a verla, sonrió confidente, y ella no supo si era una especie de encantamiento, pero, también lo hizo, su corazón ardió en un amor tan puro y leal que no se dio cuenta cuando ya se hallaban justo del otro lado.

Se sentía la mujer más dichosa de toda la vida, todo parecía tan fácil, quizás demasiado, pero eso no le importaba en lo más mínimo, su encantadora mirada que siempre le decía con palabras mudas un: "Esta bien, todo está bien".

La bajó de donde se mantenía aun aferrada, sentándola con mucha delicadeza sobre el frondoso pasto que los cubría gran parte desde sus piernas hacia abajo, los dos dejaron escapar un suspiro extenso, debido al frió de la brisa Amy se vió obligada a abrazar sus propias piernas, Sonic no dejaba de ver hacia al frente, cosa que terminó por darle curiosidad. Cuando lo hizo, cielos, agradeció haberlo hecho.

El paisaje, la vista, todo era demasiado hermoso.

No sabía que el atardecer ya estaba cerca, ahora lo comprendía todo, el chico se había apresurado justo ese día, el que la hubiera invitado justo en la puerta de su casa, todo para traerla en el momento perfecto, sobre el lugar perfecto. Desde ahí se podía ver claramente como el sol se escondía detrás de un bello mar enorme y claro, las colinas se formaban una a una detrás mientras dejaban ver como la naturaleza había dejado sus frutos, las nubes que simulaban ser tan esponjosas y suaves como siempre se las imaginó, los colores en el lugar armonizaban todo en una perfecta fotografía que sus recuerdos podrían guardar hasta el final de sus días.