Capítulo 8

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Lauren estaba impaciente porque su turno en la cafetería acabara. Tenía la ligera esperanza de que _____ pasara por ella.

Su teléfono vibró en su pantalón. Dejo la bandeja de platos sucios en la cocina. Lo sacó y vio la pantalla. Número desconocido.

-¿Hola?

-¿A qué hora sales? -sonrió de lado. Conocía la voz.

Jugando con ella. -¿Quién habla?

-La chica de tus sueños, ahora dime, ¿a qué hora sales?

-A la 1:30, ¿por qué?

-Bien. Adiós -colgó la llamada.

La ojiverde vio el teléfono confundida. Una pequeña sonrisa salió de sus labios. Sacó la libreta de su delantal y fue a las mesas a tomar la siguiente orden. Sin dejar de sonreír.

-Oye, intento de hetero, ¿y esa sonrisa? -Dinah hablaba recogiendo los platos de la mesa de al lado.

-No regresaré contigo por la tarde, rubia.

-¿Ah si? ¿Entonces con quién? -sonrió

-Tranquila, Hansen. Solo iré a dar una vuelta.

-¿En una motocicleta, cierto?

La ojiverde la vio rodando los ojos. Sabía que debía mantenerse al margen con _____, necesitaba el control sobre sus emociones. Pero vamos, nadie podía resistirse a un poco de aventura.

La mañana pasó a paso de tortuga a la imaginación de Lauren. Miraba el reloj de la cocina sin cesar, contemplando las manijas del reloj cada vez más lentas.

Llegada la tarde y consigo su hora de salida, Lauren arreglaba su cabello en uno de los espejos del baño. Deslizó su delantal sobre su cabeza y arregló su ropa. No entendía porqué se arreglaba tanto, pero no estaba mal. Salió del baño colgando el delantal junto a los otros.

Dinah estaba arreglando sus cosas cuando la vio llegar hacia ella. Sonrió.

-¿Lista para tu cita?

-Dinah, ya basta. No es mi novia, ni nada -contestó seria.

-Pero bien que te gustaría que lo fuera -alzó sus cejas.

Iba a responder cuando vio por el ventanal como la motocicleta paró del otro lado de la calle. La rubia volteó su mirada, sonrió y vio a Lauren alisando su ropa de nuevo.

-Ve y sedúcela, chiquitita -dijo en tono de burla.

Lauren suspiró y comenzó a caminar.

-¡Espera! -volteó hacia la Polinesia, quien la tomó de los hombros, la volteó de nuevo y le dio una nalgada riendo. -Ahora si, lista.

-¡Dinah! -abrió tanto los ojos que pensó que se saldrían de sus órbitas. Soltó un suspiro tratando de calmarse. Caminó y salió de la cafetería.

La pelinegra, al verla, se quitó su casco y bajo de la motocicleta. Vio las manos de la ojiverde extrañada. Lauren frunció en entrecejo.

-¿Qué me miras? -_____ la vio a los ojos aún más confundida. -¿Qué pasa?

-¿Y tu casco?

Mierda.

-¡LAUREN! -la voz de Dinah a sus espaldas llamó su atención. La vio aliviada al llegar junto a ellas. -Olvidaste esto -le entregó el casco.

-Uhm sí -lo tomó.

-Un gracias sería bueno, cara de mono -dijo a la ojiverde. -Cuida a mi amiga, chica ruda -ahora a la pelinegra.

Bring Me Home (Lauren Jauregui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora