Yoongi caminaba por los pasillos de la escuela para dirigirse a la salida, finalmente después de un agotador miércoles de clases odiosas y casi que innecesarias para estudiar Ingeniería Musical, podría llegar a su casa y descansar por algunas horas. Taehyung le había dicho que se iría antes junto con un chico llamado Seokjin por lo que estaba completamente tranquilo y en disposición de irse. Estaba en su casillero guardando todos sus libros y cerrándolo listo para marcharse de la institución, cuando llegó un activo Hoseok y se colgó de su cuello mientras despeinaba su cabello.
—Yoongi, ¿irás a los entrenamientos?— Mierda, se había olvidado por completo de los entrenamientos. Gruñó por lo bajo mientras restregaba su puño contra uno de sus ojos, clara señal del cansancio acumulado en sus huesos.
—Ehm, la verdad si no venías a recordármelo, me hubiera ido a casa. Estoy hecho mierda, Hoseok.— Comentó guardando las llaves de su casillero en su mochila y comenzando a caminar hasta la cancha del Instituto con el pelirrojo aún colgado de su cuello.
—Supongo que a nadie le gusta dar Trigonometría a las dos de la tarde.— Yoongi asintió de acuerdo con su amigo mientras suspiraba y daba un ligero bostezo y sentía los huesos de su cuello crujir, necesitaba descansar urgentemente. —Bien, ¿cuándo me contarás lo que pasó contigo la semana pasada? No viniste, y entre Jackson y Jaebum casi me cuelgan de la cesta, idiota.
Yoongi pareció recordar la razón por la que se había decidido no ir al Instituto y frunció su ceño, al final no tuvo sentido ir a verla. Se suponía que había faltado al Instituto para ver a Ennik y pasar el día con ella, pero todo se complicó por el problema de la amiga de Suran. Apretó su mandíbula sin darse cuenta y se soltó del agarre de Hoseok para después dar media vuelta y volver por donde había venido, dejando a Jung confundido aún de pie en su lugar.
Min no lo quería aceptar pero estaba más que enojado, consigo mismo, pero estaba furioso. No entendía por qué su estúpido corazón seguía fijándose en alguien como lo era Ennik, ella era, es y será siempre inalcanzable para él y lo más jodido de toda la situación es que él lo sabe y siempre lo ha sabido. Llevaba prácticamente uno o dos años babeando por ella y ésta a pesar de saberlo, siempre le rogaba que no tuviera sentimientos por ella porque ella jamás le correspondía. Yoongi odiaba cada vez que ella decía eso, tampoco es cómo si él hubiera escrito en su corazón sus sentimientos por la pelinegra con lápiz y los pudiera borrar así de fácil.
Dolía amar a alguien y saber que jamás podrá corresponderte.
—Jimin, por favor, detente. ¡Jimin!— Escuchó el grito de Jeon a medio pasillo y volteó su cabeza a pesar de que no le estaban llamando a él. No se había dado cuenta en qué momento había llegado al pasillo de los casilleros pero se encontraba allí viendo como el pelinegro de baja estatura corría lejos del castaño que lo llamaba con esmero. Arrugó su entrecejo al ver al pequeño chico de mejillas abultadas.
Jimin pasó por su lado huyendo de los llamados del castaño y Yoongi no supo por qué pero lo detuvo tomándolo de la muñeca. Y allí mismo el tiempo se detuvo para los tres presentes.
Park miró la mano que le sostenía y miró a la persona que le pertenecía esa mano, sus mejillas tornándose rojizas y su corazón bombeando sangre a niveles incalculables. Prontamente comenzó a mordisquear su labio inferior con nerviosismo. Jeon estaba atónito a la distancia de los dos. No concebía la razón por la que Yoongi había tocado a Jimin, y no, no eran celos, simplemente era algo… impactante de ver. Si te ponías desde el punto de vista de JungKook podrías entender a lo que se refiere. Ambos pertenecen a mundos tan diferentes y auras tan distintas que al verlos interactuar entre sí, sentirías algo colisionar en tu interior.
Y por otra parte estaba Yoongi que no sabía ni por qué demonios había detenido al pequeño de su carrera. Simplemente no escuchó a su cerebro y decidió detenerlo, si su amigo lo estaba llamando era por algo importante, ¿no? Se suponía que debía detenerse, pero por arte de magia cuando su mano tocó la piel del más bajo, un pequeño cosquilleo se hizo presente, cosquilleo que al parecer el de mejillas rojizas había percibido.
Ambos se miraron mutuamente analizándose al instante. Ninguno de los dos sabía por qué llevaban tanto tiempo en silencio y aún tocándose, pero el más bajo no quería que esos minutos se acabaran nunca.
—¿Estás bien?— Preguntó Yoongi sin ser consciente, simplemente al ver los ojos del menor con ligeras lágrimas. Jimin asintió casi de manera mecánica mientras volvía a mirar a Yoongi asombrado y éste no hacía más que analizar el rostro del más bajo.
«Es el hermano de la amiga de Suran Noona»
De acuerdo, frente a Yoongi se encontraba el chico por el cual su día con Ennik no había salido cómo él esperaba que saliera. No lo culpaba, por supuesto que no, él no tenía la culpa de nada. Pero aún así, algo se removía en su pecho y le pinchaba en el orgullo al pensar que ella prefirió ponerse de parte del amigo de Suran Noona.
—Chim…— Llamó el castaño acercándose a los dos y la burbuja donde permanecían el pelinegro y el rubio mirándose, estalló, trayéndolos a la realidad nuevamente.
Yoongi observó a Jeon por unos segundos y volvió a posar su vista en su mano tocando el antebrazo ajeno. ¿Qué mierda había sido eso? ¿Por qué había detenido al menor de su carrera? ¿Por qué lo seguía tocando? ¿Debería soltarlo ya? ¡¿Por qué demonios su cuerpo no captaba las órdenes que su cerebro le mandaba?! Soltó a Jimin de manera brusca sin darse cuenta y –sin decir más nada– desapareció de los pasillos dejando a ambos amigos en shock.
Una vez Yoongi ya había salido del pasillo, Park no lo soportó más y sus ojos comenzaron a cristalizarse sin motivo. Tocó su muñeca ligeramente mientras una débil sonrisa surcaba sus abultados labios. Miró al castaño y JungKook le sonrió de igual manera.
—Sí, Jimin, lo que acaba de pasar es real— Le murmuró Jeon a su amigo abrazándolo y sintiendo cómo este sollozaba bajito en su hombro.
Para Yoongi aquel toque no significó nada, cómo mucho un favor al castaño que llamaba insistente al pelinegro, pero para Jimin, ese había sido uno de los mejores días de su vida. Jimin sentía que nada tenía sentido ese día, otro día malo para agregar a la lista pero de repente a parece Yoongi y le habla y él no puede evitar sentirse mejor a pesar de todo lo sucedido.
Sin saber cómo entre abrió sus labios y…
—i…— Murmuró Jimin sintiendo su garganta arder tanto por el llanto cómo por la pequeña letra que había pronunciado. JungKook se alejó del más bajo sorprendido mirándolo con los ojos como un búho al escuchar la quebradiza pero armónica voz del pelinegro, ¿acaso fue su imaginación o Jimin había intentado decir el nombre del pálido?
—¡Jimin! ¡Oh por dios! ¡Mochi, lo hiciste…!— Gritó el de mayor estatura alzando a Jimin en el aire dándole vueltas. Jimin sonrió a pesar de que sus ojos estaban llenos de lágrimas, sonrió porque se sentía una de las personas más alegres.
Yoongi se había preocupado por él…
¿Qué más podía pedir?
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Why you don't Smile? » Yoonmin «
FanficPark Jimin tiene 16 años de edad y está enamorado del ser más despreciable de todo el Instituto: Min Yoongi. Cierto día Jimin comienza a pegar notitas con frases un poco cursis en el casillero de Yoongi y este decide buscar al dueño de las notitas y...