Yoongi realmente no tenía ganas de hacer nada ese domingo. Sabía que su madre tenía una especie de tradición la cual consistía en pasar los domingos en familia y cenar todos juntos. No es que la idea le desagradara porque amaba pasar tiempo con su familia y su mamá cocinaba como los dioses; pero ahora mismo no tenía ni ganas de verse a sí mismo al espejo.
Para entender su manera de pensar debíamos analizar su día. Se levantó temprano –primer causante de su estado– para acompañar a su padrastro a la productora a recoger unos documentos que serían de ayuda para sus exámenes de admisión en la Universidad de Artes. Todo bastante normal hasta ahí, porque Yoongi a pesar de tener un humor de perros cuando se levantaba temprano, si era por una buena causa no se enojaría tanto a fin de cuentas. Al llegar a la productora, casi a las 9 de la mañana, se encontró con la “encantadora” escena de Somi tomada de las manos con Matthew, el interés romántico de la pelinegra y su mayor enemigo en la cancha de básquet.
Él no se atrevió a mirarla a los ojos por más tiempo, así que sin decir mucho más, recogió los documentos que su padrastro le entregó y salió de allí sin mirarla siquiera. Pero Somi, sí se había percatado de la presencia del pálido al salir; mas decidió dejarlo ir porque sabía que Yoongi estaba enojado.
El rubio al llegar a casa simplemente se aisló en su habitación y se colocó sus auriculares al máximo volumen. Odiaba sentirse celoso de esa manera aunque él sabía que Ennik no estaría con él. Min era consciente de que ella estaba más que enamorada de Matthew pero ¡diablos! Él quería la atención de la canadiense.
Taehyung sintió llegar a su hermano y observó delicadamente como subía a su habitación y la cerraba de un portazo, clara señal de que quería privacidad; pero su instinto de que algo estaba mal podía contra todo el enojo de Min Yoongi. Subió las escaleras hasta la habitación de su rubio hermano y tocó dos veces sin recibir una contesta. Cansado de la indiferencia del pálido abrió sin importarle lo que dijera el contrario. Lo primero que divisaron sus ojos al abrir la puerta fue a Yoongi en posición fetal sobre la cama mirando hacia la pared a su lado fijamente.
Suspiró, odiaba que Yoongi se asilara. Con pasos vacilantes se acercó, pero no lo suficiente como para dañar el espacio personal del mayor.
—Hey… ¿estás bien, Hyung?— Inquirió con voz tranquila y no recibió respuesta. Arrugó su entrecejo, ¿acaso Yoongi lo estaba ignorando? Iba a reclamarle cuando observó sus pequeños AirPods en sus orejas cubiertas por su larga cabellera rubia sin cortar. Acercó su mano con delicadeza y tocó su hombro. Yoongi al sentir el tacto se quitó ambos audífonos y miró al menor sin expresión. —¿Todo bien, Hyung?
—No.
—¿Puedo ayudarte?— El peli-naranja se sentó a un lado del más alto y éste se terminó de acostar en su cama cerrando los ojos.
—No, no puedes hacer magia en esta ocasión, TaeTae.
—¡Taehyung!— Gritó la madre ambos hermanos desde la primera planta de la casa. —¡Gimju debe salir a pasear ahora o hará sus necesidades aquí adentro! ¡Sácalo antes de que termine de hacer la cena!
—¡De acuerdo!— Respondió en el mismo tono que su madre el de cabellos naranjas. —¿Quieres acompañarme, Hyung?
—Como quieras.— Contestó el mayor de ambos poniéndose de pie. Taehyung le siguió con una pequeña sonrisa en sus labios, esta sería una tarde digna de recordar.
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.¿Qué se trae el pequeño TaeTae entre manos?
De seguro deben sentirse tristes por lo corto de este capítulo, pero les recuerdo que así es la duración de los capítulos, solo habrán algunos largos, no se acostumbren ¿ok?
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Why you don't Smile? » Yoonmin «
Hayran KurguPark Jimin tiene 16 años de edad y está enamorado del ser más despreciable de todo el Instituto: Min Yoongi. Cierto día Jimin comienza a pegar notitas con frases un poco cursis en el casillero de Yoongi y este decide buscar al dueño de las notitas y...