seven.

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Era como volver al pasado. Estar parado frente a él era como tener diecisiete años de nuevo. Su corazón palpitó con fuerza. ¿Cómo podía ser posible? Lo había pensado todo el día y ahora estaba allí, mirándolo fijamente. Aquellos ojos profundos lo miraban con la misma sorpresa que él sentía. Recordó todo... Una y cada una de las tardes que había pasado con Minhee vinieron a él. Y sintió una presión en medio del pecho. Quiso darse vuelta y salir de allí. No entendía bien por qué. Sacudió un poco la cabeza. Estaba confundido. Tal vez todo era un simple sueño y en cualquier momento iba a despertarse y el rubio no iba estar. De alguna manera tenía que comprobar que aquello era real. Dio un paso hacia el menor.

Kang estaba totalmente consternado por la presencia del castaño. Se sentía un niño de nuevo, parado frente a aquel príncipe que había querido tanto. Su corazón latía rápido. Nada quedaba del Seungyoun que tenía en la mente. Ahora era todo un hombre. Bonito hombre. La garganta se le secó. Más viendo la manera en la que él lo estaba mirando. Aquellos ojos miel que Minnie tanto había amado lo miraban como si fuera un espejismo. Se notaba que estaba confundido.

Woodz levantó una mano y sin dudarlo tocó su mejilla. Minhee dejó de respirar al sentir aquella gran palma contra su piel, y pestañeó seguidamente. El aroma masculino entró por la nariz, llenándole el cuerpo de una extraña sensación. Cho olía a hombre, a sol y campo. Aroma suave y delicioso. Se estremeció.

Él frunció el ceño y movió el pulgar contra su suave cutis, acariciándola. El tacto era muy real. Su piel era sedosa y estaba algo fría, a comparación de su mano.

Kang no pudo evitarlo y sonrió. Él tenía una mueca muy graciosa, parecía estar pensando demasiado. Su cuerpo tembló cuando volvió a repetir el movimiento de su pulgar.

¿Cómo podía algo tan insignificante como una caricia hacerlo sentir tan... Tonto? ¿Cuándo había sido la última vez que un hombre lo había acariciado de esa manera tan inocente? Como queriendo conocer, recordar.

Entonces el menor también levantó la mano y tocó su rostro. Su palma cosquilleó ante la sensación de la piel, algo rasposa. El ojimiel levantó ambas cejas en un chistoso gesto de asombro.

Hola, Seungyoun.—habló al fin.

Cho estaba anonadado. Se sentía un completo idiota. El corazón le latía demasiado rápido para ser normal. Un nudo se le formó en la garganta.

Hola... —logró decirle.

Minhee sonrió aun más, mostrándole todos sus dientes. Él se sintió contagiado por esa hermosa sonrisa que pensó que había olvidado. Pero ahora que el chico volvía a sonreírle de aquella manera... se dio cuenta de que era imposible de olvidar.

¡Aquí están! —exclamó ella.

Ambos giraron la cabeza para mirarla. Toda la magia se perdió. Se alejaron rápidamente, totalmente avergonzados. La señora Cho arqueó una ceja, y luego sonrió por lo bajo. Seungyoun la fulminó con la mirada.

¿Qué se te ofrece, madre? —le preguntó.

Ella se aguantó la risa. Ambos estaban rojos como tomates. Como si ella los hubiese encontrado haciendo algo muy malo.

Solo buscaba al niño Kang.—le dijo y miró al muchacho. — Tu padre quiere verte, dice que tiene algo que mostrarte o algo así.

Oh. —musitó. — Gracias, Yoo mi.

Miró a Woodz. Y le sonrió levemente. Él quiso decirle algo pero las palabras no salieron de su boca. Estaba tan sorprendido de que estuviera allí de nuevo. Jamás pensó que volvería a verlo.

Es un gusto volver a verte, Seungyoun.

Igualmente, niño.

El rubio apretó los labios y caminó hacia la salida. Se giró a verlo una vez más y sin decir nada desapareció. El castaño se quedó quieto mirando por donde acaba de salir el bello chico.

Creo que metí la pata.— dijo Yoo mi divertida.

Seungyoun seguía con la mirada fija en la salida.

No puede creer que esté aquí.—murmuró.

Intenté decírtelo un millón de veces. —exageró. — Pero siempre te ibas corriendo sin terminar de escucharme. —él siguió con la mirada fija en aquel lugar.

Todavía no lo entendía... ¿Por qué estaba de nuevo después de tanto tiempo?

—Ya, Seungyoun... Quita esa cara de bobo.

Caminó hasta su madre para empujarla levemente y que caminara hacia la casa. Tenía pensado llegar, arreglarse e ir a cenar como su jefe se lo había pedido. Tenía que averiguar por qué Minnie había decidido volver... Y quién demonios era el tal Dongpyo.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2020 ⏰

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