Un secreto ocultando, un terror evadiendo, un deseo anhelado; y pensar que las peores cosas que pude hacer, matar a mi amor, las cometí con tan solo catorce años de edad y ahora oculto mis emociones para no liberar al "no humano y no animal" que he...
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En la ventana observé el hermoso paisaje, de verdad saldría de la rutina diaria...
Le dí un vistazo al gemelo Kagamine que estaba viéndome de vez en cuando "disimuladamente".
- ¿ Y bien?, -le pregunto y el solo da un pequeño brinco- ¿ Qué planeas hacer hoy?.
- No sé, lo que se nos cruce en el camino.
- Bien.
Miré otra vez por la ventana del autobús y en menos de diez minutos ya habíamos llegado a nuestro destino; bajamos de dicho transporte y nos dirigimos caminando al centro de aquel pueblo.
Había cada vez más gente por lo que nos decía que estábamos cada vez más cerca del pueblo de Enbizaka, hací es, el nombre del pueblo conocido por la canción de Enbizaka No Shitateya; cantada originalmente por Luka Megurine, interpretando al pecado de la envidia como Kayo Sudou, una joven sastre que, cegada por la envidia y celos, cometió los más terribles homicidios continuos y hací mató al hombre que dijo amar, comprobando al final de la canción que solamente era un desconocido.
Esa es una de mis canciones favoritas, me gustó el álbum en general.
- ¿ En qué piensas? -me preguntó mirándome de re ojo.
- En nada interesante... -le respondí mirando algunos puestos de comida y demás que estaban llenos de gente.
- Ven mira, ¿ Tienes hambre? Podríamos comer allí.
Me apuntó hacia un puesto de pan dulce *-*
- ¡ Vamos~! -le tomé del brazo- No quiero que casi te atropellen como la otra vez -_-
- Esta bien... -frunce el ceño y yo le sonrio.
Pasamos por la avenida hasta llegar al otro extremo. Cuando llegamos, Len fue a comprar algunos panes y yo me quedé en la esquina de la calle esperándolo.
- ¡¡¡ CUIDADO!!!
Alguíen gritó pero no logre ver el dueño de esa voz por lo que no le tome importancia.
Gran error. Caí al piso como un costal de verduras ;-;
My body >:'c
Intenté levantarme lo más rápido que pude y me encontré con un peculiar muchacho peliverde. Él vestía de ropas coloridas.
- Lo siento mucho -le dije para agacharme y ayudarle a levantarse.
- No te preocupes, no es la primera vez que me caigo de la patineta jajajajaja. -habló para mirarme un momento.
- ¿ Tu no eres...? -no terminó de preguntar cuando alguíen le interrumpió.
- Lila, ¿ Estás bien? -con un tono de preocupación Len me preguntaba.
