Un secreto ocultando, un terror evadiendo, un deseo anhelado; y pensar que las peores cosas que pude hacer, matar a mi amor, las cometí con tan solo catorce años de edad y ahora oculto mis emociones para no liberar al "no humano y no animal" que he...
— Por favor, Lila. ¡ Escúchame, muchas cosas le señalan! No te hará bien...
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Reí al ver la broma que había hecho por internet.
— ¡ JAJAJAJA!, Que estúpidos... ¿ No les enseñaron lo básico en química en la escuela? -pregunté sin esperar una respuesta pues se me hacía divertido.
Severas quemaduras en ojos y piel... ¡ Ésto no puede ser mejor!
Suspiré y dí por terminada mi tarea al ver las imágenes de esos pobres ingenuos.
Navegué un poco más por las redes sociales, revisaba la cuenta de mi amada Lila. No había algo llamativo, solo el blog medio personal y laboral que ella actualiza todos los días; pero eso no quiere decir que me guste ver que hace.
Jugaba con mi habitual bolígrafo para escritura mientras hacía un par de clicks y demás, fue que me detuve al ver una publicación en particular.
" Seis meses han pasado, te amo tanto.", Eso decía aquella actualización de estado.
Apreté tan fuerte la pluma que terminé rompiéndola, no podía creer lo que veía. Sinceramente, detestaba aquel traga helados, no le bastó con salir a lado de mi niña cada fin de semana, olvidándome por completo...
¿¡ Seis meses!?, ¿ Esto es en serio?
Me concentré tanto en mi ira y envidia que olvidé por completo que mi mano se encontraba cubierta de ese rojo carmín que tanto me gusta ver en mis víctimas.
No solo me levanté de mi asiento con indignación, también caminé a curarme la lesión que me provoqué mientras maldecía una y otra vez al de cabellos azules.
De verdad lo odio, este tan puro y ardiente sentimiento se ganaban todas las personas cercanas a mi amor. No podría ignorar a toda la gente que merodea y admira al ser más perfecto de este mundo.
Intenté calmar mis pensamientos e ignoré por un momento esa sed de sangre que pedía a gritos la tortura y muerte de ese hombre.
Hice lo debido, curé mi mano y caminé de nuevo a mi computador. La casa hoy parece un pueblo fantasma, nada fuera de lo común.
Mi bella mujer tiene su localización activada, mi hermosa chica ingenua no podrá negarse a mis peticiones por su bien. Abrí una aplicación que me resultaba muy útil para saber la ubicación de Lila y así estar tranquilo.
Y no, no vengo a narrar algo impactante y mucho menos una muerte. Hoy solo hablaré de mi rutina diaria. Si fueran tan listos como dicen ser, revisaría bien cada una de mis acciones, mis pensamientos y emociones; porque cada palabra que menciono, es importante. Cuenten bien los números y busquen pistas, inclusive donde no hay nada, como algunos dicen: "busca la quitan pata del gato". Les ayudará mucho para entender, pero si quieren seguir llevándose datos que les hará dudar de su existencia, son libres de seguir leyendo.
