Amor de Luna

17.Pensando

Cuando Rafael llegó al cuarto de Hope se la encontró tirada en el suelo, la tumbó en la cama y le tomó el pulso, su corazón latía. Por más que esperaba ella no despertaba, estaba empezando a ponerse nervioso. Al cabo de unas horas decidió avisar a Alaric, decidió contarle todo lo que había pasado.

-Rafael, la ventana.

-¿La cierro? -preguntó Rafael.

-¿Qué? No, la ventana.

-¿Qué le pasa a la ventana? Está abierta, pero... - Rafael no pudo reinar la frase, ya que entendió lo que Alaric le quería decir.

Rafael se acercó a la ventana, había sido forzada y la cerradura estaba rota, después repararon en la cabeza de Hope, que tenía una pequeña herida de la que manaba un poco de sangre, ya que se estaba curando poco a poco. En ese momento Raf se dio cuenta de que lo había hecho todo mal y ya era tarde para solucionar su error, si esa noche Hope no lo hubiese llamado él no hubiese ido y, probablemente, Hope ya no estaría ahí.

-Todo esto es por mi culpa. -comenzó a decir Rafael con los ojos llorosos.

-¿Qué es culpa tuya? -preguntó Hope, que comenzaba a recuperar la conciencia.

-Todo. -dijo Rafael y, sin más, se fue de la habitación.

Hope se incorporó en la cama y empezó a hacerse todo tipo de preguntas, hasta que se dio cuenta de que Alaric estaba allí, mirándola, y ella estaba absorta en sus pensamientos.

-¿Qué ha pasado? -preguntó Hope confundida.

-Rafael te encontró tirada en el suelo, inconsciente, te puso en la cama y me llamó. Me lo ha contado todo. Después nos dimos cuenta de que la ventana estaba abierta y que tú tenías una pequeña herida en la cabeza que estaba empezando a sanar. -explicó Alaric.

-Yo no abrí la ventana, estaba cerrada cuando llegué.

Hope se quedó pensando, si Raf no hubiese llegado no sabía que habría pasado con ella, se lo debía todo.

-Debemos actuar rápido, debemos empezar el plan.-observó Hope.

-Vale, díselo a los demás y venid esta tarde al despacho.-sin más Alaric se fue de la habitación, dejando a Hope sola con sus pensamientos, sin saber que hacer.

Hope se levantó de la cama y salió de la habitación, iba caminando despacio por los pasillos recorriendo con la vista todas las puertas de las habitaciones, sabía de sobra hacia dónde se dirigía y no le hacía falta mirar las puertas porque se sabía el camino de memoria. Iba despacio, para pensar en que sería lo primero que diría, lo que haría. En ese momento llegó a la puerta que buscaba, llamó suavemente y esperó a que abriese aquella puerta que, en aquel momento, la intimidaba. La puerta se abrió lentamente y dejó ver a todos sus amigos en la habitación de Penélope, ya que, al final, habían acordado ir allí, llegaba diez minutos más tarde de lo que habían acordado y ya estaban todos allí.

-Llegas tarde, Hope.-dijo Kaleb, que estaba impaciente por saber porqué estaban reunidos allí.

Hope no respondió, simplemente se sentó en la cama de su mejor amiga mirando hacia un punto fijo, esperando, Rafael todavía no había llegado.