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Una joven de 16 años se acababa de mudar por su trabajo..

Ella ahora trabajaba en un restaurante infantil..

Sus compañeros eran buenos..

-Elm

-Neferet

-Noa

Al ser un restaurante infantil, ellos tenían que usar máscaras de animales..

El nombre de aquel restaurante era "Restaurant Jungle Jam"

Nuestra joven Aurora tenía una máscara de pantera. Neferet de Jaguar, Noa de oso y Elm de leon.

Las máscaras dejaban a vista solo los ojos y la boca

Ella era la más querida por los niños, ya que era la más joven así por decirlo..

La jornada empezaba normal.. Su horario era de 11:30 a 6:30..

Ella estaba atendiendo a los niños, todo están tranquilo hasta que sintió una mirada en ella..

Ella busco a la persona proveniente de ella, y en la entrada encontró a un pelinegro, sus ojos del mismo color y una tez blanca..

El no la dejaba de mirar, así que decidió acercarse para ver que necesitaba..

–Mucho gusto– ella sonrió. –Mi nombre es Aurora Velet's, en que puedo servirle?– dijo ella amablemente..

–Venia por mí sobrino, su nombre es Julián Western– dijo el joven con frialdad.

Ella saco una lista que tenía acompañada de su libreta de órdenes.

–Julian Western– dijo. –En la mesa 34– dijo ella sonriendo a lo que le señalo una mesa..

–Gracias– fue lo que dijo para luego ir a buscar a su sobrino..

–El era más frió que Rusia– dijo ella riendo y siguió en su labor..

Los siguientes días el joven empezó a venir, y ella lo atendía..

Y así paso hasta que la joven ya tenía sus 17 años..

Ella ya conocía el nombre del joven..

El se llamaba Elian Western y contaba con la misma edad de ella..

Lo que la joven le daba miedo era que en ese poco tiempo habia empezado a sentir cosas por Elian..

Ella hablo sobre esto con Neferet, y esta le dijo que debía decirle eso a Elian..

Por unas semanas la joven lo evitó, y cada vez que llegaba por su sobrino mandaba a Neferet o Elm, y cuando algunos de ellos dos regresaban, le decian que el preguntaba por ella, lo que a ella la hacia poner nerviosa.

~•~•~•~•

Una joven pelinegra estaba atendiendo a unos niños, y estos le habían preguntas sobre que porque usaban sus máscaras o si ellos eran mutantes o algo así, a lo que la joven respondía con algún cuento inventado.

Ellas estába tranquila en su labor, hasta que sintió que la jalaban hacia el cuarto de mascaras...

Todo estaba oscuro, solo se miraban unos ojos azul cielo brillar fuertemente y unos ojos negros..

Ella conocía ese aroma, por ende se puso nerviosa..

–Por que me has evitado Aurora?– pregunto una voz algo ronca..

–E-evitado? Yo? N-no– la joven estaba nerviosa. –Yo solo estaba haciendo otras cosas– dijo al final..

Ella empezaba a sentir la respiración del contrario más cerca a ella, y era cuestión de segundos para que la respiración de ellos se mezclaran..

Estas seguro de lo que vas a hacer?– pregunto la joven con los ojos cerrados.

–Nunca he estado más seguro en mi vida– dijo el para terminar de acabar la distancia entre ellos.

~•~•~•~•~•~•~

La luz le molestaba los ojos, así que empezó a abrirlos lentamente y acostumbrarse a la luz entrante..

–Hay sueños que parecen realidad, y realidad que parecen sueños– dijo ella en un susurro

–Oh ya estás despierta– se escuchó una voz femenina. –Un día más y Elian se tira por la borda el solo– dijo ella para luego reir..

La ojiazul dirigió su mirada a una pelinegra con ojos negros, era casi, no mucho, igual a Elian..

La pelinegra se acerco y se sentó en la silla a lado de la cama..

–Mucho gusto– ella sonrió. –Lawiet Western– dijo ella.

La ojiazul empezó a sentarse y segundos después le dirigió una sonrisa.

–Auror Letsvit– dijo.

–Tengo un regalo para ti– dijo la ojinegra para luego sacar algo. –Era mía, pero cuando deje a mis hermanos decidí no llevármela, y el día de la emboscada miré como la usabas– sonrió. –Asi que quiero que la conserves– dijo mientras le entregaba la espada que ella utilizo aquel día.

–Gracias, aunque no tenías que preocuparte– dijo la ojiazul. –Oye a todo esto. ¿Cuanto tiempo llevo dormida?– pregunto con curiosidad.

–Creo que..– ella hizo una pausa. –dos semanas– dijo a lo que la ojiazul se asustó. –Tranquila, todo a esta bien– sonrió. –Aunque en el barco se dice que extrañan tu comida, y que la de Andra no se compara a la tuya, y que también hace falta tu presencia, y Elian ya estaba muy preocupado por ti, al igual que la señorita Catriel, Cobain, Brais y Abril... La que parecía feliz con todo esto era Andra..– ella hizo una pausa y pensó un poco más. –Y creo que ese es el resumen de las dos semanas– dijo para sonreír. –Ya regreso, voy a hablar con los demas– y dicho esto la joven salió de la habitación.

La joven se encontraba detallando la espada que ahora tenía, y de un momento a otro recordó el golpe que había recibido, así que se quitó la cobija poco a poco y se sorprendió al mirar que su rodilla ya estaba perfecta, no tenía rastros de los golpes que había recibido, ella sonrió y se levantó.

Fue a aquel baúl que había y se sorprendió al ver que tenía un nuevo vestido, este era ahora azul claro con toques oscuros..

–No pudieron elegir otro color?– se cuestionó ella misma.

Ya cambiada, se disponía a salir, pero en la puerta choco con alguien..

Los rasgos eran similares a los de Elian y Lawiet, a diferencia de que los ojos eran cafés..

–Lo siento jovencita..– dijo disculpándose. –Mi nombre es Erick Western– sonrió.

–Auror Letsvit– dijo con una sonrisa.

–Mucho gusto, otro día seguimos hablando jovencita, tengo trabajo que hacer– ella asintio y se despidió mientras miraba a el joven irse.

–Auror!?– ella sintió un grito y segundos después un abrazo. –Me tenías preocupado!– hablo.

–Elian me asfixias– dijo ella a lo que el la bajo..

–Me hacías mucha falta– sonrió. –Te queda bien el vestido– dijo.

–Lo elegiste tu?– el asintió. –Gracias– ella sonrió.

–Bueno, quiero que descanses, ya que en pocos días vamos a llegar Suecia y quiero presentarte a alguien muy especial para mí, así que te quiero lista– le guiño el ojo. –Nos vemos– dijo y se dispuso a irse, pero detuvo su caminar. –Aaa y por cierto ya extrañaba tu comida, y no solo yo– dijo y ahora sí desapareció.

–Que are contigo Elian– dijo ella para sobar sus mano pero la sintió vacía. –Maldita sea! Y la pulsera!–

The Captain's CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora