Me gustaría sentirme invencible, sin miedo. Sentirme poderosa, poder controlarme a mí misma, a mis demonios y a mis pesadillas.
Me gustaría ser letal, saber que podría aplastar a quien se me pusiera por delante. Ser mi propia guardaespaldas, mi amiga y no mi enemiga, una ayuda en vez de un lastre.
Me gustaría alcanzar la mejor versión de mi misma, pero supongo que para eso se necesita una vida y, a estas alturas, ando con bastantes años de retraso. "Nunca es tarde para empezar de nuevo", dicen. Para mi no es tarde, pero cuesta. Cuesta mucho verse desde detrás de un cristal, como si mi vida estuviera fuera de mi alcance. Es como si mi consciencia se me escapara entre los dedos...
Me gustaría poder perdonarme mis errores. El día que acepté que no podía ser perfecta fue el día que me decepcioné a mí misma. En vez de sanar, se abrían más heridas.
Decepción, enfado, frustración, impotencia.Y si todo esto me lo estoy inventando, si mis lágrimas y mi dolor son autoimpuestos y sufro "porque quiero"... para qué vivir, si vivo así.
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Reflexiones de una mente transtornada
EspiritualLo que estoy aprendiendo de la vida. Las cosas no siempre salen como a uno le gustaría. Tal vez escriba esto precisamente por eso. Espero que encuentren en mis pensamientos algo que les guste.