Decimos que la infancia es la época más feliz de nuestras vidas, pero nadie logra imaginarse por qué. Los niños están abiertos a todo a su alrededor, están tan abiertos a la felicidad como a la tristeza. A un niño es muy fácil hacerle reír, y muy fácil hacerle llorar. Y eso debería hacernos pensar.
Una persona a la que le cuesta llorar también le cuesta ser feliz.
El corazón o lo abres, o lo cierras. No hay términos medios.
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Reflexiones de una mente transtornada
SpiritualLo que estoy aprendiendo de la vida. Las cosas no siempre salen como a uno le gustaría. Tal vez escriba esto precisamente por eso. Espero que encuentren en mis pensamientos algo que les guste.