Capítulo 9.

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Después de haber bajado de aquel barco se dirigió inmediatamente a la mansión de su gemelo, moría de ganas por ver a su esposo e hijo, trabajar en la marina le apasiona pero es muy consumidor, iba a dejar de lado su sueño para pasar más tiempo con su esposo e hijo, aunque Asmita se valía por si mismo no era factible descuidarlo tanto, su esposo no quería que abandonará su trabajo pero el no quería contratar a un enfermero o alguien para que lo cuidará pues no le gustaba hacer sentir a Asmita como un invalido, sabía que su rubio era muy capaz es solo que el no se perdonaría que algo le pasará y por ello decidió que no había mejor lugar para su familia que con su gemelo.

Sabía que estarían bien junto a Aspros...que equivocado estaba.

Por fin vio la mansión de su hermano y con entusiasmo toco la puerta que fue abierta instantes después por la mucama que se impresionó de ver nuevamente al gemelo del alcalde.

—Señor Defteros que dicha verlo, pensamos que llegaría en un par de meses—Exclamo Calvera  con emoción, con la llegada del esposo del señor Asmita este se animaría más pues últimamente estaba muy ido.

—Tambien lo pensé así, pero el capitán nos dió unos días de descanso y vine de inmediato para ver a mi familia—Dijo entusiasta, no estaba enterado de la desaparición de Camus, la ida de Shaka y mucho menos de lo que en esa casa ocurría—¿Se encuentran todos en casa?—Pregunto mientras se adentraba con su poco equipaje, no se quedaría muchos días.

—Pues...creo que es mejor que le expliqué la situación el Señor alcalde o su esposo—No le parecía propio ser ella quien diera esa información pues eran cosas de la familia Gemak—Si gusta llamo al patrón.

—O claro, pero ¿Mi esposo no está?—Pregunto, le gustaba la idea de ver a su gemelo pero sinceramente al que más quería ver era a Asmita y también a Shaka.

—Si Señor, es solo que el alcalde nos pidió que no molestaramos al señor Asmita pues se encuentra enfermo—Aspros le había dicho a la servidumbre que Asmita estaba mal para que no los fueran a molestar mientras hacían sus cosas.

—¿¡Que!?—Dijo con suma preocupación—Con más razón debo verlo—Dijo dispuesto a subir las escaleras—Me dió gusto volverte a ver Calvera, iré a ver a mi esposo.

Mientras tanto en la habitación del rubio este era penetrado salvajemente por su cuñado, las mordidas de Aspros estaban marcadas en su piel y estaba tan agotado que ya no sentía sus extremidades.

Calvera le insisto al moreno que le dejara dar aviso pues su patrón fue muy claro en no molestar a Asmita y no quería ser despedida por su jefe, tocó la puerta y el mayor dejo lo que hacia para gruñir molesto, quién sea que haya interrumpido se las vería con el.

—Disculpe por importunar señor Asmita, su esposo ha llegado del trabajo y desea verlo—Al rubio se le ilumino la existencia y estubo a nada de gritar por ayuda cuando le gemelo cubrió su boca para susurrarle.

—Escúchame muy bien invalido de porquería, recuerda que si abres la boca tus amados hijo y esposo serán comida para gusanos, vas a actuar con normalidad con mi hermano y te vas a cubrir tu cuello de puta, si te pregunta por qué no sales de cama es por qué estás enfermo, cuida muy bien lo que dirás o atente a las consecuencias—Mientras le susurraba el menor lloraba en silencio, de sus ojos ciegos caían lágrimas de temor—¿Entendiste?—Pregunto y Asmita solo asintió, poco a poco iba quitando la mano de su boca.

—¿Señor Asmita se encuentra bien?—Pregunto la mucama preocupada, el rubio suspiro antes contestar para calmarse y su voz no sonara quebrada.

—Lo siento estaba dormido, por supuesto dile que suba por favor—La chica afirmó y se fue en busca del moreno.

Corazón De Tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora