Capítulo 18.

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Radamanthys  Wyvern veía con fascinación como su amado esposo saltaba sobre su sexo, le tomaba fuertemente las caderas profundizando las embestidas.

—Kanon serás mi muerte...—El mencionado sonrió de lado.

El rubio cambio de posiciones dejando a la vista los torneados y bien trabajados glúteos de su esposo mientras continuaba con un vaivén de embestidas.

—Rada... ahí justo ahí ¡Más fuerte!—Una sonora nalgada lo hizo dar un grito ahogado.

Wyvern tomo entre su mano el largo y sedoso cabello de su acompañante y lo halo para que levantara su cabeza, afianzó su mano libre en la cadera del menor e intensificó el vaivén desenfrenado, la habitación se llenó de sonidos obscenos y gemidos de ambos hasta que juntos llegaron al clímax.

Con la respiración agitada y las piernas entrelazadas cayeron en la colcha.

—¿Listo para otro round?—Pregunto Kanon apenas regulo su respiración con el entusiasmo que le caracterizaba.

—Sabes bien que sí.

Empezaron a besarse apasionadamente dispuestos a terminar enredados en las sábanas pero el sonido de la puerta de la recámara principal los distrajo, lo ignoraron pero era insistente.

—Señores...lamento interrumpir pero tienen visitas —Hablaba la empleada doméstica tras la puerta apenada, sabía que sus patrones estaban ocupados pero era inevitable interrumpirles.

—Quien quiera que sea puede marcharse, hoy no recibiré visitas —Dijo Radamanthys con firmeza, hoy era su día libre y era exclusivamente para dedicárselo a su adorado esposo.

—Disculpe la insistencia señor, pero la visita es para el joven Kanon—El menor que estaba distraído devorando a besos a su marido arqueo la ceja.

—¿Visita para mí?—Pregunto extrañado.

—Si joven amo, es una persona idéntica a usted junto con alguien más, dice ser su hermano, pero ya les diré que se retiren—La mucama se encamino a la salida.

Kanon abrió sus ojos en grande y sin dudarlo corrió hasta la puerta sin importarle su desnudes.

—¡No! Por favor hágalo pasar en un momento salgo.

La mujer solo afirmó con la boca abierta y completamente sonrojada por ver a tan hermoso ser como Dios lo trajo al mundo, por más que sabía que no era correcto ver era simplemente imposible desviar la mirada.

—Gracias puedes retirarte—Radamanthys cubrió con una sábana la desnudes de su esposo, no se molestó con su empleada era inevitable no verlo.

—Por todos los dioses rada ¡Vístete! Mi hermano está aquí—Apresurado corrió hasta la ducha con el corazón acelerado...¡Su gemelo estaba ahí!

Mientras tanto Aioros y Saga fueron invitados a esperar en la sala de estar, el gemelo mayor movía el pie ansioso y el gitano no podía evitar ver todo a su alrededor jamás había estado en un sitio tan lujoso, era como un niño detallando todo sin malicia pero con curiosidad por lo desconocido.

A los pocos minutos salió la pareja ya aseada, el gemelo menor no podía creer ver a su hermano en su mansión, siempre de vez en cuando hablaban por correspondencia pero desde hace un tiempo simplemente le dejo de contestar y sabía que se debía a su padre, verlo ahí le hacía creer que había huido de Cain Pólux como lo hizo el arto de sus maltratos y abusos avergonzado por lo que eran sus hijos.

Ambos se envolvieron en un abrazo, a Aioros le impresionó ver el enorme parecido, Saga no menciono que su hermano era idéntico a el.

"Doble belleza" pensó embobado viendo la escena, pero ver a su compañero tan cariñoso le hacía estremecer el corazón.

Corazón De Tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora