Capítulo 2.

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Su muñeca dolía con el fuerte agarre que ponía su padre en el, el cielo se oscureció y como si entendiera sus sentimientos las espesas nubes cubrieron el brillo de la luna y las estrellas dejando todo desolado y oscuro...¿Era realmente necesario reaccionar de ese modo?se preguntaba el pelirrojo, Si bien su padre era exigente tampoco veía la necesidad de golpearlo en público y mucho menos de arrastrarlo de ese modo, sabia que hizo mal al evadir sus responsabilidades y no estar a la hora acordada en el comedor pero esto era demasiado radical.

—Padre me lastimas...—Le dijo lo más  respetuoso y suave que pudo, el mayor detiene su andar y voltea abruptamente mirándolo con desprecio...una mirada que a Camus le dolía—Papá se que hice mal en salir sin permiso pero pensaba llegar a la cena ¡Lo juro! Solo quería distraerme un rato e imagine que estabas ocupado como para pedirte permiso—Aquello no era del todo una mentira, si bien estaba evadiendo la realidad huir de los problemas no le iba a funcionar toda la vida, se presentaría a esa cena...solo quería saber que se sentía caminar sin vigilancia por las calles y respirar sin guardaespaldas sofocandolo—No tienes por qué molestarte tanto, solo estaba mirando la feria gitana—Concluyo su punto de vista esperando ser comprendido y así al menos lograr que no le queden marcas en las muñecas.

—¡Ese es el maldito problema! Estabas en ese sitio de porquería rodeado de esa gente bandida y asquerosa, tu eres mi hijo. El hijo del alcalde y te estabas exibiendo como un cualquiera, que sea la última vez que te veo cerca de un gitano Camus, o de lo contrario me vas a conocer por las malas—Desiste su agarre pero algo quedo rondando en la mente del menor ¿por qué su padre odiaba tanto a los gitanos? A su  parecer son personas fabulosas y  merecedoras de respeto como cualquier ciudadano, el como alcalde no debería tener tantos prejuicios—Te vas a cambiar esas fachas apenas lleguemos y te comportaras en esa cena, después hablaremos de tu castigo por desobediente y por arrastrar a tu primo en tus estupideces, tienes 18 años y Shaka es más maduro que tú.

—Tio, Camus no me obligó a nada...fui yo el que quiso ir a ese lugar, no lo castigues por favor—El joven rubio tomo las manos de su tío Aspros y lo miro suplicante, daría lo que fuera por qué su primo no pasará por malos ratos, no le importaba que lo castigarán a él.

—No me mientas Shaka, te conozco y se que Defteros y Asmita te han criado bien, eres un buen muchacho. Refinado y educado no como este—Dijo despectivamente refiriéndose a Camus, el galo solo se concentraba en no llorar, no le daría el gusto de verlo derrotado.

—¡Tío!—Le dijo indignado, estaba apunto de contestar pero Camus tomo su mano y negó sonriendo.

—No te metas en problemas por mi Shaka...estoy bien, enserio—Mientras Aspros caminaba adelante los menores iban unos pasos atrás, el galo abrazo al rubio y este correspondió—Gracias.

—Lamento ser tan cobarde y no poder ayudarte Cam...—Escondio su cabeza en el pecho del más alto.

—Ey no digas eso, eres el mejor primo del mundo además...¿Que tan malo podría ser mi prometido?

No estaba equivocado...estaba frente a su prometido y era sumamente atractivo.

Ir a esa cena fue una exelente idea.

Al llegar a la mansión Gemak los jóvenes corrieron a ducharse y se vistieron con sus elegantes ropas rápidamente, estaban en la mesa justo a tiempo, por la puerta de la gran casona entro Caín Polux junto al heredero y prometido oficial de Camus  Saga Polux, el peliazul tenía un atractivo deslumbrante, ese magestuoso cabello, esa piel lozana y lechosa y esos ojos esmeraldas...el corazoncito de Camus se estremeció y no le parecía tan mala idea casarse.

—Bienvenido Caín, es un gusto conocerte al fin Saga. Estás hecho todo un hombre, quiero presentarte a mi único hijo y tú prometido Camus Gemak—Aspros presento al pelirrojo y este se acercó tímido.

Corazón De Tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora