Corazón De Tempestad.

Capitulo 15.

 Al día siguiente Aioros y Saga despertaron temprano para seguir con su travesía, El castaño no comento absolutamente nada de lo sucedido la noche anterior, estaba igual de sonriente y animado como siempre y a Saga se le hacía casi imposible creer que la noche anterior hace apenas un par de horas este sonriente y animado joven se durmió en sus brazos con una crisis nerviosa.

Aunque tenía muchas ganas de preguntarle a Aioros acerca de lo sucedido se contuvo ya que si él hubiese querido comentar algo al respecto ya lo hubiera hecho, Saga era sumamente respetuoso y no quería incomodar al castaño así que no pregunto nada al respecto y silenciosamente se puso en disposición de el para cuando quisiera hablar sobre aquello, y si simplemente no quería hacerlo lo entendería ...después de todo el solamente era un desconocido para Aioros, no es como si se fueran a volver a ver una vez tomaran distintos rumbos.

-¡Bien, ya volví!-Regresaba Aioros que había ido a pescar mientras Saga terminaba de guardar todo lo del campamento improvisado, El mayor tenía la camisa blanca un poco mojada y los pantalones negros se los había remandado hasta las rodillas, traía en una mano sus botas de cuero y en la otra mano en un par de ramas con dos grandes, gordos, y jugosos pescados que humeaban y se veían sumamente deliciosos.

Saga sonrió un poco casi imperceptiblemente cuando lo vio volver, sin embargo aquella curvatura desapareció cuando noto que los pescados ya estaban cocinados.

-Qué bueno que ya volviste, acabo de terminar de guardar todo aquí pero...-Suspiro un poco-¿Por qué cocinaste tú? Yo lo iba a hacer...-Dijo algo desanimado, ya que había recibido comentarios tan positivos sobre su comida quería ser el quien se encargara de la comida a partir de ahora.

Aioros sintió una gota de sudor frio recorrer su espalda, dijo aun sonriendo radiantemente-Oh lo siento, la próxima vez lo harás tú, tu sazón no se compara a la mía, tu comida esta de muerte... literalmente-Murmuro lo último.

Saga esta vez sonrió en grande con autosuficiencia-Ya que te gusta tanto como cocino hoy te hare una ración doble.

-¡Gracias, eres muy considerado!-Exclamo eufórico, el amor de su vida lo estaba complaciendo...de repente su alegría quedo paralizada cuando cayó en cuenta que eso significaba que tendría que comer el doble de pescados quemados e insípidos.

Caminaron por un par de horas preguntando a cuanta persona podían si habían visto a jóvenes con la descripción de Milo y Camus, después de múltiples intentos obtuvieron un par de respuestas positivas, Aioros y Saga en medio de su búsqueda se sorprendieron de que al parecer las personas que buscaban estaban juntas.

-Vaya que gran coincidencia, definitivamente el destino nos quiere juntos. Al parecer Milo esta junto a tu amigo pelirrojo-Dijo Aioros, quería hablar sobre el hilo rojo del destino y que sus estrellas estaban unidas y su amor era verdadero y se sucedería, pero tenía que contenerse si no quería incomodar a Saga y hacer que este huyera de nuevo, él sabía muy dentro de sí que este chico seria el padre de sus 11 hijos, solo tenía que tener paciencia y esperar a que correspondieran sus sentimientos.

-Sí que gran coincidencia, de acuerdo con las descripciones que nos han dado al parecer las personas que buscamos están juntas...-Guardo silencio un momento mientras seguía caminando hasta que una duda llego a su mente-¿Qué eres para ese tal Milo, su pareja o algo así?-Aunque quería que Su tono de voz sonara desinteresado la pregunta salió más ruda de lo que hubiera imaginado.

Aioros se apresuró a negarlo-No, no, definitivamente no. Es solamente un buen amigo que no cumplió con la única regla que tenemos los gitanos, quiero encontrarlo para llevarlo de regreso a casa, puede que Milo este haciendo todo esto porque así lo dicta su corazón pero yo más que nadie se lo que nuestra etnia significa para el...ser desterrado sería sumamente doloroso.