Capítulo 7.

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Aioria le preguntaba a toda divinidad existente el ¿Por qué? Por qué justamente ahora que estaban en apuros y debían encontrar al escurridizo de Milo para evitar que fuera desterrado de los gitanos por desertor su hermano tenia que distraerse con sus bobadas del amor, el jamás se iba a enamorar definitivamente. No quería terminar como Aioros que miraba sin disimulo alguno con su mejor cara de tonto la figura de aquel chico que se encontraba unos metros lejos de ellos.

—Escúchame muy bien Aioros—Comenzo el menor a hablar seriamente—No quiero que empieces de baboso y mucho menos olvides la responsabilidad que tenemos encima por estar de coqueto, entiendo que eres un urgido en toda la extensión de la palabra pero trata de controlar tus hormonas locas. Ya eres un adulto y te debes comportar ¿Me Entendiste?—Pregunto mientras abría los ojos esperando con su sermón el castaño haya entrado en razón pero...

Aioros ya estaba frente a Saga.

Saga caminaba por el bosque para ver si encontraba alguna pista o algún indicio de su prometido, era muy difícil encontrar a alguien en el extenso mundo sin algún tipo de información. Sin embargo esperaba cruzarce con alguien que haya visto a Camus para seguirle el rastro y poder llevarlo a casa para así casarse y terminar con los problemas que volvían su vida una odisea.

En su camino se interpone un castaño que vestía un atuendo bastante particular, una camisa blanca que dejaba al descubierto su tonificado pecho, unos pantalones ajustados negros con unas botas corte alto marrones de cuero y en su frente había una cinta roja.

Sin duda era un gitano.

Iba a pasar de lado y seguir con su búsqueda pero el castaño le hablo obteniendo su atención.

—¿Te dolió?—Le pregunto Aioros con semblante preocupado al heleno que parpadeo confundido sin entenderle.

—¿Disculpa?—Le devolvió la pregunta.

—Si, definitivamente te tuvo que doler—Dijo con semblante comprensivo.

—No tengo idea de que me hablas...con permiso tengo cosas que hacer—Volvio a caminar con intenciones de alejarse pero el castaño lo tomo por la muñeca.

—Definitivamente te tuvo que doler cuando caíste del cielo bello ángel—Se fue acercando de más al peliazul que lo miraba extrañado—Me llamo Aioros...pero tú me puedes decir amor de tu vida—Saco una flor de quién sabe dónde y se la ofreció a Saga—Una flor, para otra flor.

Sonrió galante esperando su nueva conquista cayera a sus pies, definitivamente sus coqueteos enloquecieron a ese chico. Cerró los ojos esperando el inminente beso...

Abrió un ojo segundos después ya que no sentía nada suave en sus labios y valla sorpresa suya...el chico no estaba.

Aioria que veía como su hermano hacia el ridículo se acercó hasta donde esté estaba consternado.

—El chico que acosabas huyó horrorizado—Dijo con alivió—Sigamos buscando a Milo hermano, y no te deprimas... tienes muchas personas que se vuelven locas por ti en el campamento—Palmeo su hombro y comenzó a caminar nuevamente esperando ser seguido por el mayor, al ver que no lo seguía decidió llamar su atención—¿Que te pasa ahora Aioros?

—Se fue...—Dijo destrozado—¡No valoro mi florecita! Tengo que encontrarlo, ese chico será el padre de mis hijos y el amor de mi vida, ahora sí creo que me enamoré—Comenzo a correr para alcanzar a su nueva conquista.

—¡Ay no Aioros! Tu siempre dices eso de todos. Entiende que no te enamoras de alguien que acabas de ver, Vamos ya a....—Nuevamente fue vilmente ignorado.

El menor suspiró estresado, al parecer encontar a Milo no sería nada fácil.

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Corazón De Tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora