El tiempo no se detiene.
Los miedos siguen.
Recuerdos hermosos quedan.
Los sueños pasan.
El tiempo se refleja en la piel.
Las esperanzas quedan en el olvido.
No es cuestión de poder, si no de querer.
...
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Pov. Levi [...]
Años después.
Mi hija Elizaidy tenía los mismo rasgos de Eren.
Aveces pienso que puede ser un castigó pero después entiendo que es algo que adoro apreciar. Los años pasaron y se notaba en mi piel avejentada. Mi cuerpo ya estaba cansado.
Tengo 74 años, lloré, sufrí, maldije, suplique y amé.
Viví.
Es tranquilo saber qué cuide muy bien de mi hija. De mi preciada joya.
Ella ya tenía una familia, ella estaba consiente de quién fue la persona que le dio la vida. Ella era una gran mujer.
Elizaidy me acompañaba a visitar la tumba de nuestros seres queridos.
Mi vida fue dolorosa. Sufrí la perdida de mi madre, los padres de Eren y de mi único y fiel amigo.
Me dolía, me dolía mucho. Pero la vida tenía que seguir, pensé muchas veces en abandonar todo pero veía a lo único que me quedaba. No podía dejarla sola. Tenía que tener un padre que la cuidará en todo momento. Eso hubiera querido Eren.
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Deje un ramo de flores en cada tumba. Me encargaba de limpiar las lápidas y mantenerlas limpias.
Me senté por un rato y contemple el cielo. Se veía como en el sueño que había tenido hace mucho tiempo.
Me levanté y deje un beso en la lápida de Eren. Me despedí y regrese a mi hogar.
Busque entre las cosas que había aguardado hace tiempo. Encontre la libreta que le regalé a Eren y el cuadro que le hice para nuestro aniversario.
Ya estaban desgastadas y viejas al igual que yo.
Lleve esas dos cosas a mi habitación, el cuadro lo deje en la pared y la libreta al lado mío. Mientras veía la pintura sonreía bobamente.
Nunca lo deje de amar.
- Sabes amor... Me vuelven loco tus ojitos.
Seguí viendo el cuadro y recordé la primera vez en que lo vi, cambio mi vida completamente.
- Sigues siendo mi chico de ojos bonitos.
Recordé el primer beso que nos dimos.
- Cuide bien de nuestra hija, estarias orgulloso de ella. Es todo una mujer hecha y derecha... Es idéntica a ti...
Abrace la libreta y escuché una voz delicada. Era esa voz que aceleraba mi corazón. Era esa voz que extrañe tanto.
- Lo sé amor. Estoy muy orgulloso de ella, de mi pequeña Elizaidy.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y allí vi a Eren. Se veía de la misma edad en que nos conocimos. Se acercó a mí y se acostó a mí lado.
- Te dije que siempre estaría a tu lado.
Sentí un suave beso en mis labios.
- Tenemos que irnos... Sígueme cariño.
Me levanté, tome sus manos y lo abracé. Creí que era un sueño pero se sentía tan real.
- Me llevaré el cuadro y la libreta - dije y lo abracé más fuerte.
Él soltó una pequeña risa - A donde vamos no necesitamos nada de eso.
Asentí y lo besé.
- Aún te amo, Eren. - Dije. Él también habló- Aún te amo, Levi.
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Mi cuerpo era más joven, ya no tenía arrugas ni nada por el estilo.
El lugar era tranquilo, todo era una paz absoluta y lo único que escuchaba era la cantarina risa de Eren.
Era verdad lo del paraíso, si estaba con Eren, ese era mi paraíso.
Nos besamos y abrazamos. Eren me miró y dijo cerca de mis labios - Retratame... Retratame una vez más, pero esta vez para siempre.
Junte más nuestros cuerpos, sentí su respiración chocar contra mi pecho, me tomo de las manos y caminamos por un sendero.
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