El Hermanito Perfecto 《Ae x Pete》

Capítulo 2

Ae había entrado a clases, pero la estaba pasando bastante mal por dos simples razones.

1.  Química no era la materia más interesante del mundo.

2. No dejaba de pensar en su made y lo enojado que se sentía por ese tema, tan enojado que podría golpear a cualquiera que le hablara.

Así que luego de un rato decidió escabullirse con la excusa de ir al baño, planeaba quedarse todo el día encerrado en aquel lugar si fuese necesario para no tener ningún vinculo con los demás, a veces ser tan conocido era agotador.

Al llegar al baño lo primero que hizo fue sacar un cigarrillo y el encendedor, no era un adicto a ello o algo así pero lo hacía de vez en cuando.

Pensó un poco más en su madre, quien había perdido a su padre hace unos dos años atrás y ahora resultaba que se había casado de nuevo sin siquiera consultarle.

Apago el cigarrillo en el suelo y lo aplasto con su pie, se miro un segundo en el espejo del baño para luego golpearlo con su puño, haciendo que este se quebrase y claramente sus nudillos comenzaron a sangrar.

Odiaba la idea de pensar que el nuevo hombre de su madre sería un remplazo para su querido padre.

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Las clases de pete habían acabado de la misma manera en la que habían empezado.. habían materias muy fáciles y demasiado atractivas como biología pero... apesar de que ese pequeño niño era lo bastante inteligente también tenía o mejor dicho había clasificado algunas materias como malas, no por su contenido si no por los profesores que realmente no sabía si no querían enseñar o no sabían hacerlo

Al final del atariado día había quedado con su padre de  verse fuera del colegio para reunirse con su "madrastra" sólo se limitó a escucharlo hablar de diversas cosas durante todo el viaje exhausto hasta la casa de la que sería su nueva madre.

— Ella tiene un hijo... tiene aproximadamente tu edad ¿podrías hacer el intento para llevarte bien con el? Prometo que trataré de hablar con su madre para que el también sea educado con tigo ¿estas de acuerdo? — sólo asentio bajando del auto al llegar, su padre tocó el timbre y Pete sólo permanecío callado a una distancia prudente de el esperando que la contraria saliera de su casa para poder conocerla después de tanto tiempo.