Capitulo 5

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*DAMIAN*

Le habían dado de alta a Venus hoy por la mañana.

Sus cosas estaban siento empacadas en cajas por Laia, serian llevadas a su departamento mañana a primera hora.

Estuve todo el día encerrado en mi despacho, poniéndome al tanto de los días que había estado ausente en la empresa, contactándome con el personal de Atlanta y poniendo todo al día, para cuando mire el reloj, eran las 18:20 de la tarde y con algo de suerte Hank y Laia ya debieron de haber empacado todo y montado en la camioneta. Me habían preguntado si quería ayudar pero la verdad es que ver como todas sus cosas eran retiradas de mi casa, no podía con eso.

La falta de sueño me había creado unas enormes sombras bajo los ojos, no hubo ni un solo día en estas ultimas tres semanas que haya podido pegar un ojo en toda la noche. La escena siempre que intentaba dormir se repetía una y otra y otra vez en mi mente, haciéndome despertar entre sudor y gritos.

Si tan solo me hubiera escuchado, sin tan solo me hubiera dado la oportunidad de explicarlo lo que realmente paso, si tan solo hubiera corrido rápidamente detrás de ella cuando dejo las puertas de mi oficina, nada de esto hubiera pasado y con un poco de suerte, ella seguiría conmigo.

Nunca me había besado con Amber, todo simplemente fue un mal entendido, y supe tarde que todo había sido planeado justamente para que Venus reaccionara de aquella manera. Amber fue despedida al día siguiente del accidente de Venus, luego de que se entero lo que le había causado, ella había confesado todo, había estado justo en ese momento de aquella manera para que todo esto sucediera.

Habia entrado a la oficina y le había enviado un correo electrónico haciéndose pasar por mi, ella misma se me había tirado encima cuando Venus había abierto la puerta, en el momento justo para que, desde su punto de vista pareciera que estuviéramos haciendo otra cosa.

Aun recuerdo el ruido, el golpe y ver como el cuerpo de Venus fue arrojado metros mas allá por el impacto del auto, no se quien la había atropellado, el conductor se dio a la fuga una vez lo hizo y ni siquiera Hank pudo alcanzarlo después, con un poco de suerte mirarían las cámaras de los semáforos, para lograr apuntar la matricula del coche y poderlo encontrar por ahí. 

Habia sangre por todos lados, cuando llegue a su lado ya un charco de sangre la rodeaba, pensé lo peor, pensé por un momento que la perdería para siempre, hacia muchos años que no sentía aquel dolor tan inmenso. No despertó, no ese día, tampoco al siguiente, ni al siguiente del siguiente. Fueron dos semanas de dolor, de impotencia, de preocupación, semanas en la que no me permití apartarme de su lado ni un segundo, cuando se acaban las horas de visita, siempre me quedaba con ella, no importa lo que me dijera, o quien viniera para sacarme, al final del día, siempre estaba a su lado, hablándole, mirándola, besándola. 

Todo cambio cuando despertó, el alivio, la alegría, las ganas de llorar volvieron a mi, pero cuando no me reconoció, supe que lo que habían dicho los doctores era verdad, no recordaría, no lo haría nunca, pensé, soy un completo desconocido para ella.

No me atreví a verla los días siguientes, no me atreví, simplemente no podía mirarla y no ver nada en sus ojos, no ver el brillo con el que antes solía mirarme, no ver esas sonrisa cálida que me hacia temblar y sentirme en paz, no era ella, no era la chica de la cual no pude dejar de pensar desde aquel día en el ascensor.

Los días pasaron, y aunque no me fui de aquel hospital, no volví a la habitación, sin importar lo que Artemis me dijera, sin importar lo que Dalha y los demás chicos me dijeran, no volví hasta hace tres días. El primer día no estuve físicamente, pero le pedí a una enfermera que le llevara una rosa junto con una nota, haría lo que fuera para recuperarla, moriría por ella si me lo pidiera, simplemente ella era mi destino.

La conocería otra vez, haría que me conociera, la enamorare de nuevo, volverá a ser mía, mi pequeña, mi diosa. Si no recordaba, al menos haría que la historia se repitiera entre nosotros, dejando solamente las cosas positivas. Lo haría por ella, y lo haría por mi, por nosotros.

La puerta del despacho se abre lentamente y Laia entra con una taza humeante de té.

- No ha salido de aquí en todo el día, pensé que tendría un poco se hambre señor- comenta, entrando por completo a la habitación con el té en una bandeja al lado de unos emparedados.

- Gracias Laia- digo levantándome, tomo la bandeja de entre sus manos y la deposito con cuidado en una pequeña mesita que había en la sala- ¿ya esta listo todo?- pregunto sin mirarla.

- Si señor, mañana a primera hora estarán sus cosas con ella, Hank las llevara- solo asiento y procedo a tomar un poco del contenido que hay en la taza, sintiendo como el liquido caliente corría por mi garganta y caía en mi estomago.

- Muy bien.

- ¿Y señor?- hablo justo antes de salir de la sala- le ha llegado al rosa, le ha encantado- dijo y se cerro la puerta tras ella.

El día paso, la tarde paso y la noche se acerco. 

Habia hablado con Samantha para saber como se encontraba, me dijo que estaba bien, se sentía un poco extraña en el departamento pero seria de acostumbrarse, me comento lo que Laia me había dicho hace unas horas, le había encantado la flor y la había puesto en el jarrón junto con las otras que había recibido los días anteriores.

Era hora de dormir, y con un poco de suerte conseguiría unas horas de sueños, mañana era lunes y tenia que regresar a la empresa, mientras que conseguíamos a alguien Dalha seria mi asistente, así que al menos tendría a alguien con quien hablar. Apague las luces y subí las sabanas hasta la cintura, estire mi brazo para encontrarme con una cama vacía, fría, sin arrugas, su olor seguía en las almohadas, tome una y la abrace, aspire lo mas que pude su olor y antes de que me diera cuenta, una lagrima corría por mi mejilla.

Te voy a recuperar Venus Jones, te voy a enamorar otra vez, lo prometo.

Por favor, recuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora