Capitulo 29

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La luz del sol entraba por las randillas de la cortina, pegandome justo en la cara, intento moverme para darme la vuelta y siento un peso rodeando mi cintura, abro lentamente los ojos, volviendolos a cerrar por la luz solar.

Como puedo me volteo y cuando abro los ojos lo primero que miro al despertar es a Damian, sonrio.

Estaba dormido, su pecho subia y bajaba con cada respiracion, su rostro estaba completamente relajado, sin ninguna arruga de expresion que arruinara su hermoso rostro, estaba tranquilo, en calma, sus gruesas pestañas descansaban sobre sus pomulos y me tomo mi tiempo en recorrer todos su rostro con mi mirada y guardar cada detalle en mi memoria.

Cierro los ojos para aspirar su olor y me embriago de el, cuando los abro Damian estaba despierto, mirandome. Me sorprendi un poco, sus ojos parecian un poco mas azules de lo normal, me estaba sonriendo y sin decir nada se acerca aun mas a mi y deposita un suave beso en mis labios. 

- Buenos dias pequeña- susurra con sus labis pegados a mi frente.

- Buenos dias- sonrio. Damian rodea mi cintura y me acerca aun mas a el.

- ¿Tienes hambre?- pregunta y yo entusiasmada asiento. Sin soltarme toma el telefonillo que habia a un lado de la cama y marca unos numeros- desayuno doble para la habitacion 348- luego de un segundo cuelga. 

Comienza a besar mi cuello ocasionandome cosquillas y pronto sus manos comenzaron a hacerlas, una carcajada sale de mis labios.

- Para Damian- digo entre risas.

- Solo si me das un beso- canturrea por encima del tono de mi voz, entre risas tomo su rostro y lo acerco hasta estampar sus labios contra los mios, ambos reimos a mitad de beso. La puerta suena y Damian se levanta, ¡Padre amado y Diosito de mi corazon, que es esta arte que mis ojos estan viendo! Me llego las sabanas a la cara para ocultar mi risa nerviosa. Damian coje una de las batas de baño y se las pone, coje otra y me la lanza.

- Ponte comoda- sonrie y se da la vuelta para abrir la puerta. 

Escucho como murmura con el camarero y luego escucho la puerta cerrarse, segundos despues Damian aparece en mi vista con el carrito de la comida. Lo sirve en las bandejas y pronto ambos estamos sentados en la cama comiendo nuestro delicioso desayuno.

- Hoy volveremos a New York- comenta Damian, dandole una mordida a una de sus tostadas.

- Lo se- digo luego de tragar. Damian se levanta de la cama, dejando por unos segundos la comida en la bandeja y rebusca algo en los bolsillos de su pantalon el cual estaba tirado sobre uno de los muebles. Cuando vuelve tiene el anillo en sus manos, casi me atraganto.

- Yo...- parecia nervioso, se lleva una de sus manos a su cuello y se rasca la parte trasera- con tu permiso, quisiera que lo volvieras a usar- me mira- despues de todo, sigue siendo tuyo.

No dije nada. Ni siquiera me movi, por un momento me imagine lo feliz que era en mi vida antes del accidente. Por un momento quise imaginar la alegria que senti cuando Damian me dio aquel anillo por primera vez.

Por primera vez deje que mi falta de memoria me afectara y sin poder evitarlo, las lagrimas comenzaron a salir y Damian se acerco aun mas a mi.

- ¿Que ocurre, dije algo malo?- pregunta preocupado.

- Quisiera poder recordarlo Damian, quisiera poder recordar lo que senti la primera vez que me diste ese anillo, quisiera poder recordar todo de ti.

Damian me abraza y siento como su pecho se infla, acaricia mi cabello y cuando se separa un poco de mi, deposita un beso en mis labios. Toma la caja del anillo y se para frente a mi, tomando mis manos y haciendome levantar tambien, el se arrodilla, pone su peso sobre una rodilla mientras que flexiona la otra y muestra la caja abierta.

- Se que me pediste no regalarte nada estas navidades, pero no podia dejar pasar esta oportunidad- sonrie y como respues lo hago yo tambien- te regalo este anillo de promesa, con la unica condición de que juntos, lo cambiemos por uno de compromiso- saca el anillo de la caja y toma mi mano- yo lo prometo Venus Jones, algun dia te hare mi esposa- su sonrisa era la mas radiante que jamas habia visto, su mirada estaba cargada de amor, brillaba con alegria y su sonrisa ilumanaba todo su rostro.

Me hace sonreir, me hace saltar de la emocion y tomo su rostros entre mis manos y estampo mis labios contra los de el, cayendo ambos para atras, quedando encima de el lo sigo besando, Damian rodea mi cintura con sus brazos y ambos reimos contra nuestras labios, comienzo a asentir freneticamente.

Mi corazon latia a mil por segundo, o era el suyo, o el de ambos quizas, aun tirados en el piso, yo encima de el toma mi mano izquierda y coloca el anillo en mi dedo anular, sonrie mirando mi mano y yo sonrio tiernamente mirandolo a el, con cuidado deposita un beso en el dorso de esta y me mira.

Acaricia mi mejilla, aparta el cabello de mi cara poniendolo detras de mi oreja.

- Me haces el hombre mas feliz de este mundo- el corazon se me llena de amor y el pecho se me infla de la alegria, los besos continuan y para cuando nos separamos, la hora nos indica que es tiempo de irnos.

Me voy hasta mi habitacion luego de que Damian insistio por unos buenos 10 minutos en que me duchara alla, por mas que insistio, me negue, le di un beso y sali de su habitacion.

Una vez en la mia me di una ducha, me coloque unos jeans oscuros y una blusa de rayas, me calce con mis habituales vans y guarde en la maleta la poca ropa que tenia afuera.

Estaba de pie en medio de la habitacion, mirando la maleta con el ceño fruncido y de brazos cruzados, adivinen que, la maleta no cerraba, ¡la ropa se habian multiplicado!

La puerta suena y frustrada camino hacia ella, la abro de golpe y Damian me mira levantando una ceja.

- ¿Que ocurre?- pregunta entrando a la habitacion y cerrando la puerta detras de el.

- La estupida maleta no quiere cerrar- comento, parandome nuevamente frente a esta y mirandola frustrada, oigo a Damian reir- no te rias que juro pagare mi frustracion contigo- Damian levanta las manos en señal de paz y se acerca.

- Te ayudo- se quita el calzado y quedando solo en medias, se sube sobre la maleta.

- Sigue sin cerrar- digo entre dientes, tratando de que el cierre ruede y metiendo lo mas que podia la ropa que sobre salia, Damian comienza a saltar y la cremallera rueda- ¡si! Sigue saltando- le digo, Damian no se detiene- ¡salta, salta!- lo oigo reir, con un ultimo salto acabo cerrando la maleta por completo.

Me levanto del suelo sonriendo y Damian  baja de la maleta, me toma de la cintura y me besa, cierro los ojos, sintiendi la suavidad de sus labios y cuando se aleja, sonrio.

- Es hora de irnos pequeña- yo asiento y el toma mi equipaje y lo levanta- vendran por ellos en un momento, vamonos- tomo mi bolso y mi celular y salimos de la habitacion, caminamos tomados de la mano hasta el elevador y subimos en el.

Llegamos hasta la planta baja y al salir, la chica de recepcion nos recibe y noto como su mirada cae a nuestras manos unidas.

- Ha sido un placer tenerlos de regreso de ambos- sonrie- esperamos verlos pronto.

Ambos le sonreimos en manera de despedida y caminamos hacia las puertas de entrada, afuera, parado junto a la puerta trasera del auto estaba Mason.

- Buenas tardes sr. Patner, srta. Venus- nos abre la puerta del auto y ambos entramos en el.

El camino hacia el aeropuerto se hizo un poco largo, nos habia agarrado el trafico de la tarde asi que llegamos sobre la hora. Me sorprendi al ver nuestras maletas siendo montadas en el avion, ¿me pregunto como habran llegado ahi? La tripulacion nos saludan, nos dan la bienvenida y subimos al avión.

La aeronave despega y es las siguientes horas no hago mas que sonreir para Damian, no hacemos mas que mirarnos, reirnos y besarnos, podia hacer esto toda mi vida.

Por favor, recuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora