Capitulo 25

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La reunion no fue mas que un almuerzo y hablar sobre algunos temas en general, como iba andando la empresa en este lado, como eran los ingresos y como estaba la produccion. Por otro lado discutieron donde seria el proximo proyecto, y sobre la mesa estaban las ciudades de Chicago y Washington DC.  Cuando digo discutieron fue porque en ningun momento a lo largo de toda la conversacion, hable. Pues lo primero porque realmente no conocia nada de la empresa aqui en Atlanta, y aunque de vez en cuando realizaba trabajo para tal, su funcionamiento no estaba segura si era el mismo que la empresa en New York, y en segundo porque cada vez que tenia pensado decir algo, Graciela lo interrumpia diciendo alguna cosa estupida que raramente concordaba con lo que estaban hablando los hombres presentes. 

Hasta donde sabia de ella, era una de las abogadas de Editorial Parnet, y su firma era muy reconocida a nivel nacional, en poca palabra, era una de las mejores en ese negocio. Y hasta donde se podia notar tambien, moria por unos segundos de atencion por parte de Damian.

- ¿Que piensa usted srta. Jones?- la voz de Sr. Uzcategui hace que eleve la mirada de la mesa- la he visto callada en toda la reunion, digamos su punto de vista por favor- de pronto todas las miradas de los presentes se fijan en mi y las manos bajo la mesa comienzan a sudarme, Damian me miraba atento, al igual que los demas hombres en la mesa, por otro lado, Graciela me miraba con fastidio, recelosa porque alguien habia pedido mi opinion.

- Chicago y Washington son un enorme potencial, ambas son ciudades empresariales al igual que ricas en conocimiento- digo- en lo que yo pienso, escogeria Chicago.

- ¿Porque Chicago?- pregunta uno de los hombres encargado de la empresa aqui en Atlanta.

- ¿Han notado que la mayoria de los escritores que nos envian sus trabajos, reciden en Chicago? ¿o al menos son nacidos alla?- pregunto- es facil, en nivel academico y profesional, Chicago es una de las ciudades con mas alto nivel en estas dos cosas, hay varias editoriales en la ciudad si no me equivoco, pero creo que nos vendria bien un poco de competencia. ¿Tenemos competencia en Atlanta?- miro a cada uno, viendo como empezaban a negar con la cabeza- ¿Y en New York?- vuelven a negar- ahi tienen entonces su respuesta en porque escogeria aquella ciudad- digo.

- En New York teniamos competencia- comenta Graciela, cruzandose de brazos. De pronto me dieron ganas de voltear los ojos, pero ante tantas miradas me contuve.

- Usted misma lo ha dicho, srta. Graciela, teniamos. En Chicago  estan la mayor cantidad de editoriales por ahora, ¿porque no arriesgarnos y que la empresa Patner llegue hasta alla? Estoy segura de que nuestro nivel de solicitudes y audiencia va a aumentar.

Los hombres en la mesa parecen pensar cada palabra que digo, el sr. Uzcategui me sonrie y guiña un ojo, Damian asiente en mi direccion y Graciela, bueno, ella simplemente se carcomia por dentro en su asiento. Una hora despues la reunion ha terminado, y quedaron en pensar las opciones que se habian conversado. 

Las personas en la mesa se van de una en una, el sr. Uzcategui se despedi y quedamos, Graciela, Damian y yo. Decidi irme de aquel lugar, la presencia de aquella mujer comenzaba a molestarme.

- Con su disculpa, debo irme- comento, levantandome de la silla y tomando mis cosas.

- Espera Venus...

- Damian, ¿podriamos hablar unos minutos?- Graciela lo interrumpe. Damian me mira por unos segundos, en los que justo estoy mirando a Graciela con el ceño fruncido, Dios mio de mi vida perdonala por se asi, sonrie con los labios pegados y me retiro de aquel lugar. 

Camino hasta el bar del casino y sentandome en una de las sillas pido un trago. Dos tragos. Tres tragos. El cuarto y me voy, lo juro. 

- Una joven como usted no deberia de estar sola por aqui- la voz de un hombre llega desde mi espalda y me volteo para mirar de quien se trataba, no lo conocia de nada, y aunque tuviera alcohol en mi cuerpo, no estaba borracha, frunzo el ceño y me doy la vuelta para darle nuevamente la espalda, no estaba de humor para hablar con nadie. 

Al parecer el hombre presente no sabia nada de rechazos, ya que camina y toma asiento a mi lado.

- Mi nombre es Jackson preciosa ¿Y el tuyo?- lo miro con cara de pocos amigos y volteando los ojos vuelvo la atencion a mi vaso- veo que no tienes animos de hablar.

- Wao, por fin entiendes- comento ironicamente. El hombre a mi lado rie, que desagradable. 

- ¿Y dime bonita, te apetece hacer algo?- volteo a mirar incredula, no puedo creer que este hombre sea tan lanzado en la vida, ¿acaso no le da verguenza?

- Creo que lo que haga y no haga no es tu problema- suelto.

- Pues, veo que estas sola asi que no deberias de tener mucho que hacer nena, te ofrezco mi compañia- sigue, sera bien mamon este tipo.

- Ella no esta sola y no necesita tu acompañia- la voz de Damian llega a mi oidos, volteo para encontrarmelo fulminando con la mirada al hombre a mi lado, detras de el, esta Graciela, ¿Esta mujer aun no ha ido?- Yo que tu, me voy por donde llegaste- estaba molesto, las venas en su cuello se notaban cada vez mas y sus manos estaban apretadas en puños.

El hombre a mi lado le dedica una mirada divertida, recorre su cuerpo con la vista y luego pone su atencion en la mujer que esta a su lado, Graciela. Abre los ojos y rie.

- Vaya amigo, veo que te gustan de a dos- comenta, subiendo y bajando las cejas. Detallo un poco mas a Damian, y noto que su camisa esta arrugada, el vestido de Graciela estaba ligeramente levantado, al punto que si esta levantaba los brazos podia verse su ropa interior. Sin decir ninguna otra palabra me levanto, dejo la bebida en la barra y cuando estoy por irme Damian me detiene.

- ¿Estas bien?- pregunta. El hombre detras de nosotros seguia mirandonos divertido, podia apostar a que hoy se llevaria un puñetazo en la cara, ya sea de Damian o de alguna otra persona.

- Si- digo, soltando mi brazo de su agarre- alguien espera por ti- digo, mirando en direccion a Graciela, quien sonreia de miedo lado.

- Tenemos que hablar Venus- comenta.

- No tengo nada que hablar con usted sr. Patner, asi que, con su permiso, ire a mi habitacion- me doy media vuelta y salgo de aquel lugar. 

Tenia que dejar de torturarme con aquel hombre, debia de detener aquello de una vez por toda, era insoportable ver como cualquier mujer podia estar encima de el, primero Elizabeth y ahora Graciela, creo que habia tenido suficiente en menos de 24 horas. Subo hasta mi habitacion y una vez en ella me encierro. 

Enciendo el televisor y me entretengo viendo una de las de Mision Imposible. Definitivamente mi amor por Tom Cruise seguian tan intenso como hace 10 años en mi adolescencia, y aunque aquel hombre podia ser facilmente mi padre, cada vez que lo miraba en alguna de sus peliculas babeaba, mi madre era otra historia. 

Decidi cenar en la habitacion asi que marque para pedir la comida y en menos de 10 minutos el carrito estaba en la puerta de mi habitacion, me quede unos segundos de pie en el pasillo, con la mirada puesta en la puerta de al frente, recorde la escena de ayer con Elizabeth y algo se removio en mi pecho. Decidi entrar y extrañamente el apetito se me habia desaparecido, aun asi comi algunos cuantos vocados antes de irme a la cama a dormir.

Por favor, recuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora