Capitulo 12

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Una ola me invadio, sentia como si estaba entre nubes, la suavidad de sus labios me conmovio, tanto que el roce me quito el aliento, Damian se quedo unos segundos intacto, para luego reaccionar y tomarme por la cintura, mis pies dejaron de tocar el suelo y pronto senti la madera fria y suave de el escritorio debajo de mi. Sus manos viajaban por todo mi cuerpo, robandome un gemido cuando su piel rozo la piel de mis piernas por debajo del vestido. 

Damian me besaba con posesividad, sus manos apretaban aqui y alla, su cuerpo se apretaba mas al mio y sus gruñidos eran cada vez mas intensos.

Aquel beso era exquisito, sus labios encajaban perfectamente con los mios, era como si hubieran sido creados el uno para el otro. Paso su lengua por mi labio inferior, para luego pasarla por el superior, abri mi boca mas y el extasis exploto dentro de mi cuando su lengua recorrio cada rincor de mi boca. 

Mis manos viajaron a su cabello, enterrando los dedos en el y jalandolos ligeramente, sus labios bajaron por mi mandibula, dejando una linea de besos humedos hasta llegar a mi cuello y atacarlo, haciendo curvar la espalda, echando la cabeza mas para atras para que tuvieran aun mas espacio, ¡Dios, me estaba matando! La sala se torno mas caliente, o mejor dicho nuestros cuerpos estaban mas caliente y en pocos segundos una ligera capa de sudor nos envolvia a ambos. 

Escuchamos pasos en el pasillo y la magia de aquel beso se corto tan deprisa como habia comenzado, Damian dio un salto lejos de mi, y yo me levante de igual manera del escritorio, notando los papeles esparcidos por el y unos cuantos en el suelo, alice mi vestido lo mas rapido que pude, y cuando me pasaba la mano por el cabello la puerta se abrio, dejando ver a un Artemis sonriente.

Este se detuvo por unos segundos en la puerta, paseando la mirada de mi a Damian, para detenerse por otros segundos en el escritorio y en los papeles que estaban en el suelo, levanto una ceja y rece a todo lo viviente y misericordioso para que no hiciera ningun comentario, estos parecieron escucharme, ya que cuando abrio la boca dijo:

- Al fin has despertado hermanita, ¿Como te sientes?- pregunto, intercambiando aun la mirada entre su amigo y yo.

- Oh, bien- sonrio. Su mirada me recorre por completo y luego para en la mano de Damian.

- ¿Y a ti que te ha ocurrido?- pregunto.

- Se me ha caido un vaso- responde rapidamente este, al darse cuenta lo rapido que respondio, se aclara la garganta y traga- cuando recogia los pedazos de vidrio me he cortado y Venus me ha ayudado a curar la herida, no es nada grave- termina, nos quedamos en silencio, mirandonos uno a los otros, siento como mis mejillas comienzan a ponerse mas rojas de lo que ya estaban por el sol, asi que decido salir de ahi.

- Ire a ver a las chicas- sonrio, camino hasta la puerta y me detengo solo para darle un abrazo a mi hermano, quien me lo respondo un poco dudoso, cuando me suelta, salgo casi corriendo de ahi.

Voy caminando, mirando de vez en cuando hacia atras a donde Artemis habia entrado y cerrado la puerta cuando me tropiezo con alguien, ese alguien resulto del Pegie.

- Auch, lo siento, no miraba por donde andaba- me disculpe sonriendo.

- No te preocupes, ha sido mi culpa- sonrie- ¿Estas bien? Estas un poco roja y despeinada- me mira levantando una ceja, ¡Joder, la segunda persona que me hace aquel gesto!

- Si- contesto, llevando mis manos a mi cabeza y comenzando a alisar lo mejor que podia mi cabello- he tomado sol de mas - respondo, Pegie levanta los hombros y respiro cuando no insiste con el tema, mira unos segundos por encima de mi hombro, justo hacia la puerta por donde Artemis acababa de entrar.

- Hemos comprado muchas cosas- comenta, volviendo la mirada a mi y sonriendo calidamente- creo que algunas te gustaran, las han escogido Dalha y Sam- enreda su brazo con el mio y sin decir mas comenzamos a subir las escaleras.

Por favor, recuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora