La fiesta

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Tuve que mirarme muchas veces en el espejo para poder creer que la chica que estába en ese reflejo era nada mas y nada menos que yo... Camila Beker Smith. Una Camila con un vestido rojo excesivamente corto, tacones de aguja negros y labios carnosos pintados de rojo carmesí. El hermoso anillo que llevaba hacía la combinación perfecta con el collar, tan rojos e intensos como mis labios y mis pestañas resaltaban mis hermosos ojos cafés.

Sonreí como una boba enamorada y no pude evitar pensar en Alexis. ¿Que me estaba haciendo este chico?

-Y bien querida ¿Te gusta?- Preguntó Lily tomándome delicadamente por los hombros contemplando mi reflejo en el espejo.

-Está muy bien lo que has echo. Lily esto es....

-Perfecto- me interrumpió con una sonrisa en su rostro- Eres mucho más de lo que pensabas. Solo mirate, eres preciosa-Me ruboricé y sonreí como una tonta- Ahora escuchame con atención Camila, irás a esa fiesta y mantendrás vigilado a mi nieto- Suspiró- Mi hijo y yo hemos perdido la confianza en él y tu eres la única persona que puede ayudarnos.

¿Y porqué no le piden ayuda a Gisell? Ella también puede ayudar, se llevan bien. Alexis y yo vivimos matandonos a cada segundo que pasa.

No podía negar que me veía hermosa, está noche estába deslumbrante, tanto que parecia una chica del tipo de Alexis, era imposible que no se fijará en mi. Tuve que procesar un segundo todo lo que estába pensando porqué yo no suelo tener tan alta autoestima de mi misma.
Tendría que estar luciendo tremendamente hermosa para pensar así sobre mi aparecía. Y la señora Lily lo había conseguido, la Camila Beker que estába en mi interior escondida había salido a la luz gracias a los milagros de la abuela Lily.

Salimos de la casa y antes de subir al taxi me dijo que el chófer sabía donde era la fiesta ¿Y Lily como lo sabía y yo no? Y también me dijo que el chófer era de su confianza. Entré al taxi y antes de alejarme de la casa la vi despedirse de mi con la mano deseándome una feliz noche y que la disfrutara ¿Acaso pasaría otra cosa que no fuese cuidar de Alexis?

Al llegar a una discoteca que tenía un ambiente de locos decidí adueñarme de la noche y si llamaba la atención de Alexis lo haría sufrir.
Le pagué al señor del taxi y con una elegancia que no sabía que tenía caminé hasta la entrada y fue entonces cuándo me coloqué mi antifaz y barrí con la mirada el lugar hasta encontrar a Alexis.

Esto iba a ser divertido. Tremendamente divertido.

Al entrar a la fiesta le agradecí con un asentimiento de cabeza al tipo que tenía la lista de los invitados, Pase por alto las miradas y cumplidos por parte de algunos chicos, y me estába asustando de mi misma porque yo no solía hacer estás cosas. Era como si por fin mi diosa interior se dignara a salir y eso me gustaba.... Se sentía genial.

El lugar estaba repleto de gente, la música era ensordecedora y los disfraces eran bastante lindos.
No se porque demonios Alexis quiso asistir a una fiesta donde era mas que evidente que nos doblan la edad.

Unos días después de que Alexis se peleó con Marcos cumplió sus 19 años y yo aún seguía siendo una niña de 18 años lo que me decía que esta gente estába entre los 22 a 26 años.

La gente que estaba aquí, tomaban y bailaban como si no hibiese un mañana. Yo por mi parte pasaba entre ellos tratando de no tropezar y llegar a un lugar donde pudiese ver mejor para encontar a mi querdio hermanstro y ver su reacción cuando me mirara directamente a los ojos.

No lo encontraba por ningun lado así que me encaminé hasta la barra donde pedí un jugo de naranja con alcohol y tener el coraje de llevar a cabo el plan que había maquinado en el camino: Adueñarme de la fiesta y si se daba el caso hacer sufrir a Alexis.

ME ENAMORÉ DE MI HERMANASTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora