Otra vez el 69

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Los siguientes tres días me la pasé con dolores en la espalda y las piernas apenas me permitían moverme de mi cama a las escaleras. Por las noches el dolor era terrible, sentía que me moría, llegaba al extremo de morderme el labio para no gritar por el dolor.

Gisell no paraba de restregarme en la cara que al fin y al cabo ella tenía razón cuando me dijo que iba salir muerta de allí.

Alexis se molestaba en decirme que apenas estaba comenzando mi camino como jugadora de Rugby y que esos dolores no eran nada para los que se avecinaban, y que tenía que acostumbrar a mi cuerpo a esto.

Mamá no se cansaba de decir lo orgullosa y sorprendida que estaba de mi.

El Sr Erick se la pasaba diciéndome que tuviera mas cuidado y que considerara la idea de salirme del equipo.

Mi hermana y el Sr Erick le pidieron a Alexis que me sacaran del equipo por mi propio bien pero Alexis no accedió a las peticiones de mi padrastro y Gisell.
Y cuando yo misma dije que quería quedarme Alexis me apoyó tanto que no les quedó de otra que dejarnos tranquilos.

-Oye gracias por apoyarme y no sacarme del equipo- le dije a Alexis mientras iba tras de el subiendo las escaleras.

-No es nada y solo para que sepas no lo hice por lo que estas pensando. No me agradas Camila- dijo recargandose en la pared.

-¿Que dices?- pregunté parandome en frente de el. Sabía que discutiríamos otra vez, ya se nos había hecho costumbre y aquí ibamos de nuevo.

-Pobre ingenua y deserebrada. Me imagino que en California todos se aprovechaban de ti y tu ni cuenta te dabas.

Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos como si le restara importancia.

-Mira versión mutante de super héroe. No tengo tiempo para tus estúpidas imaginaciones, tengo mucha tarea que hacer y no tengo el tiempo para perderlo contigo- seguí caminando y cuando iba a abrir la puerta de mi habitación sentí que su mano tomo mi muñeca con fuerza, lo que hizo girarme- ¿Que te pasa idiota? Sueltame.

-Mira mala versión femenina de hombre araña, ahora que nos estamos diciendo las cosas en la cara yo tampoco tengo tiempo que perder en ti y en tus estúpidos intentos de chica fuerte ¿me entiendes? No me gusta que me retes y lo estas haciendo muy mal para decir verdad.

-¿Quieres explicarte de una puta vez?- por fin soltó mi muñeca

-Aplicar para el equipo de Rugby, intentar acercarte a mis amigos, querer ser mejor que yo en las distintas áreas, ¿quieres que siga?- Enumeró con sus dedos

-No te estoy retando Alexis.

-¿Ah no? ¿Entonces como se le llama a eso? - preguntó dando unos pasos seguros hacía mi y arqueó una ceja, yo hice lo mismo, tanto que podía sentir mi respiración chocar con la suya, contemplé sus ojos azules y me di cuenta que son mas intensos y pentrantes de lo que esperaba.
Por un momento bajé la guardia, su brazo pasó por encima de mi hombro y colocó un mechón de cabello detras de mi oreja, su contacto con mi piel me provocó un escalofrío que recorrió mi cuerpo entero, su mano lentamente acarició mi brazo desnudo y después la bajó hasta posiscionarla en mi cadera atrayendome hacía el haciendo que chocara suavemente contra su pecho. Su aroma no tardó en filtrarse por mi nariz y afectarme el cerebro porque en menos de un segundo Alexis me pareció mas atractivo de lo normal.

Me pregunté porque hacía esto y no me dejaba tranquila de una buena vez. Pude apartarme y gritarle, meterme en mi cuarto y dejarlo allí pero no lo hice.

-No trates de jugar con mis cartas, linda. No funcionará, la inocencia es uno de tus peores defectos y estoy considerando hacerme cargo de eso- Sus labios hicieron cosquillas en mis oídos y sentí como las piernas se me debilitaban pero no se lo demostraría.

ME ENAMORÉ DE MI HERMANASTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora