ME ENAMORÉ DE MI HERMANASTRO

La carrera

Después de haber visto unas cuantas peliculas con Kimberly y los chicos la discusión de Gisell y mamá era lo mas interesante. Me reía pos su discusión de no dejar ir a Gisell está noche a una carrera de autos.
Esas carreras que tantos recuerdos me traían.

Ya habían pasado dos semanas desde aquella noche en la que Alexis y yo acordamos olvidarnos de todo lo que pasó y las cosas volvieron a la normalidad como cuando había llegado a Canadá.

-¡A ti no te gustan esas cosas nisiquiera te gustan los autos!- Gritó mamá

-Las personas cambian mamá- lloriqueó Gisell

-¿Ah si? ¿Que sigue mañana? ¿Me dirás que quieres participar en lucha libre?

-Mamá solo dame permiso. Prometo regresar temprano.

-He dicho que no Gisell. No irás, no insistas y fin de la discusión- Sentenció mamá

Estoy segura que si el señor Erick estuviera aquí Gisell no se comportaría así, pero todavía seguía en el trabajo.

Alexis siguió con su vida normal, fiestas, alcohol, chicas y en fin, tantas cosas, olvidandose de lo que sucedió entre nostros.

Yo debería hacer lo mismo pero sin embargo sigo con mi mundo de cabeza.

Gisell había parado de gritar y quise ir a su cuarto a hablar con ella, me puse de pié y fuí hasta su cuarto pero no la encontré.
La busqué por toda la casa entera pero seguía sin encontrarla, regrese a su cuarto y por la ventana colgaba una cuerda y entonces comprendí que mi hermana se había escapado para ir a esa dichosa carrera.

¿Porqué Gisell? Tu no puedes pertenecer a ese mundo ilegal.

Sabía dónde se encontraba el lugar de las carreras porque Gisell y los chicos en la escuela no paraban de hablar de ello y a cada segundo decían el nombre del lugar así que me escapé de casa sin que mamá y el señor Erick se dieran cuenta y al salir no me costó mucho llegar al lugar dónde seguramente ya se encontraba mi traviesa hermana.

Al llegar al lugar me encontré con varios chicos de la edad de Gisell y algunos mayores que yo tomando, bailando, besándose y sus carcajadas querían reventar mis oídos cosa que no tardó en ponerme de mal humor

Mierda ¿si ya me había olvidado de esto Gisell porque quiere estar aqui?

-¿Viene a ver las carreras?- me preguntó un joven de algunos cuatro años mayor que yo, muy simpático y nada grosero

-No. Vine a buscar a mi hermana- Respondí con la mejor sonrisa que pude mostrar. Este lugar ya no me agradaba.

-Pues si le sirve de consuelo la mayoría de estos chicos no deberían estar aquí-sonrió- dejeme adivinar no le dieron permiso y se escapó ¿Verdad?

-Si, se ha escapado y debo llevarla a casa antes de que mamá se de cuenta

-Entiendo pequeña. Bueno debo irme, por cierto mi nombre es David Kennedy un gusto.

-Camila Beker mucho gusto.

El hombre sonrió

-A y por cierto te llevará tu tiempo encontrar a tu hermana. Toda Canadá debe estar aquí y nadie se queda en casa esta noche con la apertura de las carreras, si te apresuras con suerte puedes encontarla a tiempo.

-Gracias.

Seguí mi camino y me encontré con un par de chicos que charlaban sobre lo grandiosa que iba a ser la carrera de esta noche. Me abracé a mi misma como si estuviera cubriendome del frío, este ya no era mi estilo, ya no sentía nada al ver las ruedas de los autos rechinar en la carretera y estoy segura que este tampoco es el estilo de mi hermana y es solo un capricho de momento.