XVI.

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Título: Errores Felices.
N° de palabras: 6,044
Partes: 2/3.
Advertencia: La tercera vez que lo leí casi lloro, así que no sé si les pase lo mismo. Ahora sí es el más largo que he escrito hasta ahora.
Petición por: Seele_00


🥛🥛🥛


Mi madre siempre decía que errar era de humanos y siempre pensé que era una excusa barata para darle una explicación válida a cuando una persona hacía lo que no debía, pero, con el paso de los años, dado que me tocó madurar más rápido debido a mi embarazo, comprendí lo que era cometer errores. Sí, podemos evitar cometerlos, pero no evitarlo no significa que sea a propósito, menos cuando se aprende ello y se pide disculpas.

¿Shawn había aprendido de todo esto? Porque yo sí. ¿Él se arrepentía? Porque yo no. ¿Él deseaba disculparse? Porque yo no sabía qué haría si se disculpara. ¿Merecía mi perdón? Tampoco lo sabía.

Me sentía ansiosa, siempre me había imaginado este escenario, aunque no sabía si esta situación era buena o mala, porque nunca creí que volvería; egoístamente pensaba que nunca se atrevería a volver, que nunca se enteraría que tenía una hija y que ella nunca sentiría la necesidad de saber de él. Sabía perfectamente que nunca sería así, no cuando ella solía preguntar todo el tiempo por él y cuando sabía que, si se llegaba a enterar que su padre no estaba al corriente de ella, me odiaría y me culparía, en ambos casos sería una completa egoísta y a pesar de que había amado a Shawn, nunca lo imaginé volviendo y nunca me vi buscándolo para decirle la verdad.

—La criaste bien —murmuró por fin, después de un muy largo silencio—. Es una niña maravillosa.

Me pasé toda la tarde tratando de descifrar qué me diría y siempre pensé que empezaría con un reclamo, no así. Sonreí cuando la palabra «maravillosa» hizo eco en mi cabeza, ¿significaba eso que la quería? No, pero no podía evitar sentirme orgullosa de mí misma. Mi sonrisa se borró cuando recordé el acontecimiento de esta tarde en el supermercado.

—Nunca en la vida vuelvas a desautorizarme de esa manera, Shawn —me giré a mirarlo molesta—. Es mi hija, aún es una niña, así que no la he terminado de criar, lo que hiciste hoy podría afectarle y afectarme a mí en el momento de reprender... —me callé abruptamente cuando lo escuché murmurar—. ¿Qué dijiste?

—Que también es mi hija —me miró a los ojos—. ¿Cierto?

—Eso no te da derecho a desautorizarme —me giré a mirar mis rodillas. Mi corazón empezó a latir más rápido de lo normal. Él bufó.

—Eso no es lo importante ahora, Olivia —su tono demostraba molestia—. Maldita sea, es mi hija y me entero de que la tengo el día en el que cumple cuatro años.

—Tu hija...

—Sí, mi hija.

Reí con ironía, mientras volvía a mirarlo con reproche—. ¿Hablas de la hija que concebimos porque nos pasamos con el vino? ¿la que está aquí por mi decisión? ¿la que me pediste abortar? ¿esa, Shawn?

Su mirada expresó arrepentimiento y supe que había dado en el nervio de la culpabilidad; le había tirado muy fuerte.

—Cuando dices decisión... ¿Tú hiciste algo para quedar embarazada?

Un nudo se instaló en mi garganta, ¿él de verdad acaba de insinuarme eso?

—Mi decisión no fue quedar embarazada, Shawn. Pero sí fue mi decisión seguir estando embarazada —hice énfasis en «mi decisión»—. No sería capaz de hacer algo así, Shawn, de verdad no puedo creer que lo hayas insinuado. Aunque... yo creí que nunca serías capaz de irte en una situación así y fui sorprendida...

One-Shots [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora