CAPÍTULO 3

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Título: "The devil" by Xam
-"sólo quiero desaparecer y dejar todo atrás"

p.o.v Jennie

Desperté con el sonido de la cama moviéndose a mi lado. JongIn pasó su brazo por encima de mi barriga y hundió más su cabeza en la almohada. Yo que estaba boca arriba, giré mi cabeza para mirarlo. Su pelo negro caía encima de las sábanas azules celeste, sus párpados caídos demostrando que estaba profundamente dormido y su respiración pausada y tranquila.

Me giré y puse mi mano en su mejilla, besé sus párpados y acaricié toda la piel de su cuerpo descubierta. JongIn parecía un vaso de cristal tan fácil de quebrantar cuando dormía, que a veces me daba miedo tocarlo más de la cuenta.

-Buenos días - le dije cuando abrió los párpados. Una sonrisa sutil se hizo en sus labios. Y no pude resistirme a besarla hasta desgastarla. JongIn seguía riendo cuando me subí encima de su cuerpo y le besé toda la cara.

-Estás de buen humor hoy - me dijo acariciándome la espalda con delicadeza, creando figuras en ella.

-Si - dije sobre su pecho - me pones de buen humor.

Él se rio y yo lo volví a besar. Esta vez siendo más osada y tocando su pecho cubierto por una fina camiseta de manga corta. Mis manos recorrieron sus hombros, cuello y nuca. Le besé los labios con hambre. Hambre de él, de quererlo y besarlo hasta enloquecer por sus labios.

Pero eso jamás pasaba. Había un punto en el que JongIn se estremecía debajo de mi cuerpo y temblaba como un hoja en pleno otoño. Sus labios se separaban de los míos de manera brusca y sus ojos me transmitían mil y una emociones. En ellos los que más resaltaban era miedo, culpa y vergüenza.

Lo miré y acaricié su pelo con cariño y dejé un beso inocente y tierno en sus carnosos labios y le regalé mi mejor sonrisa.

-¿Quieres que vayamos a esa cafetería que tanto te gusta? - le pregunté - podemos pedir tu pastel favorito.

Él asintió y yo le volví a besar.

Salí de la cama y me di una ducha rápida.

Llevábamos dos años sin mantener relaciones. El primer año ni siquiera podía acercarme a él, ni tocarlo, JongIn odiaba la sensación de su cuerpo rozando contra cualquier piel. A más de sus continuas pesadillas, aquellas que le hacían sudar, gritar y llorar a mares. Después con mucho esfuerzo y una Lisa que se hizo un libro de psicólogia y se había prometido ayudarle, conseguimos avances.

JongIn ya era más receptivo conmigo. Me dejaba darle pequeños besos, acariciarlo y que durmiéramos abrazados. Pero era incapaz de mantener relaciones. Tenía mucho miedo, de que jamás volviera a ser el mismo. De que jamás volviera a ser el chico que me pedía besos a todas horas, que reclamaba un momento los dos juntos en la cama, que disfrutaba de sus manos atadas sobre el colchón mientras hacia con él lo que quisiera.
Tenía miedo de que perdiera esa parte de él que le hacía disfrutar del sexo abiertamente, y no él que era ahora que le temía a la simple idea.

-¿Nos vamos? - me preguntó cogiéndome de la mano.

-Si - dije sonriendo.

En cambio seguía siendo el mismo chico. Ese chico dulce, que amaba hasta morir todo lo de su alrededor y me cuidaba como nadie lo había hecho en su vida. Y por eso seguía a su lado, porque yo también lo amaba y quería protegerlo hasta de su propia sombra.

La tarta de chocolate de la cafetería que quedaba a tres calles de nuestra casa estaba riquísima, aunque era más fan de degustarla en los abultados labios de mi chico. Y por eso al final le besé la comisura del labio donde aún quedaba alguna que otra miga cuando salimos del local. JongIn sonrió y me agarró de la cintura para andar hacía la mansión donde ya todo el mundo estaba trabajando.

Girls don't cry; 2 (exo&bp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora