-"Talking to the moon" by Bruno Mars
-"sé que estás afuera, en algún lado, algún lugar lejano, quiero que vuelvas"
p.o.v Jennie
Tenía a YuNa sobre mis piernas mientras ella pintaba en la hoja una especie de árbol chuesco y yo le acariciaba la larga melena negra. ChanYeol había venido a comer al apartamento de Jeno porque a Hueningkai se le había metido entre ceja y ceja que tenía que ir a ver al tío Jeno. Así que así fue como acabaron llamando a la puerta y comiendo con nosotros.
Me alegró ver a ChanYeol después de enterrar a Rose más motivado, como si enterrarla hubiera hecho que la calma llegara a su cuerpo al saber que ella descansaría en paz. Además, se estaba volcando completamente en los niños, intentaba siempre tenerlos entretenidos para así él también estarlo.
Nunca tuve una relación muy estrecha con él, pero siempre me había gustado la conversación que daba, porque era una persona con la que podías hablar de todo. Y la verdad es que me sentí muy a gusto disfrutando de esa comida con ellos dos y los niños.
-Niña, que te estoy hablando - le dijo Jeno chasqueando los dedos enfrente de YuNa y esta le quitó la mano.
-Dibujar - dijo ella cogiendo otro color de la mesa.
-Ya veo que estás dibujando - dijo él recolocando a HueningKai que no se paraba quieto encima de sus piernas intentando meterle el dichoso helado de menta y chocolate en la boca a Jeno - pero es que te estoy hablando, un poco de respeto - le dijo - ¿esto que es?
Le dijo señalándole una cosa en su brazo tatuado. Concretamente el tatuaje de un tigre que recorría su antebrazo. YuNa se encogió de brazos.
ChanYeol nos había dicho que, desde la muerte de Rose, YuNa había empezado a hablar menos. Y que ya no quería ir al psicólogo, que no había ido ni una vez en esa semana, porque cuando llegaba pillaba un berrinche y no se movía de allí donde se había sentado.
Jeno le había empezado a preguntar lo que eran sus tatuajes, y eso al principio le entretuvo hasta que se cansó, cogió una hoja de encima de la mesa y le pidió un bolígrafo a su padre.
-Tigre - gritó HueningKai.
-Muy bien, crack, choca - le dijo enseñándole la palma de su mano. Después miró a ChanYeol - ¿y qué vas a hacer con la rebelde entonces?
-No sé - dijo él dejando la taza de café encima de la mesa - hablé con Lisa, se llevan bien, y ella ayudó muchísimo a JongIn - explicó - me ha dicho que la lleve con ella y que intentara hacer algo. Y si no da resultado pues la llevaré a rastras.
Yo le asentí y intenté cambiar de tema, porque se notaba que a ChanYeol le desesperaba ese tema y le ponía nervioso el que YuNa estuviera otra vez retrocediendo todo lo que había avanzado. YuNa se mantuvo callada todo el rato dibujando y solo intercambió una palabra con su hermano cuando él le preguntó si le dejaba pintar con ella.
Me levanté de la mesa para recoger las tazas de café y dejé a YuNa en la otra pierna de Jeno. Cuando estaba a la altura de la cocina el timbre de la puerta tocó. Dejé las cosas en la cocina y fui a abrir la puerta. Mi corazón se aceleró cuando por la mirilla vi a JongIn.
-Hola - le dije con una sonrisa en la cara cuando abrí.
-Hola - me dijo serio - ¿Qué tal?
-Bien - le dije apoyándome en la puerta. No sabía que tenía tantas ganas de ver a JongIn hasta que lo tuve frente a mí - y ¿tú?
-Venía a darte una cosa - me dijo entregándome el sobre marrón que traía consigo.
Yo lo cogí alzando una ceja. Rasgué el sobre y saqué el montón de hojas grapadas que había dentro. Comencé a leer los documentos y cuando acabé suspiré. El corazón se me paró, y mi respiración fue irregular, eran las hojas del divorcio. La tristeza me inundo, quitándome hasta el último de mis alientos. Supe desde el primer momento que iba enserio, pero supongo que muy dentro de mi pensaba que eso cambiaria, que en algún momento todo volvería a la normalidad y que eso no se haría realidad nunca. Pero ahí estaba el documento que me pedía el divorcio.
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Girls don't cry; 2 (exo&bp)
FanficFire no fue nada comparado con lo que vino después. Todo empieza donde el principio acabo, en una isla, en un día que se supone que todo debía ser perfecto, tanto ellos como ellas se habían ganado a pulso ser felices. La Yakuza no perdona, y BlackPi...