Capítulo 4
Dos horas. El había salido del trabajo hacía dos horas y todavía no me había llamado. ¿Cuál demonios era su problema? Había tenido suficiente tiempo para llegar a su casa y confirmar que yo tenía su preciado oboe, y para gritarle a la Pequeña por haberme permitido llevárselo, pero el aún no había llamado. ¿Qué diablos iba a hacer con este estúpido instrumento si el no me llamaba?
Tal vez ese pelinegro no había dejado que me llamara. A el le encantaba molestarme por la estúpida de mi hermana. Hablando de eso, ¿qué mierda había hecho? Tomé mi iPhone y busqué su número, marcando y recostándome contra el cabecero de mi cama.
-¿Cómo estás hermano? ¿Todavía sigues con las bolas azules o conseguiste algo luego del almuerzo?
Rodé mis ojos ante su ridículo saludo.
-No te preocupes por mí o mis bolas,babosa. Estoy bien, gracias.
Ella rio.
-No parecía esta mañana. Tu mente estaba a miles de años luz. No me digas que te gusta un chico. ¿Qué te he dicho siempre? Nada de distracciones. Entra, saca y luego vete.
Me lo había dicho un millón de veces. Creo que ya lo entendía.
-No hay ningun chico. -No a menos que contaras un dolor en el culo quien estaba obsesionado con molestarme.
-Bien. Tienes todo el tiempo del mundo para probar todas las muestras que el campus tiene para ofrecerte. Y hay muchas buenas, hermano. Demasiado buenas.
Esa era la entrada que necesitaba.
-Sí, hablando de eso, conocí un chico que no te recuerda tan bien como tú nos hiciste creer esta mañana. Si el está gritando tu nombre, es en un ritual vudú o algo así.
Romina rio.
-¿En verdad? De seguro me está confundiendo con otra. ¿Quién es el chico?
-Es caliente.
-Naturalmente. No me gustan los feos.
-Pelinegros.
-Tal como me gustan.
-Alto, con un cuerpo increíble.
-Suena bien.
-Una actitud de perra.
-Esa podría ser uno en un millón de chicos, hermano. Tienes que ser más específico.
Aquí vamos.
-Se llama Alex.
Hubo una larga pausa del otro lado de la línea. Tan larga que miré mi teléfono para ver que no se hubiera cortado, pero no, aún seguía la llamada.
-¿Ro?
-¿Dijiste Alex? ¿Alex Navarro? -Sonaba con miedo. ¿Qué le había hecho a el?
-No sé su apellido; todo lo que sé es que me dijo que te fueras a la mierda, luego de que casi me mata por respirar el mismo aire que el. El tiene ojos medios violáceos,y piernas largas que quedarían bien atrapadas en...
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Sideline Collision
RandomUn presumido mariscal de campo choca con un mordaz nerd de la banda musical. ¿Qué pasa cuando colisionan dentro y fuera del campo?