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Capítulo 10

Mega Maratón 9/10

Chico Reed y yo pasamos entre la multitud, lo cual no fue una tarea fácil porque todos me estaban agarrando e intentaban chocar los cinco y esas mierda, pero eventualmente logramos salir de ahí y llegamos a donde nos estaba esperando Romina con su Explorer. Vi que Diego estaba en el asiento de enfrente así que abrí la puerta trasera y lo apuré para que se metiera, deslizándome a su lado. Quería enojarme porque el drogadicto estaba aquí, pero las piernas de Chico Reed estaban presionadas contra mí así que realmente no me importaba.

-¡Buen juego, hermano! -gritó Romina mientras salía del estacionamiento-. ¡Hola Joaco! ¿Te divertiste viendo a tu hombre jugar?

El hizo un sonidito. Interesante. Estaba ansioso por escuchar lo que tenía que decir.

-Um, pues, sí, estuvo genial -tartamudeó. Me reí y lo rodeé con mi brazo. Me miró inseguro y le sonreí. Sabía que Romi lo había alterado un poco pero por alguna razón no me molestaba.

-¡Hola Reed! -lo saludó Diego, sonriendo desde el asiento delantero. Carajo, ya estaba drogado. Más le vale a Pequeña arreglarlo pronto. El lo saludó y dijo hola.

-Olvida qué tan maravilloso soy por un minuto. -Chico Reed bufó y me dio un codazo en el costado-. ¿Qué carajo fue esa mierda en la pantalla gigante? -exigí saber.

Diego comenzó a reírse.

-Sí, ¿dónde está el corazón de tu manga? ¡Quiero sostenerlo! -Por supuesto que el imbécil drogadicto quería el corazón de mi hermana. Probablemente quería abrazar esa cosa de la misma forma en que abrazaba mi almohada y ese estúpido oso.

-¿No fue genial? ¿Crees que Alex lo vio, Joaco? -preguntó, mirándolo por el retrovisor con ansiedad.

-Uh, no sé -respondió-. No me habla mucho por el momento, así que...

-¿Qué hiciste? -preguntó Romina. Eso me encabronó.

-El no hizo nada aparte de defenderme de tu desquiciado ex. -Me fulminó con la mirada-. Quien, por cierto, me echó pétalos de rosa encima cuando deje a Chico Reed el jueves en la noche.

-¡Reventó el globo de Rennie bonita! -gritó Diego de repente, asustándonos a todos. Chico Reed me miró y rodé los ojos. No había explicación para las mierdas que Diego pensaba y compartía cuando estaba jodido. Palmeó el brazo de Romi-. No te preocupes. Salvé al resto de ellos y a Bob.

-¿Quién carajos es Bob? -preguntó Romina completamente desconcertada.

Suspiré.

-El oso.

-¿Así que sólo se quedó con los gatos?

-Gato. Rainbow es de Joaquín ahora. -Y era mejor que no hiciera un chingado circo por eso.

-Espero que no te moleste, Romina. Es linda y Alex no estaba emocionado por tener un gato, mucho menos dos así que...

-Está bien -le dijo con una sonrisa-. Romi Junior es la importante. Pensará en mí cada vez que diga su nombre.

Huh. Me pregunto si Chico Reed piensa en mí cuando ve a Rainbow. Eso no sería necesariamente malo.

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