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Capítulo 13

-¡Llegamos! -gritó Romina cuando estacionamos frente al complejo de apartamentos de los chicos. Diego se despertó de golpe. Se había quedado dormido en el minuto en que salimos de mi casa. Chico Reed se había quedado dormido no mucho después con la cabeza en mi hombro. Lo abracé cerca y pensé en todas las mierdas que habían pasado en las últimas veinticuatro horas. Iba a ir al juego del campeonato nacional, tenía un novio, había follado tres veces, mis padres habían conocido y les había agradado dicho novio, iba a ir a Nueva York a ganar el Heisman... era muchísima mierda aquí. Y la parte más jodida era que no estaba nervioso por nada. El fútbol nunca era un problema. Cuando estaba en el campo me sentía tan en casa como en cualquier otro lugar. Pero, ¿tener novio? Debería morirme de miedo, pero no era así. Algo está definitivamente mal conmigo. Tendría que ver al doctor del equipo para ver si tenía un resfriado o algo así. Era la única cosa que tenía sentido. Estaba demasiado letárgico para alterarme.

-Bebe, ¿estás despierto?

Chico Reed asintió y se sentó. El lado izquierdo de su cara estaba rojo y tenía una línea marcada por mi camiseta. Me reí y le limpié la baba que tenía en la esquina de la boca.

-Creo que tienes un poco de baba aquí.

Agrandó los ojos y se limpió la cara.

-Oh, Dios, ¡lo siento!

Le sonreí.

-Está bien. Estoy acostumbrado a que las personas babeen sobre mí. -Eso hizo que me entrecerrara los ojos y torciera los labios. Estaba intentando no reír-. Sabes que es verdad.

Sacudió la cabeza y abrió la puerta.

-Si quieres venir arriba por un rato, es mejor que dejes de hablar sobre lo que te hacen otras personas.

Hmm, ese era un punto válido. Salí del carro detrás de el y lo jalé contra mí.

-Sólo estaba bromeando, bebe. Tu baba es la única que quiero en mí. -La quería en mi polla en lugar de en mi hombro, pero a caballo regalado no se le ve colmillo y quizá tendría su baba en lugares más interesantes cuando llegáramos arriba.

-Tienes problemas -me dijo, pero estaba sonriendo así que me animé y lo besé. Se derritió contra mí. Carajo sí. No podía mantenerse enojado conmigo aunque lo intentara.

-Vamos. -Mi hermana tenía la maleta de Joaco, diego tenía la suya y por supuesto, a Bob el oso-. Es hora de que recupere a mi chico.

Me burlé al seguirlos.

-¿Vas a decirle sobre el trío que tuviste?

Romina se dio la vuelta, viéndome boquiabierto.

-¿Dónde escuchaste eso?

Santa mierda, ¿mi hermana había tenido un trío? Y, si era verdad, ¿por qué estaba tan jodidamente pálido? ¡Oh, demonios, no!

-Mierda, amigo, ¿tuviste un trío de chica, chico, chica? -Chico Reed se estaba riendo y diego en realidad parecía estar también concentrado en la conversación.

-No lo tuve -tartamudeó, pero el pánico en sus ojos decía que sí.

-Eso está muy jodido, Romina. ¿Chocaron tijeras? -Chico Reed me pegó, pero siguió riéndose.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2020 ⏰

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