CAPÍTULO 12: EL TEMPLO DE LOS UCHIHA

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Tras un par de días sin complicaciones, Moroha y Seigi llegan a su destino.

"¿Seguro qué es por aquí?"

"Sí. El templo está a dentro."

Moroha afirmó conocer el camino, así que él fue el guía. Lo que Seigi se imaginaba era que el lugar sí que estuviera oculto. Lo que Seigi no se esperaba, es donde está la cueva. Una gran meseta, y en gran montaña se alza, con una entrada en ella.

Entran, el interior está ocuro, y no tienen nada con que iluminar el camino, así que deciden improvisar. Concentrando su chakra en la mano izquierda, Seigi forma una llama. Es una simple transformación de la naturaleza del chakra.

Entran, con el camino ahora más visible. Avanzan lentamente, con las manos apoyadas en la pared, para asegurarse de no perderse. Cuando llegan al fondo, Seigi se sorprende ante lo que ve.

Una gran caverna espaciosa. A diferencia de antes, en está cámara sí que hay luz, provocada por los numerosos cristales brillantes que están esparcidos. Mira hacia abajo, y lo que ve es como 3/4 está ocupado por agua.

Es un un hermoso lago subterráneo, de agua cristalina, y, en medio de él, un santuario se alza. Un camino de piedra en la pared es la única forma de bajar hasta abajo, en la única parte del suelo que no hay agua, sino piedra.

Moroha señala a esa parte, y aun camino hecho con piedras separadas entre sí, pero que se pueden cruzar sin problemas, que llevan al templo.

"Ve por ahí. Dentro están todos los escritos de épocas antiguas. Yo estaré afuera."

***

Dejando a Seigi dentro del templo del clan Uchiha, Moroha sale afuera. Es un lugar que no le gusta nada, a pesar de solo haber estado allí en una ocasión.

"Definitivamente, se está mejor aquí."

Aunque desconoce el motivo, Seigi está interesado en la historia, y necesita ver documentos históricos. El templo no es solo un santuario para rendirle homenaje al ancestro del clan, Indra Ōtsutsuki, también es donde se guardan registros de los mayores acontecimientos, información absolutamente confidencial.

Se sienta en el suelo, al lado de la entrada. Aunque Seigi entró, la entrada por parte de cualquier extraño al clan Uchiha está estrictamente prohibida. Es por ello que, mientras él esté ahí, se asegurará de que nadie entre. Aunque ha renunciado a su identidad, incluyendo el apellido, todavía tiene deberes que realizar.

El tiempo pasa, y Seigi no sale. Recostado contra la pared, deja escapar un bostezo. Está aburrido. ¿Por qué no puede pasar nada interesante? Y, como si alguien quisiera concederle su deseo, cierta persona apareció caminando. No está ocultando su chakra, pero se acercó sin que se diera cuenta. Quizás inconscientemente, quiso no darse cuenta, para entretenerse.

"Tú eres Moroha Noken, ¿verdad? Entonces, sí estás aquí significa que Seigi Murakumo anda cerca. ¿Dónde está?"

El hombre le pregunta. Moroha lo mira cuidadosamente, es un hombre corpulento que parece superar los cincuenta años. Cabello castaño y perilla en forma triangular, también castaña, destacan especialmente. Su chaleco gris deja al aire sus brazos tonificados.

"Ya veo... Fumetsu, ¿verdad?"

Pocos conocen el nombre de Moroha Noken. Además, lleva muy poco tiempo viajando con Seigi, y es a él a quien buscan. Por lo tanto, las posibilidades de que sea Fumetsu son bastantes altas.

Pero él, Saru, no responde. Simplemente está juzgando como tratar con Moroha. Mientras Hoki estuvo viendo a través de la Técnica del Telescopio, él también aprovechó para aprender sobre su enemigo. Gracias a esto, sabe que tiene que tener cuidado con las llamas divinas. Pero quitado eso, no supondría ningún problema enfrentarse a él.

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