Akayami

CAPÍTULO 20: EL VIAJE SE REANUDA

Seigi y Ayame estuvieron practicando. Era hora del entrenamiento de la chica, por lo que Seigi decidió ayudarla. Aunque acababa de recuperar su brazo perdido, consideró que sería bueno hacer ejercicio ahora que ya lo tenía de vuelta.

Mientras estaban descansando, ella le hizo cierta pregunta. Hace 8 años, él le reveló secretos que podrían llevar la sociedad actual a un gran caos, pero en ese entonces no pudo hacer ningún movimiento. Estaba escapando de Fumetsu, y no sabía hasta que punto llegaba la red de inteligencia enemiga.

Entonces, ¿por qué decidió confiarle a Ayame tal información aún cuando apenas la conocía?

La respuesta es simple. Simplemente decidió confiar en lo que su instinto le decía, y era que la chica llamada Ayame Furukawa poseía un noble corazón dispuesto a proteger a aquellos importantes para ella. Hizo esa apuesta.

Ahora, con casi una década de experiencia en misiones de gran dificultad y haber mejorado sus habilidades drásticamente, Ayame Furukawa sabe qué hacer. Ya no es una niña, como en ese entonces, ahora posee el poder necesario para enfrentarse al enemigo.

"Ayame, por lo que veo tomaste una decisión."

"Así es, abuelo. Es lo que pienso hacer."

Justo ahora le acaba de mostrar su resolución a su abuelo, Eizan Furukawa. Tras haber acabado el entrenamiento, Ayame se limpió, se cambió de ropa y se dirigió a hablar con el líder de la familia, en sus aposentos, en donde se encuentran actualmente.

Naturalmente, sabe que su decisión es muy egoísta. Aunque diga que lo hace para mejorar sus condiciones de vida, en el fondo no es más que un deseo nacido de sus sentimientos de resentimiento.

"Entiendo. Si es esos son tus verdaderos deseos, entonces no me interpondré. Haz lo que consideres mejor. Por la familia no te preocupes, Ringo se puede hacer cargo de ella."

"Gracias, abuelo. Sabía que---"

"No he terminado de hablar. Antes de que te marches, quisiera darte algo."

Eizan se levanta y abre un armario. De ahí saca algo muy especial: dos espadas. Una tiene una vaina rojiza, dando la sensación de que desprende calor, mientras que la otra es de un azul claro, emulando el frío. Ambas son muy similares en diseño, hechas para ser usadas con una sola mano, y con la misma longitud.

"Estas espadas se dicen que fueron creadas especialmente para nuestro ancestro, la fundadora del clan Furukawa. Al igual que tú, no podía usar de cualquier manera su chakra en las armas."

Ayame intentó usar sus poderes especiales haciéndolos fluir por las espadas. Es algo que quiso intentar tras ver el estilo de lucha de Seigi, pero surgió un problema: o bien se congelaban por completo y el filo se terminaba por desquebrajar, o se derretían por completo. Eran incapaces de aguantar su chakra.

"Ella también poseía tus mismas habilidades. Es por eso quería que tú fueras la líder, pero respetaré tu decisión. Naturalmente, tenía pensado darte estas espadas desde el principio, estaba esperando al momento idóneo, y parece que es ahora. Tómalas."

Le tiende las espadas en el suelo, y ella las observa. La palabra 'fascinantes' se queda corta. Las desenvaina y, el hermoso brillo que refleja su corte indica que su calidad es muy superior a cualquier otra. Muy pocas se pueden comparar a estas.

"Son las espadas gemelas Atakai Akari y Masshiroi. Estoy seguro de que te serán útiles."

Sin perder la seriedad en su rostro, y sin permitir que la tristeza por ver como su nieta se va a marchar, le hace entrega de dos espadas creadas especialmente para soportar el auténtico poder del linaje de los Furukawa.